Suicidio
Cómo prevenir el suicidio y reaccionar ante la pérdida de un ser querido


“Cómo prevenir el suicidio y reaccionar ante la pérdida de un ser querido”, Doctrina y principios, 2018.

“Cómo prevenir el suicidio y reaccionar ante la pérdida de un ser querido”, Doctrina y principios.

Cómo prevenir el suicidio y reaccionar ante la pérdida de un ser querido

9 de agosto de 2018

El aumento de la tasa de suicidio en muchas regiones del mundo es un tema de gran preocupación. El propósito de este documento es ayudar a padres, familias, líderes y miembros de la Iglesia cuando ministran a aquellas personas afectadas por el suicidio.

Los miembros pueden utilizar este recurso para aprender acerca de la doctrina de la Iglesia sobre el suicidio, sus señales de advertencia, cómo ayudar a alguien que afronta una crisis y cómo reaccionar ante la pérdida de un ser querido por suicidio. Los líderes pueden utilizar este recurso para dirigir análisis significativos con los miembros en los consejos de estaca y de barrio y en otros lugares. El propósito de estos análisis es ayudar a los líderes y a los miembros a ministrar de manera más eficaz a aquellas personas afectadas por el suicidio.

Si el llevar a cabo un análisis sobre el suicidio contribuye a prevenir el suicidio y ministrar a las personas afectadas por este tema, dos adultos deben dirigir tal análisis. Los líderes pueden invitar a un profesional de la comunidad que comprenda y respete la doctrina de la Iglesia sobre el suicidio para que participe en el análisis. Los análisis con niños menores de 12 años solo deben realizarse después que los padres hayan aconsejado a sus hijos.

Después de que los consejos de estaca y de barrio hayan repasado este documento, deben analizar las maneras apropiadas de apoyar los esfuerzos de la comunidad e informar a los miembros sobre los recursos disponibles.

Doctrina y principios

El Señor nos invitó a tratar a todas las personas con comprensión y compasión cuando enseñó: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39). Nuestros esfuerzos para ministrar a las personas afectadas por el suicidio serán más eficaces cuando entendamos más plenamente doctrina y enseñanzas como las siguientes:

  • Mediante Su expiación, Jesucristo experimentó la totalidad de los desafíos terrenales para que pudiera saber “cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos” (Alma 7:11–13). El presidente James E. Faust enseñó: “Dado que el Salvador ha padecido todo lo imaginable que nosotros podemos sentir o experimentar, Él puede ayudar a los débiles a fortalecerse” (“La Expiación: nuestra mayor esperanza”, Liahona, enero de 2002, pág. 22).

  • La vida terrenal es un don preciado de Dios, un don que debe ser valorado y protegido (véase Doctrina y Convenios 18:10; M. Russell Ballard, “Lo que sabemos y lo que no sabemos sobre el suicidio”, Liahona, marzo de 1988, págs. 16–20).

  • Cuando alguien se quita la vida, solo Dios puede juzgar los pensamientos, las acciones y el nivel de responsabilidad de esa persona. El suicidio no tiene por qué ser la característica que defina la vida eterna de una persona (véanse 1 Samuel 16:7; Doctrina y Convenios 137:9 ).

    2:6

Recurso adicional

Señales de advertencia de suicidio

La mayoría de las personas que han intentado suicidarse no desean morir; simplemente quieren encontrar alivio al dolor físico, mental, emocional o espiritual por el que están pasando. Muchas personas en crisis muestran señales de advertencia antes de intentar suicidarse. Si usted aprende a reconocer las señales de advertencia, estará mejor preparado para ministrar a quienes necesiten ayuda. Preste atención a frases como: “No me importa si muero” o “Todo el mundo estaría mejor sin mí”. Las señales de advertencia incluyen los siguientes comportamientos:

  • Buscar una manera de quitarse la vida

  • Hablar acerca de sentirse sin esperanza o no tener razón para vivir

  • Hablar acerca de sentirse atrapado o tener un dolor insoportable

  • Hablar acerca de ser una carga para los demás

  • Aumentar el consumo de alcohol o drogas

  • Regalar artículos personales sin ninguna razón

  • Actuar con ansiedad, estar irritado o comportarse de forma imprudente

  • Alejarse o aislarse

  • Mostrar ira o hablar sobre buscar venganza

  • Mostrar cambios de ánimo extremos

Una señal de advertencia en sí misma no significa que haya una crisis, pero si la persona tiene un historial de intentos de suicidio o si usted observa un cambio repentino en ella o comienza a ver múltiples señales, actúe de inmediato. Hay líneas gratuitas de ayuda ante crisis e información adicional disponibles en suicide.ChurchofJesusChrist.org. (Véase “Cómo ayudar a alguien que afronta una crisis” en esta guía para obtener más detalles).

A pesar de nuestros mejores esfuerzos, no todos los suicidios se pueden prevenir. Algunos suicidios ocurren sin ninguna advertencia obvia. Usted no es responsable de la decisión de otra persona de quitarse la vida.

Recursos adicionales

Cómo ayudar a alguien que afronta una crisis

Siempre tome en serio las señales de advertencia de suicidio y toda amenaza de intento de suicidio, incluso si considera que la persona no piensa seriamente en quitarse la vida o solo está buscando llamar la atención. Siga estos tres pasos para ofrecer apoyo: preguntar, interesarse, decir.

Paso 1: Preguntar. Pregunte directamente a la persona si está pensando en cometer suicidio. Podría preguntar: “¿Has pensado en quitarte la vida?”. Si dice que ha pensado en el suicidio, pregúntele si tiene un plan. Podría preguntar: “¿Tienes un plan para hacerte daño?”. Si la persona tiene un plan, llévela de inmediato a un hospital o a una clínica, o llame al proveedor de servicios de emergencia o a la línea de ayuda ante crisis de su zona. (Véase suicide.ChurchofJesusChrist.org/crisis para encontrar líneas de ayuda en todo el mundo). Si la persona no tiene un plan, siga con el paso 2.

Paso 2: Interesarse. Demuestre que usted está interesado en escuchar lo que la persona dice. Dele tiempo para que explique cómo se siente. Respete sus sentimientos y diga algo como: “Siento mucho que estés sufriendo tanto” o “No me había dado cuenta de lo difícil que eran las cosas para ti”. Podría ofrecerse a ayudarla a elaborar un plan de seguridad para la prevención de suicidios (véase “Cómo crear un plan de seguridad para la prevención de suicidios”, Doug Thomas, Liahona, septiembre de 2016, pág. 33). Un plan de seguridad puede ayudar a las personas a reconocer sus fortalezas personales, relaciones positivas y aptitudes para sobrellevar los problemas de manera saludable. También puede reducir el acceso de la persona a medios para autolesionarse, tales como armas o pastillas. Si la persona le pide que no le hable a nadie acerca de sus sentimientos, explique que usted respetará su privacidad tanto como sea posible, pero que ella necesita más ayuda de la que usted le puede dar.Nunca prometa mantener en secreto los pensamientos suicidas de la persona.

Paso 3: Decir. Aliente a la persona a decírselo a alguien que pueda ofrecerle más apoyo. Comparta información de contacto de recursos útiles en su zona. Los recursos pueden abarcar hospitales de la comunidad, clínicas para atención de urgencias y líneas de ayuda gratuita ante crisis.. Si la persona no busca ayuda, usted debe informar a alguien. Podría decir algo como: “Me preocupo por ti y deseo que estés a salvo. Voy a hablar con alguien que puede ofrecerte la ayuda que necesitas”. Respete la privacidad de la persona solo comentando la situación a alguien que usted considera que puede ayudar, como un miembro cercano de la familia, el obispo de la persona, un consejero escolar, un médico u otro profesional del cuidado de la salud. Si no está seguro con quién hablar, comuníquese con su obispo o llame a una línea de ayuda gratuita ante crisis en su zona. Recuerde que no se espera que apoye a la persona usted solo.

Nota: Si está liderando el análisis, considere pedir a los participantes que practiquen estos pasos. Presénteles una situación en la que alguien se acerca a ellos y expresa pensamientos suicidas, y pídales que practiquen cómo actuarían.

Recursos adicionales

Cómo reaccionar ante un suicidio

A pesar de nuestros mejores esfuerzos, no todos los suicidios se pueden prevenir. Es normal que aquellas personas afectadas por un suicidio tengan sentimientos de negación, conmoción, culpa, ira y confusión. El presidente M. Russell Ballard dijo: “El hecho de quitarse la vida es una verdadera tragedia ya que este acto deja muchas víctimas: primeramente, la persona que muere; luego, el gran número de familiares y amigos que quedan atrás, algunos para soportar años de profundo dolor y confusión” (“Lo que sabemos y lo que no sabemos sobre el suicidio”, Liahona, marzo de 1988, págs. 16–17). Para esas personas, la sanación llega mediante el Salvador, que “descendió debajo de todo” para que pudiera saber “según la carne […] cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las debilidades de ellos” (Doctrina y Convenios 88:6; Alma 7:12). Los recursos y la orientación profesional también pueden ser útiles.

Los consejos de estaca y de barrio podrían analizar cómo apoyar a la persona o la familia después de un suicidio. Las preguntas para analizar pueden incluir lo siguiente:

  • ¿Cómo pueden las enseñanzas y la expiación de Jesucristo brindar sanación a la persona o la familia?

  • ¿Qué necesidades han observado los hermanos y las hermanas ministrantes en la persona o la familia? ¿Qué servicio han brindado?

  • ¿Qué apoyo emocional o espiritual continuo necesitará la persona o la familia? ¿Quién puede ofrecer este apoyo?

  • ¿La persona o la familia tiene necesidades temporales, tales como transporte o alimentos?

  • ¿Cómo pueden los líderes de las organizaciones de barrio apoyar a los niños y a los jóvenes que han perdido a un ser querido?

El proceso de duelo después de un suicidio puede durar mucho tiempo. Si alguien continúa sintiendo un dolor o sufrimiento intenso, delibere en consejo con aquellos que se preocupen por la persona. Considere en oración cómo puede ofrecer apoyo de la mejor manera. Podría ayudar a la persona a obtener una bendición del sacerdocio o conectarla con recursos en su zona. Pueden ser de utilidad los grupos de apoyo para casos de duelo, los médicos u otros profesionales de la atención médica.

Nota: Si está liderando el análisis, no hable sobre cómo la persona se quitó la vida. Esto puede alentar involuntariamente a que alguien del grupo copie el comportamiento descrito. Si una persona comienza a compartir esos detalles en un grupo, redirija el análisis de manera amable.

Recursos adicionales

Otros recursos

Consejo de los líderes de la Iglesia

Experiencias personales de los miembros

Otros recursos de la Iglesia

Véase suicide.ChurchofJesusChrist.org para obtener recursos adicionales.