Romanos 4–5
Fe, obras y gracia
En su carta a los romanos, Pablo procuró ayudar a los santos romanos a entender la gracia de Cristo enseñando acerca de su conexión con la fe y las obras. Las enseñanzas de Pablo pueden ayudarnos a profundizar la comprensión de nuestra necesidad de recibir el perdón y la salvación mediante la gracia de Jesucristo. Esta lección te ayudará a aumentar tu comprensión y aprecio por la gracia de Jesucristo.
¿Qué te salvará?
Imagina que estás muriendo de sed en el desierto y que hay una botella de agua en lo alto de una colina cercana. ¿Cuán importante es cada uno de los siguientes aspectos para tu supervivencia?
Este caso hipotético puede ayudarte a entender las enseñanzas de Pablo en cuanto a la forma en que la fe, las obras y la gracia se relacionan con la justificación.
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¿Cómo definirías las palabras fe, obras y gracia?
Podría ser útil repasar las definiciones de estas palabras en la lección de Romanos 2–3 o en la Guía para el Estudio de las Escrituras (scriptures.ChurchofJesusChrist.org).
En la época de Pablo, algunos cristianos judíos creían que serían salvos por sus obras de obediencia a la ley de Moisés. Pablo trató de corregir esa creencia incorrecta. Lee la Traducción de José Smith de Romanos 4:16 [en Romanos 4:16, nota a al pie de página].
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¿Qué enseña este versículo acerca de cómo somos justificados o perdonados de nuestros pecados?
En este versículo, Pablo enseña que somos justificados por la fe y las obras por medio la gracia de Jesucristo.
Comprender mejor la gracia de Jesucristo
La gracia de Jesucristo nos permite ser justificados o perdonados de nuestros pecados y también nos bendice de otras maneras. Jesucristo no solo proporciona el agua que nos salva la vida, sino que también fortalece nuestra fe y magnifica nuestros esfuerzos a fin de que podamos obtener el agua. Podemos ser bendecidos por Su gracia antes, durante y después de ejercer fe en Él y llevar a cabo buenas obras.
El presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia, enseñó lo siguiente:
A lo largo de la vida, la gracia de Dios nos concede bendiciones temporales y dones espirituales que aumentan nuestras habilidades y enriquecen nuestra vida. Su gracia nos refina y ayuda a alcanzar nuestro potencial.
(Véase Dieter F. Uchtdorf, “El don de la gracia”, Liahona, mayo de 2015, pág. 108)
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¿Cómo puede ayudarte la gracia del Salvador a llegar a ser la mejor versión de ti mismo?
Lee los siguientes pasajes de las Escrituras y encuentra otras bendiciones relacionadas con la gracia del Salvador.
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¿Qué bendiciones adicionales pueden provenir de Jesucristo por medio de Su gracia?
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¿En qué oportunidades has experimentado la gracia del Salvador en tu vida?
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¿Cómo influye eso en tus sentimientos para con el Salvador?
Invitar la gracia del Salvador a tu vida
El presidente Uchtdorf compartió esta reflexión acerca de cómo puedes recibir más plenamente la gracia de Jesucristo:
La gracia es un don de Dios, y nuestro deseo de ser obediente a cada mandamiento de Dios es como extendemos nuestra mano mortal para recibir ese sagrado don de nuestro Padre Celestial.
(Dieter F. Uchtdorf, “El don de la gracia”, Liahona, mayo de 2015, pág. 110)
Opcional: ¿Quieres aprender más?
¿Cómo podemos reconocer nuestra necesidad de la gracia?
El presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces miembro de la Primera Presidencia, hizo las siguientes preguntas acerca de la necesidad que tenemos de la gracia:
¿Entendemos nuestra deuda con el Padre Celestial y rogamos con toda nuestra alma por la gracia de Dios?
Cuando nos arrodillamos a orar, ¿es para repasar los grandes éxitos de nuestra propia rectitud o para confesar nuestras faltas, suplicar la gracia de Dios y derramar lágrimas de gratitud por el asombroso plan de redención?
(Dieter F. Uchtdorf, “El don de la gracia”, Liahona, mayo de 2015, pág. 109)
¿Cuál es un ejemplo de que la gracia haya obrado en la vida de alguien?
Romanos 4:16. ¿Por qué se utilizó a Abraham como ejemplo de alguien que fue justificado?
Para corregir la idea de que solo aquellos que habían sido circuncidados y guardaban la ley de Moisés podían salvarse, Pablo enseñó que Abraham había recibido bendiciones antes de ser circuncidado y siglos antes de que se diera la ley de Moisés. Abraham continuó siendo fiel después de haber hecho convenio con Dios y haber sido circuncidado. Por lo tanto, Pablo pudo demostrar que las personas no eran justificadas mediante la obediencia a la ley de Moisés, sino por la fe y las obras mediante la gracia de Jesucristo.
¿Cómo se relaciona la gracia de Dios con la caída de Adán?
En Romanos 5:12–21, Pablo enseñó que Jesucristo nos ayuda a vencer los efectos de la Caída. Debido a la transgresión de Adán, el pecado y la muerte entraron al mundo. Sin embargo, debido al “don de Dios […] por la gracia de un hombre, Jesucristo” (Romanos 5:15), todos pueden vencer los efectos del pecado y de la muerte, y recibir la vida eterna. La referencia de Pablo a la Caída nos ayuda a entender la capacidad de gran alcance que tiene la gracia del Salvador para vencer todas las cosas.