Mateo 26:36–46; Lucas 22:39–46: Parte 1
Jesucristo padece en el Jardín de Getsemaní
En el Jardín de Getsemaní, Jesucristo experimentó un sufrimiento incomprensible como parte de Su expiación. Esta es la primera parte de una lección de dos partes sobre el sufrimiento del Salvador en Getsemaní y su importancia doctrinal. El propósito de esta lección es ayudarte a entender mejor lo que sucedió en el Jardín de Getsemaní y la forma en que ese fue un acto de amor por ti. En la siguiente lección, estudiarás la doctrina de la expiación de Jesucristo y aprenderás cómo puedes recibir fortaleza y ayuda del Salvador.
¿Qué ha hecho Jesucristo por nosotros?
El presidente Dallin H. Oaks relató parte de una conversación que tuvo con una miembro de la Iglesia. Mira el video “¿Qué ha hecho nuestro Salvador por nosotros?”, desde el minuto 0:00 hasta el 0:35. El video se halla en ChurchofJesusChrist.org.
Hace muchos años […] conocí a una mujer que me dijo que sus amigos le habían pedido que regresara a la Iglesia después de estar alejada muchos años, pero a ella no se le ocurría ningún motivo por el cual debía hacerlo. Para animarla, le dije: “Si considera todas las cosas que el Salvador ha hecho por usted, hay muchas razones para volver a adorarle y servirle”. Me sorprendió su respuesta: “¿Qué ha hecho Él por mí?”.
(Dallin H. Oaks, “¿Qué ha hecho nuestro Salvador por nosotros?”, Liahona, mayo de 2021, pág. 75)
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¿Cómo responderías a la pregunta de esta mujer?
Jesucristo padece en el Jardín de Getsemaní
Después de que el Salvador terminó la cena de la Pascua, instituyó la Santa Cena y fue al monte de los Olivos para compartir Sus últimas enseñanzas con Sus apóstoles, fue con Pedro, Santiago y Juan a una corta distancia al Jardín de Getsemaní. La palabra Getsemaní significa “prensa de aceite”. Algunos elementos muy significativos de la expiación de Jesucristo ocurrieron en Getsemaní. A medida que estudies esos acontecimientos, piensa en cómo el comprender la expiación de Jesucristo puede ayudarte a reconocer y sentir el amor de Dios por ti.
Los siguientes pasajes de las Escrituras describen algunos de los acontecimientos clave que ocurrieron como parte del sufrimiento del Salvador en el Jardín de Getsemaní. Considera la posibilidad de copiar la siguiente tabla en tu diario de estudio y completarla a medida que estudies los versículos. Considera también subrayar las palabras y frases significativas de esos versículos en tu ejemplar de las Escrituras.
Además de leer los siguientes versículos, si lo deseas, puedes ver “El Salvador sufre en Getsemaní” desde el minuto 0:00 hasta el 5:52 (disponible en ChurchofJesusChrist.org) e imaginar cómo sería presenciar ese acontecimiento sagrado.
Lee los siguientes pasajes de las Escrituras. |
¿Qué aprendiste o sentiste en cuanto a Jesucristo a partir de estos versículos? |
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El costo del preciado amor de Dios
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, habló sobre la forma en que el sufrimiento del Salvador en Getsemaní demuestra Su infinito amor por nosotros. Mira el video “Permaneced en mi amor” desde el minuto 11:33 hasta el 14:02. Este video está disponible en ChurchofJesusChrist.org.
Consideremos el costo del preciado amor de Dios. Jesús reveló que, para expiar nuestros pecados y redimirnos de la muerte, tanto física como espiritual, Sus sufrimientos causaron que Él, aun “Dios, el mayor de todos, temblara a causa del dolor y sangrara por cada poro y padeciera, tanto en el cuerpo como en el espíritu, y deseara no tener que beber la amarga copa y desmayar” [Doctrina y Convenios 19:18]. Su agonía en Getsemaní y en la cruz fue más de lo que podría soportar cualquier ser mortal. No obstante, por causa de Su amor por Su Padre y por nosotros, Él perseveró y, como resultado, nos puede ofrecer tanto la inmortalidad como la vida eterna.
Resulta conmovedor el simbolismo de que “la sangre le brot[ó] de cada poro” [Mosíah 3:7] mientras el Salvador padecía en Getsemaní, el lugar de la prensa o lagar de olivos. Para producir aceite de oliva en los tiempos del Salvador, se hacía rodar una gran piedra sobre las aceitunas para triturarlas. La “pulpa” resultante se colocaba en unas cestas suaves, tejidas holgadamente, que se apilaban unas sobre otras; su peso exprimía el primer aceite, que era el más valioso; luego se aplicaba mayor presión, colocando una viga grande o un tronco encima de las cestas apiladas, para exprimir más aceite; finalmente, para exprimir hasta las últimas gotas, se ponían piedras en un extremo de la viga para crear la máxima presión; y sí, el aceite es rojo como la sangre cuando empieza a salir.
Medito en el relato de Mateo de cuando el Salvador entró en Getsemaní aquella noche abrumadora y “comenzó a entristecerse y a angustiarse […].
“Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” [Mateo 26:37, 39].
Entonces, como me imagino que la aflicción se tornó aún más grande, Él rogó por segunda vez pidiendo alivio y, finalmente, quizás en el punto culminante de su sufrimiento, una tercera vez. Él soportó la agonía hasta que la justicia fue satisfecha hasta la última gota. Lo hizo para redimirnos a ustedes y a mí.
¡Qué preciado don es el amor divino!
(D. Todd Christofferson, “Permaneced en mi amor”, Liahona, noviembre de 2016, pág. 51)
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¿Qué palabras o frases de esta cita te llamaron la atención?
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¿Cómo demuestra el sufrimiento del Salvador en Getsemaní el gran amor que Él tiene por ti personalmente?
El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) testificó que el sufrimiento del Salvador en el Jardín de Getsemaní, y posteriormente en el Calvario, “[f]ue el mayor acto de amor que se hubiera registrado en la historia” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Ezra Taft Benson, 2014, pág. 102).
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¿Qué importancia tiene Getsemaní?
El presidente Russell M. Nelson enseñó:
La palabra Getsemaní proviene de dos raíces hebreas: gath, que quiere decir “prensa”, y shemen, que significa “aceite”, en particular el de oliva.
Allí se prensaban olivas bajo el peso de grandes ruedas de piedra a fin de exprimirlas y extraerles su valioso aceite. Así también, en el Jardín de Getsemaní, el Cristo fue literalmente oprimido por el peso de los pecados del mundo, y sudó grandes gotas de sangre —el aceite de Su vida— que brotaron de cada poro […].
[R]ecordad que, al igual que la oliva, prensada para exprimirle el aceite que daba luz, así también fue oprimido el Salvador. De cada poro brotó la sangre de vida de nuestro Redentor. A lo largo de los días gozosos de su misión, cuando rebose su copa de alegría, recuerden Su copa de amargura que lo hizo posible. Y cuando les sobrevengan pruebas dolorosas, recuerden Getsemaní.
(Véase Russell M. Nelson, “En esta Tierra Santa”, Liahona, febrero de 1991, pág. 18)
¿Qué ha hecho nuestro Salvador por nosotros?
El presidente Dallin H. Oaks, de la Primera Presidencia, dijo:
Conforme al plan de nuestro Padre Celestial, Él “hi[zo] los cielos y la tierra” (Doctrina y Convenios 14:9) a fin de que cada uno de nosotros pudiera tener la experiencia terrenal necesaria para procurar su destino divino. Como parte del plan del Padre, la resurrección de Jesucristo venció la muerte para asegurar la inmortalidad a cada uno de nosotros. El sacrificio expiatorio de Jesucristo nos da a todos la oportunidad de arrepentirnos de nuestros pecados y regresar limpios a nuestro hogar celestial. Sus mandamientos y convenios nos muestran el camino, y Su sacerdocio nos da la autoridad para efectuar las ordenanzas que son esenciales para alcanzar ese destino. Y nuestro Salvador padeció por voluntad propia todos los dolores y debilidades terrenales a fin de saber cómo fortalecernos en nuestras aflicciones.
Jesucristo hizo todo esto porque ama a todos los hijos de Dios. El amor es la motivación de todo ello, y así fue desde el principio.
(Dallin H. Oaks, “¿Qué ha hecho nuestro Salvador por nosotros?”, Liahona, mayo de 2021, pág. 77)