Romanos 2–3
La justificación por medio de la fe en Jesucristo
Pablo amaba a los santos romanos y quería ayudarlos a estar unidos por medio de la fe que ellos tenían en Jesucristo. Tanto los conversos judíos como los gentiles necesitaban ayuda para entender su dependencia de Jesucristo y la manera de recibir las bendiciones de Su expiación. Esta lección puede ayudarte a comprender mejor la necesidad que todos tenemos de ser perdonados de nuestros pecados, o justificados, por medio de Jesucristo.
Todos necesitan a Jesucristo
Los miembros de la Iglesia de la época de Pablo provenían de diferentes culturas y orígenes. Sin embargo, algo que todos tenían en común era que habían pecado y, por lo tanto, no eran dignos de entrar en la presencia de Dios. A medida que estudies Romanos 2–3, procura entender lo que el Padre Celestial y Su Hijo Amado han hecho para que todas las personas puedan superar la barrera que les impide regresar a la presencia de Dios.
Las siguientes definiciones pueden ser útiles para comprender mejor las enseñanzas de Pablo a los romanos:
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Justificación, justificar, justificado: “Recibir el perdón de los pecados y ser declarado sin culpa. El hombre se justifica mediante la gracia del Salvador y la fe que deposita en Él, la cual demuestra por medio de su arrepentimiento y obediencia a las leyes y a las ordenanzas del Evangelio. La expiación de Jesucristo hace posible que el género humano se arrepienta y sea justificado, o sea, que se le perdone el castigo que de otra manera recibiría” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Justificación, Justificar”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org).
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Fe: “La confianza de una persona en Jesucristo que la lleva a obedecerle” (Guía para el Estudio de las Escrituras, “Fe”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org).
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La ley: Este término se refiere a la ley de Moisés y a las acciones u “obras” exteriores que se asociaban con ella (véase “7–13 de agosto. Romanos 1–6: ‘Poder de Dios para salvación’”, en Ven, sígueme — Para uso individual y familiar: Nuevo Testamento 2023; véase también la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Ley de Moisés”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org).
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Gracia: Las bendiciones, la misericordia, la ayuda y la fortaleza que tenemos a disposición gracias a la expiación de Jesucristo (véase la Guía para el Estudio de las Escrituras, “Gracia”).
Lee Romanos 3:10–12, 20–23 y presta atención a la forma en que Pablo describe la barrera entre nosotros y Dios.
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¿Qué frases de las enseñanzas de Pablo nos ayudan a entender cuál es la barrera?
Escribe esas frases en la barrera de tu dibujo. Lee la siguiente declaración del presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia, y busca una comprensión adicional de lo que la barrera representa:
Por cuanto “todos [pecamos] y [estamos] destituidos de la gloria de Dios” [Romanos 3:23] y debido a que “ninguna cosa impura puede entrar en el reino de Dios” [1 Nefi 15:34], ninguno de nosotros es digno de volver a la presencia de Dios.
Aún si sirviésemos a Dios con toda nuestra alma, eso no sería suficiente; todavía seríamos “servidores improductivos” [Mosíah 2:21]. No podemos ganarnos el cielo por nosotros mismos, las exigencias de la justicia se interponen como una barrera que nos es imposible superar.
(Dieter F. Uchtdorf, “El don de la gracia”, Liahona, mayo de 2015, pág. 108).
Piensa en los aspectos en los que sientes que estás por debajo de las expectativas o en los pecados que te estás esforzando por vencer.
Lee Romanos 3:24–28 (fíjate en la Traducción de José Smith en el versículo 24, nota a al pie de página) y busca lo que Pablo enseñó acerca de la única forma en que podemos ser justificados o perdonados de nuestros pecados.
Una verdad que puedes aprender de estos versículos es que, mediante la fiel aceptación de Jesucristo, todo el género humano puede ser justificado mediante Su gracia.
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¿Qué pensamientos o sentimientos tienes al reflexionar sobre esta verdad?
El élder Dieter F. Uchtdorf, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó de qué modo la expiación de Jesucristo puede cambiar la forma en que vemos nuestros pecados e imperfecciones:
La expiación infinita del Salvador cambia por completo la forma en que podríamos ver nuestras transgresiones e imperfecciones. En lugar de insistir en ellas y sentirnos irredimibles o sin esperanzas, podemos aprender de ellas y sentirnos esperanzados. El don purificador del arrepentimiento nos permite dejar atrás nuestros pecados y emerger como una nueva criatura.
Gracias a Jesucristo, nuestros fracasos no tienen por qué definirnos; pueden refinarnos.
(Dieter F. Uchtdorf, “Dios entre nosotros”, Liahona, mayo de 2021, pág. 9)
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¿Cómo se compara la forma en que ves tus propios errores e imperfecciones con lo que describió el élder Uchtdorf?
Completa tu dibujo mediante una ilustración que represente la forma en que Jesucristo nos ayuda a superar la barrera.
Opcional: ¿Quieres aprender más?
¿Cómo puedo entender mejor la justificación?
El élder D. Todd Christofferson, del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó lo siguiente acerca del significado de la palabra justificación:
Gracias a “la virtud infinita de Su gran sacrificio expiatorio”, Jesucristo puede “satisfacer las demandas de la ley” a favor nuestro. El perdón viene por la gracia de Aquel que ha satisfecho las demandas de la justicia por medio de Su propio sufrimiento […]. Él elimina nuestra condena sin eliminar la ley. Somos perdonados y puestos en una condición de rectitud con Él. Llegamos a estar, tal como Él, sin pecado. Se nos sostiene y protege por medio de la ley, de la justicia. En una palabra, somos justificados.
Por tanto, podemos decir apropiadamente de alguien que ha sido justificado que se le ha perdonado, que no tiene pecado, que es inocente.
(D. Todd Christofferson, “Justification and Sanctification”, Ensign, junio de 2001, pág. 20)
¿Por qué necesita el mundo a Jesucristo?
Miren el video “Por qué necesitamos un Salvador” (2:15), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org.
¿Interfirió el pecado con el plan del Padre Celestial?
El presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia, enseñó lo siguiente:
Nuestro Padre Celestial sabía antes de que viniésemos a esta existencia terrenal que fuerzas negativas nos tentarían a alejarnos de nuestro camino, “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” [Romanos 3:23]. Por eso preparó un medio para que hiciésemos correcciones. Por medio del misericordioso proceso del arrepentimiento verdadero y de la expiación de Jesucristo, nuestros pecados pueden ser perdonados y “no [nos] p[erderemos], mas ten[dremos] vida eterna” [Juan 3:16].
(Véase Dieter F. Uchtdorf, “Cuestión de solo unos grados”, Liahona, mayo de 2008, pág. 60)
¿Qué quiso decir Pablo cuando dijo que “los gentiles […] hacen por naturaleza lo que es de la ley”? (Romanos 2:14)
“Pablo reconoció que algunos gentiles vivían de manera intuitiva una vida moral […]. Esos gentiles seguían la Luz de Cristo, que es ‘una influencia para bien en la vida de todo ser humano (Juan 1:9; Doctrina y Convenios 84:46–47)’ [Guía para el Estudio de las Escrituras, “Luz, luz de Cristo”, scriptures.ChurchofJesusChrist.org]. Aunque no tenían la ley de Moisés, Pablo dijo que tenían ‘la obra de la ley escrita en sus corazones’ (Romanos 2:15)” (véase “Romanos 1–3”, en New Testament Student Manual, 2018, pág. 337).