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Lucas 15


Lucas 15

Las parábolas de los perdidos

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A father hugging his prodigal son. altered version

Cerca del final del ministerio terrenal del Salvador, los fariseos y los escribas se quejaron de la asociación de Jesús con los publicanos y los pecadores. En respuesta a sus quejas, Jesús enseñó las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo. Esta lección puede ayudarte a reconocer y sentir cuánto te aman y valoran el Padre Celestial y Jesucristo, a ti y a todos los demás.

Preparación del alumno: Anime a los alumnos a estudiar una o todas las parábolas de Lucas 15 antes de la clase. Invítelos a considerar lo que las parábolas enseñan sobre el amor de Dios.

Algunas posibles actividades de aprendizaje

¿Cuánto es su valor?

Considere llevar algo de comida y dinero a la clase como demostración visual de la siguiente actividad. Utilice cualquier alimento o dinero que sea relevante o de fácil acceso, y adapte la moneda mencionada a la que se utilice en el área. Por ejemplo, esta actividad podría realizarse con un dulce y un billete de $10. Invite a los alumnos a mostrar con los dedos cuánto vale el elemento para ellos en cada paso.

En una escala del 1 al 10, donde 1 es el más bajo y 10 el más alto, ¿cuánto desearías tener lo siguiente?

  • Tu postre favorito

  • Tu postre favorito si se cayó al piso

  • Tu postre favorito si alguien lo pisó

  • Un billete de $20

  • Un billete de $20 si se cayó al piso

  • Un billete de $20 si alguien lo pisó

Tómate un momento para reflexionar sobre cómo esta actividad podría relacionarse con el valor de las personas.

  • ¿Cómo podría compararse esta analogía con la precisión con la que vemos nuestro propio valor?

  • ¿Por qué podríamos sentirnos tentados, a veces, a pensar que nosotros y los demás somos de menor valor o a tratarnos como si así fuera?

Puede ser beneficioso compartir la declaración del presidente Dieter F. Uchtdorf, disponible en la sección “Actividades de aprendizaje complementarias” al final de esta lección.

Piensa en la forma en que tratas a aquellos que tal vez necesiten arrepentirse y mejorar, incluido tú mismo. Mientras estudias esta lección, busca verdades acerca de cómo se siente el Señor hacia aquellos que necesitan arrepentirse y la forma en que los trata.

En Lucas 15 , Jesús enseñó tres parábolas. Lee Lucas 15:1–2 en busca de la situación que llevó al Salvador a enseñar estas parábolas. Ten en cuenta que los publicanos eran judíos que cobraban impuestos para los romanos y, por lo tanto, eran generalmente odiados por los otros judíos.

  • ¿Qué te enseñan estos versículos acerca del Salvador? ¿En qué formas podríamos ser, a veces, como los fariseos?

Jesucristo respondió a las quejas de los fariseos y escribas enseñándoles sobre una oveja perdida, una moneda perdida y un hijo perdido.

Considere invitar a los alumnos a resumir lo que saben sobre estas parábolas y la forma en que estas ilustran el amor del Padre Celestial y Jesucristo. Ajuste las actividades de aprendizaje de esta lección a la comprensión de los alumnos y a sus necesidades.

La oveja perdida y la moneda perdida

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Shepherd carrying the lost lamb. Outtakes include the shepherd holding the sheep, walking with the lamb returning to the other shepherd, as well as some shots with the filming crew.
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Woman looking for her lost coin.

Lee o repasa la parábola de la oveja perdida ( Lucas 15:4–7 y la Traducción de José Smith en Lucas 15:4 , nota a al pie de página) o la parábola de la moneda perdida ( Lucas 15:8–10) en busca de palabras o frases que indiquen cuánto valoraba el propietario de cada historia lo que se había perdido.

  • ¿Qué palabras o frases indican el valor que el propietario daba a lo que se había perdido?

  • ¿De qué manera la oveja o la moneda de estas parábolas podrían representar a las personas?

  • Según estos versículos, ¿cómo se sienten aquellos que ayudan a encontrar a los que estaban perdidos espiritualmente cuando un pecador se arrepiente? ¿Cómo se sienten el Padre Celestial y Jesucristo?

  • ¿Qué lecciones aprendiste de estas parábolas sobre el Salvador?

Si es necesario, ayude a los alumnos a localizar verdades tales como: El Padre Celestial y Jesucristo conocen el valor de cada persona y desean reunir a todos de regreso con Ellos, y el Padre Celestial se regocija cuando Sus hijos se arrepienten y vuelven a Él.

El hijo pródigo

La tercera parábola de Lucas 15 es comúnmente conocida como la parábola del hijo pródigo (la palabra pródigo significa derrochador, imprudente o extravagante). Sin embargo, esta parábola cuenta la historia de dos hijos, quienes necesitaron ayuda de su padre. Mientras estudias, busca verdades que revelen cómo trata el Padre Celestial a todos Sus hijos que por alguna razón están espiritualmente perdidos y cuáles son Sus sentimientos hacia ellos.

Para la siguiente actividad, considere si sería más beneficioso que los alumnos leyeran la parábola o que vieran el video.

Lee Lucas 15:11–32 mientras imaginas que el padre en este relato representa al Padre Celestial. Considera marcar palabras o frases que revelen cómo se siente Él hacia Sus hijos. Si lo deseas, también puedes ver el video “El hijo pródigo” (5:33), disponible en LaIglesiadeJesucristo.org, y seguir el relato en tu ejemplar de las Escrituras.

Los alumnos podrían estudiar esta parábola en un formato de “teatro leído” con cuatro partes: el narrador ( versículos 11, 13–16, 20, 25–28), el hijo pródigo ( versículos 12, 17–19, 21), el padre ( versículos 22–24, 31–32) y el hijo mayor ( versículos 29–30). Considere detener a los lectores con frecuencia para ayudarlos a entender y examinar lo que cada personaje dice y lo que podría estar pensando y sintiendo.

Las siguientes preguntas están diseñadas para ayudar a los alumnos a analizar la parábola y relacionarla con sus propias vidas.

Recuerda cómo los fariseos criticaron al Salvador por recibir a los pecadores y comer con ellos.

  • ¿Qué crees que esperaba el Salvador que los fariseos aprendieran de esta parábola?

  • ¿Qué aspectos de esta parábola crees que es más relevante que comprendas y recuerdes? ¿Por qué?

Una verdad que aprendemos de esta parábola es que el Padre Celestial ama y valora a todos Sus hijos y está esperando con los brazos abiertos a todos los que regresen a Él para darles la bienvenida.

Considere hacer preguntas adicionales, tales como “¿Qué notaste sobre la forma en que el hijo pródigo se perdió? ¿En qué sentido se podría considerar al otro hijo como perdido también? ¿Qué podemos aprender de esta parábola acerca de cómo el Padre Celestial responde a aquellos que buscan volver a Él y a aquellos que siempre se han esforzado por permanecer fieles a Él? ¿Por qué podría ser importante para ti comprender esto sobre el Padre Celestial?”.

  • ¿Cómo podrían aplicarse las parábolas de Lucas 15 a aquellos que están espiritualmente perdidos debido al pecado, así como a aquellos que quizás sientan que son diferentes, poco apreciados o que pasan desapercibidos?

Reconocer mi valor individual

En una página de tu diario de estudio, considera hacer un dibujo sencillo de un pastor sosteniendo una oveja o de un padre abrazando a su hijo. Utiliza el espacio alrededor de este dibujo para registrar lo siguiente:

  • Palabras o frases (incluidas aquellas de Lucas 15) que te recuerden cuánto te ama el Padre Celestial a ti y a todos los demás, incluso cuando tú y los demás necesiten arrepentirse.

  • Formas en las que puedes tratar con compasión a aquellos que necesitan arrepentirse, incluso a ti mismo.

Considere invitar a los alumnos a compartir su parte favorita de la actividad una vez que esta esté finalizada.

  • Al pensar en la forma en que te tratas a ti mismo y a aquellos a tu alrededor, ¿cómo te gustaría aplicar lo que aprendiste hoy?

Testifique del Padre Celestial y de Jesucristo, y de Su deseo de que todos regresen a Ellos.

Comentarios e información de contexto

Lucas 15:7 . ¿A qué se refería el Señor cuando dijo “noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento”?

José Smith enseñó que una forma de interpretar la parábola de la oveja perdida es comparar las noventa y nueve ovejas con los fariseos y saduceos que pensaban que no necesitaban venir a Jesucristo y arrepentirse (véase History, 1838–1856 [Historia manuscrita de la Iglesia], tomo D-1, pág. 1459, josephsmithpapers.org).

¿Por qué es tan importante buscar, encontrar y nutrir a aquellos que están perdidos?

El presidente M. Russell Ballard, Presidente en Funciones del Cuórum de los Doce Apóstoles, enseñó:

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Official portrait of President M. Russell Ballard of the Quorum of the Twelve Apostles, 2004.

Cada alma es muy valiosa para nuestro Padre Celestial. Nunca debemos olvidar que, por medio de la Expiación, el Señor Jesucristo pagó un gran precio por la redención de cada uno de nosotros. Su padecimiento no debe ser en vano porque dejemos de nutrir y de enseñar a los que se esfuerzan por ser activos en la Iglesia.

(M. Russell Ballard, “¿Llevamos el mismo paso de nuestros líderes?”, Liahona, enero 1999, pág. 8)

Lucas 15:12–13 . ¿A qué se refería el hijo cuando dijo: “… [D]ame la parte de los bienes que me corresponde”?

De acuerdo con las costumbres de la época del Salvador, un hijo recibía su herencia solamente después de que su padre falleciera. Que un hijo demandara su herencia antes de la muerte de su padre (véase Lucas 15:12–13) habría sido una ofensa enorme. La petición del hijo se hubiera considerado un repudio a su padre, su hogar, su crianza e incluso toda su comunidad.

(Véase Nuevo Testamento: Manual del alumno, 2018, LaIglesiadeJesucristo.org)

¿Qué otros recursos me pueden ayudar a comprender la parábola del hijo pródigo y ponerla en práctica?

Actividades de aprendizaje complementarias

Una declaración adicional

Después de realizar la actividad al comienzo de la lección, considere compartir la siguiente declaración. El presidente Dieter F. Uchtdorf, en ese entonces de la Primera Presidencia, compartió la historia de “[u]na mujer que había pasado años de pruebas y dolor dijo a través de las lágrimas: ‘He llegado a comprender que soy como un viejo billete de 20 dólares: arrugada, hecha trizas, sucia, maltratada y con cicatrices; pero sigo siendo un billete de 20 dólares. Tengo valor. Aunque parezca que no valgo nada, y aunque me hayan golpeado y maltratado, todavía tengo un valor íntegro de 20 dólares’”. El presidente Uchtdorf también dijo: “No podemos calcular el valor de otra alma así como no podemos medir la extensión del universo. Toda persona que conocemos es de suma importancia para nuestro Padre Celestial. Una vez que lo entendamos, podemos comenzar a comprender cómo debemos tratar a nuestros semejantes” (véase Dieter F. Uchtdorf, “Ustedes son Mis manos”, Liahona, mayo de 2010, pág. 69).

La oveja perdida y la moneda perdida

Pregunte a los alumnos si alguna vez perdieron un objeto que era valioso para ellos y qué hicieron para encontrarlo. Invítelos a considerar lo que significaría que alguien estuviera perdido espiritualmente y cómo sería tratar de encontrarlo. Mientras los alumnos estudian las parábolas de Lucas 15, anímelos a pensar en cómo se perdieron la oveja, la moneda y el hijo, y en las diferentes maneras en que fueron encontrados. Invite a los alumnos a considerar su responsabilidad de encontrar a aquellos que están perdidos.

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