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1 Pedro 1–5


1 Pedro 1–5

“Más preciosa que el oro”

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Luego de haber sido azotados, Pedro y Juan continúan predicando al pueblo en el nombre de Cristo.

Puede que recuerdes haber aprendido acerca de la fe y diligencia del apóstol Pedro al estudiar la primera mitad del Nuevo Testamento. La primera epístola de Pedro se escribió hacia el final de su vida, muchos años después de haber caminado y hablado con Jesucristo durante el ministerio terrenal del Salvador. En su primera epístola, Pedro, que era el Apóstol principal, se centró en las formas en que los santos podían ser fortalecidos durante las intensas pruebas que estaban pasando a manos de los romanos. Esta lección puede ayudarte a comprender mejor los propósitos de Dios al permitirte experimentar pruebas y puede fortalecer tu determinación de sobrellevar las pruebas fielmente.

¿Por qué experimentamos dificultades en la vida?

El élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, explicó que todos tendremos experiencias que parecen injustas. Mira el video “Las injusticias exasperantes”, disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, desde el minuto 3:19 hasta el 4:12, o lee la siguiente declaración:

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Retrato oficial del élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enero de 2016.

Algunas injusticias no se pueden explicar; las injusticias inexplicables son exasperantes. Hay injusticias que provienen de vivir con un cuerpo que es imperfecto, que está lesionado o enfermo. La vida terrenal, por naturaleza, es injusta. Algunas personas nacen en la abundancia, otras no; algunas tienen padres amorosos, otras no; algunas viven muchos años, otras pocos; etcétera, etcétera, etcétera. Algunas personas cometen errores perjudiciales incluso cuando intentan hacer el bien. Algunas otras optan por no mitigar las injusticias, cuando podrían hacerlo. Lamentablemente, algunas personas utilizan el albedrío que Dios les ha dado para herir a otras cuando nunca deberían hacerlo

(Dale G. Renlund, “Las injusticias exasperantes”, Liahona, mayo de 2021, pág. 42)

  • ¿Por qué crees que el élder Renlund utilizó la palabra “exasperante” para describir algunas de las cosas injustas que experimentamos en la vida?

  • ¿A quién conoces que esté experimentando o que haya experimentado una prueba que parece exasperantemente injusta? ¿Por qué crees que el Señor permite que eso suceda?

En el año 64 d. C., grandes extensiones de la ciudad de Roma fueron destruidas por fuego. Algunos romanos prominentes acusaron a los miembros de la Iglesia de iniciar el incendio, lo cual condujo a una intensa persecución de los cristianos por todo el Imperio romano. Es probable que Pedro haya escrito su primera epístola en algún momento después de ese acontecimiento para fortalecer la fe de los santos y recordarles sobre su recompensa eterna por sobrellevar fielmente las pruebas. A medida que estudies, presta atención a las impresiones del Espíritu Santo que pueden ayudarte a entender algunas de las razones de tus propias pruebas y cómo puedes apoyarte en Jesucristo para que te ayude a sobrellevarlas fielmente.

El fuego purificador

Lee 1 Pedro 1:3–9 y busca lo que enseñó el apóstol Pedro acerca de las bendiciones que les esperan a quienes sobrellevan sus pruebas fielmente. La palabra tentaciones del versículo 6 se refiere a las pruebas y aflicciones (véase 1 Pedro 1:6, nota b al pie de página).

  • ¿Qué palabras o frases de esos versículos crees que podría ser útil recordar cuando tú u otras personas experimenten pruebas? ¿Por qué?

  • ¿Por qué crees que Pedro comparó la prueba de fe de los santos con el oro que es refinado por el fuego?

La siguiente es una imagen de un crisol. Un crisol es un recipiente en el que se refinan metales como el oro. Cuando se refinan metales, se los calienta y se los derrite para eliminar las impurezas y mejorar el producto final.

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Ilustración de un crisol con metal fundido vertido en un molde
  • ¿En qué sentido la fe puesta a prueba podría ser “más preciosa que el oro”? (1 Pedro 1:7).

Una verdad que se puede reconocer en los versículos que acabas de estudiar es que, al soportar fielmente las pruebas, nuestra fe en Jesucristo se refina y fortalece. Si lo deseas, anota esta verdad en tu ejemplar de las Escrituras o en tu diario de estudio.

  • ¿De qué forma el enfrentar pruebas difíciles puede fortalecer nuestra fe en Jesucristo?

Si bien experimentar adversidad puede ser espiritualmente refinador para muchas personas, otras se vuelven amargas o endurecen sus corazones después de una prueba difícil (véase Alma 62:41).

  • ¿Qué crees que puede ayudarnos a convertir nuestras pruebas en bendiciones en lugar de en experiencias que disminuyan nuestra fe?

  • ¿Qué experiencias has tenido, o qué experiencias conoces, en las que tu fe o la de alguien más se fortaleció al sobrellevar pruebas difíciles con fidelidad?

  • ¿Qué te enseñan esas experiencias acerca del Señor?

Pedro aconseja a los santos

Un tema que está presente a lo largo de la primera epístola de Pedro es la forma en que los discípulos de Jesucristo pueden sobrellevar fielmente el sufrimiento y la persecución. El consejo de Pedro puede brindar esperanza, aliento y fortaleza a cualquiera que esté pasando por una prueba de la vida terrenal.

1. Completa la actividad siguiente en tu diario de estudio:

Haz un dibujo sencillo de un crisol, como el que viste antes en la lección. En el interior del crisol, anota algunas de las pruebas y aflicciones que hayas experimentado o que estés experimentando actualmente.

A medida que estudies más de las palabras de Pedro, busca enseñanzas que puedan ayudarte con las pruebas que anotaste en tu dibujo. Anota esas enseñanzas en el exterior del dibujo del crisol.

Elige por lo menos dos de los siguientes grupos de versículos para estudiar a medida que buscas principios que puedas agregar a tu dibujo. Al hacerlo, medita sobre la pregunta siguiente: ¿Cómo pueden estas enseñanzas ayudarme a mí o a alguien más a pasar por una prueba difícil?

Opcional: ¿Quieres aprender más?

1 Pedro 2:20. ¿Por qué enseñó Pedro que debemos soportar nuestras pruebas con paciencia?

El élder Neal A. Maxwell (1926–2004), del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:

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Último retrato oficial del élder Neal A. Maxwell, 1992.

La paciencia está estrechamente vinculada con la fe en nuestro Padre Celestial. En realidad, cuando somos impacientes indebidamente, estamos insinuando que sabemos lo que es mejor, aun más que Dios o, por lo menos, estamos afirmando que nuestros tiempos son mejores que los de Él […]. Por lo tanto, como ya se ha indicado, la paciencia es una virtud terrenal esencial relacionada con nuestra fe, nuestro libre albedrío, nuestra actitud hacia la vida, nuestra humildad y nuestro sufrimiento […]. Sencillamente no hay otra manera de que se produzca el verdadero progreso.

(Véase Neal A. Maxwell, “Patience”, devocional en la Universidad Brigham Young, 27 de noviembre de 1979, págs. 1, 4, speeches.byu.edu)

¿Cómo puedo superar las pruebas que estoy afrontando?

El élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente:

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Retrato oficial del élder Neil L. Andersen, del Cuórum de los Doce Apóstoles, agosto de 2010.

En el crisol de las pruebas terrenales, pacientemente avancen, y el poder sanador del Salvador les brindará luz, comprensión, paz y esperanza. Oren con todo su corazón. Fortalezcan su fe en Jesucristo, en Su realidad, en Su gracia […]. Miren hacia delante. Sus problemas y pesares son muy reales, pero no durarán para siempre. Sus noches oscuras pasarán, porque el Señor sí se levantó “con sanidad en sus alas”.

(Neil L. Andersen, “Heridos”, Liahona, noviembre de 2018, pág. 85)

¿Cómo puedo hallar felicidad mientras sufro pruebas?

El élder Joseph B. Wirthlin (1917–2008), del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló en cuanto a encontrar felicidad durante la adversidad y a recordar el consejo de su madre: “Venga lo que venga, disfrútalo”.

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Último retrato oficial del élder Richard B. Wirthlin, del Cuórum de los Doce Apóstoles, 2004. Falleció el 1 de diciembre de 2008.

¿Cómo podemos disfrutar de los días llenos de pesar? No podemos, por lo menos no en ese momento. No creo que mi madre estuviera sugiriendo que suprimiéramos el desaliento ni negáramos la realidad del dolor; no creo que sugiriera que encubriésemos las verdades desagradables bajo una capa de felicidad fingida; pero sí creo que la forma en que reaccionamos ante la adversidad es un factor importante respecto a cuán felices y exitosos seamos en la vida. Si enfrentamos la adversidad sabiamente, los momentos más difíciles pueden ser los de mayor crecimiento, lo que, a su vez, puede traer momentos de mayor felicidad […].

Al procurar tener sentido del humor, buscar la perspectiva eterna, comprender el principio de la compensación y acercarnos a nuestro Padre Celestial, podremos soportar las dificultades y las pruebas; podremos decir, como dijo mi madre: “Venga lo que venga, disfrútalo”.

(Joseph B. Wirthlin, “Venga lo que venga, disfrútalo”, Liahona, noviembre de 2008, págs. 26, 28)

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