“¿Cambiará la Iglesia alguna vez la doctrina y aprobará el matrimonio entre personas del mismo sexo?”, Atracción hacia personas del mismo sexo: Líderes de la Iglesia, 2020
“¿Cambiará la Iglesia alguna vez la doctrina y aprobará el matrimonio entre personas del mismo sexo?”, Atracción hacia personas del mismo sexo: Líderes de la Iglesia
¿Cambiará la Iglesia alguna vez la doctrina y aprobará el matrimonio entre personas del mismo sexo?
La doctrina del matrimonio es eterna
Como parte fundamental del plan de Dios, la doctrina del matrimonio entre un hombre y una mujer es una enseñanza integral de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y no cambiará:
“Como un principio de doctrina, basado en las Escrituras, la Iglesia afirma que el matrimonio entre un hombre y una mujer es esencial en el plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos. Además, la Iglesia afirma que la ley de Dios define el matrimonio como la unión legal y legítima entre un hombre y una mujer.
“Solo un hombre y una mujer que estén legal y legítimamente casados como esposo y esposa deben mantener relaciones sexuales. Cualquier otra relación sexual, incluso aquellas entre personas del mismo sexo, es pecaminosa y mina la institución divinamente creada de la familia” (“El matrimonio entre personas del mismo sexo”, General Handbook: Serving in The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints [Manual General: Servir en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días], 38.6.13).
Comunicar la doctrina con amor
No hay cambios en la posición de la Iglesia en cuanto a lo que es moralmente correcto, pero lo que está cambiando, y lo que debemos cambiar, es que se ayude a los miembros de la Iglesia a responder con sensibilidad y consideración cuando encuentren en sus propias familias, entre otros miembros de la Iglesia o en otras partes, a personas que sienten atracción hacia el mismo sexo” (véase Dallin H. Oaks, “Lo que debe cambiar”, LaIglesiadeJesucristo.org).
El matrimonio es una parte importante del plan de Dios para nuestra felicidad. El matrimonio eterno entre un hombre y una mujer es esencial (en algún momento) en nuestro progreso para llegar a la exaltación, un estado que se define como llevar el tipo de vida que nuestros padres celestiales disfrutan en la actualidad.
“En la gloria celestial hay tres cielos o grados; y para alcanzar el más alto, el hombre tiene que entrar en este orden del sacerdocio [es decir, el nuevo y sempiterno convenio del matrimonio]; y si no lo hace, no puede alcanzarlo. Podrá entrar en el otro, pero ese es el límite de su reino; no puede tener aumento” (Doctrina y Convenios 131:1–4).