Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia
La revelación: ‘Una incesante melodía y un fuerte llamado’


Capítulo 22

La revelación: “Una incesante melodía y un fuerte llamado”

La revelación continua es la médula misma del Evangelio de Jesucristo.

De la vida de Spencer W. Kimball

En una ocasión, el presidente Spencer W. Kimball habló en una conferencia de prensa que se llevó a cabo en el Centro de Visitantes del Templo de Arizona. Uno de los periodistas le preguntó: “Nos lo presentaron como Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y también como profeta. Mi pregunta es: ¿Dios le habla a usted? Y si es así, ¿cómo lo hace?”. El presidente Kimball contestó: “Sí, Dios habla a Sus profetas de hoy como habló a los profetas de ayer y como hablará a los de mañana. Usted recordará lo que Amós escribió: ‘Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas’ (Amós 3:7). A veces habla con una voz audible; a veces envía a Sus ángeles, como lo hizo con José, el padrastro de Jesús. Usualmente, es la voz suave y apacible de Dios al espíritu que está dentro. Sí, lo hace. ¿He respondido a su pregunta, joven?” 1

Continuing revelation is the lifeblood of the gospel of Jesus Christ.

“Todas las noches y todas las mañanas me arrodillo y ruego con profunda sinceridad que Él me inspire y que me revele la dirección en que debo ir y lo que debo decir al pueblo de esta Iglesia”.

El presidente Kimball confiaba en el principio de la revelación continua, asegurando que “es la médula misma del Evangelio del Señor y Salvador viviente, Jesucristo” 2. Esa confianza, dijo el élder Neal A. Maxwell, del Quórum de los Doce Apóstoles, “era claramente parte intrínseca de la naturaleza de este hombre muy especial” 3. El presidente Kimball asumió seriamente su responsabilidad de Presidente de la Iglesia, sabiendo que era la única persona en la tierra que estaba autorizada para recibir revelación para la Iglesia. Él testificó: “Sé que el Señor me ha llamado a ocupar esta posición. Sé que quizás haya profetas más grandes que yo, pero deseo hacer todo lo que pueda por llevar adelante la obra del Señor en la forma en que Él quiere. Todas las noches y todas las mañanas me arrodillo y ruego con profunda sinceridad que el Señor me inspire y que me revele la dirección en que debo ir y lo que debo decir al pueblo de esta Iglesia” 4.

Durante todo su servicio como Presidente de la Iglesia, recibió revelaciones para guiar a los santos. La más conocida de todas ocurrió en junio de 1978, cuando el Señor le reveló, y también a sus hermanos de la Primera Presidencia y del Quórum de los Doce Apóstoles, que las bendiciones del sacerdocio, que habían sido limitadas para algunos, estaban a partir de entonces disponibles para todos los miembros dignos de la Iglesia (véase Doctrina y Convenios, Declaración Oficial 2). Esa revelación vino después de varios años en que otros Presidentes de la Iglesia habían meditado y orado sobre el asunto.

Públicamente, el presidente Kimball no habló mucho sobre dicha revelación, pero sí dio una idea de su preparación personal para recibirla y de vez en cuando expresó su manera de sentir al respecto:

“Sabía que ante nosotros había algo de suma importancia para muchos de los hijos de Dios. Sabía que únicamente podríamos recibir las revelaciones del Señor si éramos dignos y estábamos preparados para aceptarlas y ponerlas en práctica. Día tras día entraba con gran solemnidad y seriedad a los aposentos superiores del templo, y allí ofrecía mi alma y mis esfuerzos para seguir adelante con el programa. Yo quería hacer lo que Él deseaba. Hablé con Él al respecto y le dije: ‘Señor, tan sólo deseo lo que es correcto. No estamos haciendo ningún plan espectacular. Deseamos sólo aquello que Tú desees, y lo queremos cuando Tú lo quieras y no hasta entonces’ ” 5.

“En la primavera de 1978, nosotros, los que ustedes han sostenido en la actualidad como Profetas, Videntes y Reveladores, llegamos a sentir algo muy similar a lo que habrán sentido los hermanos de la antigüedad cuando se recibió la revelación de que los gentiles debían ser ‘coherederos… y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio’ (Efesios 3:6). Eso era algo, según lo dijo Pablo, ‘que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu’ (Efesios 3:5).

“Tuvimos la gloriosa experiencia de que el Señor nos indicara claramente que había llegado el momento en que todos los hombres y las mujeres dignos, en todas partes, fueran coherederos y partícipes de la plenitud de las bendiciones del Evangelio. Como testigo especial del Salvador, quiero que sepan cuán cerca me he sentido de Él y de nuestro Padre Celestial en las numerosas oportunidades en que he estado en los aposentos superiores del templo, a los que he ido solo varias veces algunos días. El Señor me hizo ver muy claramente lo que había que hacer. No esperamos que la gente del mundo entienda estas cosas, porque siempre encontrarán rápidamente sus propias razones para no creerlas o para negar el proceso divino de la revelación” 6.

Además de testificar que la revelación guía las decisiones de los líderes de la Iglesia, el presidente Kimball enseñó que todos podemos recibir revelación para guiarnos en la vida y fortalecernos en nuestras responsabilidades. “La bendición de la revelación es algo que todos debemos buscar”, decía 7.

Enseñanzas de Spencer W. Kimball

Dios el Padre y Jesucristo anhelan comunicarse con los seres humanos.

Se ha dicho que vivimos en una época en la cual Dios, si es que hay un Dios, ha optado por permanecer en silencio; pero La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días proclama al mundo que ni el Padre ni el Hijo están silenciosos. Ambos hablan y están en comunión con el hombre cuando es apropiado y necesario, y constantemente expresan Su disposición, en verdad Su anhelo, de mantener la comunicación con los seres humanos 8.

Un teólogo dijo que al hombre le es imposible encontrar a Dios o conocerlo. Eso es como decir: “Nunca he subido al monte Ararat, así que nadie puede subir; o nunca me he bañado en las aguas claras y cálidas del Adriático, así que no hay un mar Adriático; o nunca he visto los animales salvajes del Parque Kruger, así que no existe un Parque Kruger; o siempre he tenido salud, así que el dolor del que se quejan las personas debe de ser producto de su imaginación. Nunca he ido como astronauta al espacio; por lo tanto, nadie puede ir al espacio”.

No hay mucha diferencia en decir que como nunca he oído ni visto a Dios, ningún hombre puede haber visto ni oído a Dios ni andado con Él. Qué presuntuoso y arrogante es que una persona diga que Dios es inaccesible, imposible de conocer, invisible y mudo, sólo porque ella misma no se haya preparado para la experiencia 9.

Se debe tener en cuenta que Dios no se puede hallar sólo por medio de la investigación ni Su Evangelio se puede comprender ni apreciar sólo por estudiarlo, porque nadie conocerá al Padre ni al Hijo sino “aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (Lucas 10:22). El escéptico aprenderá algún día con dolor, ya sea en esta vida o en la eternidad, que su orgullo le ha privado de mucho gozo y progreso 10.

Nos sentimos felices de saber que el Dios de este universo es un Dios de revelación. Nuestro Señor comunica Su intención y voluntad a Sus hijos de la tierra. Si lo buscamos, Él se revelará a Sí mismo más y más, y en una plenitud cada vez mayor, y llegaremos a comprenderlo hasta donde sea posible para el ser mortal comprender a Dios. No podemos adorar a un ser que sea producto de nuestra creación o de la imaginación. Adoramos a un Ser que vive, que es un Creador y que nos comunica Su carácter, Sus atributos y la grandeza de Su Ser 11.

Ni el Padre Elohim ni el Hijo Jehová se apartarían de los hijos de los hombres. Si hay una separación, son éstos, los hombres, los que se han apartado. Tanto el Padre como el Hijo se complacen en tener comunión y relación con los seres humanos…

…A pesar de todos los dioses que el hombre se ha fabricado y de la confusión que surge de ello, el Dios verdadero y viviente está en el cielo, a disposición de Sus hijos 12.

Aunque algunas revelaciones son espectaculares, la mayoría surgen como impresiones profundas en la mente y en el corazón.

En la actualidad, al igual que en tiempos pasados, muchas personas tienden a creer que si hubiera revelación, tendría que venir acompañada de asombrosas y espectaculares manifestaciones. Les es difícil aceptar como revelación la gran cantidad de ellas que se recibieron en los tiempos de Moisés, de José y de nuestros propios días, aquellas revelaciones que reciben los profetas como profundas e inexpugnables impresiones, que se asientan en su mente y su corazón como rocío del cielo o como el alba que disipa las tinieblas de la noche.

Si espera algo espectacular, uno puede no estar alerta a la constante corriente de comunicación. Yo afirmo, con la más profunda humildad pero también con la potestad y la fuerza del ardiente testimonio que hay en mi alma, que desde el Profeta de la Restauración hasta el de nuestros días, la línea de comunicación permanece ininterrumpida, la autoridad es continua y que una luz brillante y penetrante sigue iluminándonos. La voz del Señor es una incesante melodía y un llamado atronador 13.

La revelación no siempre significa “caminar con Dios” ni “cara a cara” ni como “voz al oído”. Hay muchas clases de revelación, algunas más y otras menos espectaculares 14.

Algunas revelaciones se reciben en sueños. La mayoría de los sueños son tontos y no tienen sentido, pero el Señor los utiliza para iluminar a ciertas personas… Nabucodonosor tuvo un sueño significativo (véase Daniel 2) que después olvidó, pero Daniel se presentó y se lo recordó y le dio la interpretación. El Señor lo dio a conocer a Daniel por una razón determinada.

Y está el sueño de Pedro en el que vio una sábana que descendía del cielo llena de toda clase de animales, y tenía un significado muy especial (véase Hechos 10:9–35)…

Pablo, con su gran experiencia, tuvo el mismo tipo de revelación por medio de un sueño. “Y se le mostró a Pablo una visión de noche”, y recibió instrucciones necesarias para él y para el reino (Hechos 16:9)…

Se mencionan otras revelaciones espectaculares. Está la venida de Moroni, una persona, un ser resucitado, para traer el gran registro de los antiguos habitantes de América y la restauración del Evangelio…

Después vino Juan el Bautista, a quien el rey había mandado cortar la cabeza en un momento de debilidad… y vinieron Pedro, Santiago y Juan… Así también se hizo la restauración de todo, paso a paso, y todo vino por revelación, por visión, por sueños o a través de una impresión profunda.

Ahora bien, no todas las revelaciones de las Santas Escrituras fueron manifestaciones espectaculares. Al leer el Antiguo Testamento, nos encontramos con que el Señor habla. Habló a Isaías, a Jeremías y a otros, aunque no siempre con apariciones personales. Era algo similar a la experiencia de Enós; al leer el libro de Enós, en el Libro de Mormón, vemos que él había estado ayunando y orando, buscando y pidiendo guía y perdón de sus pecados en particular: “Y mientras así me hallaba luchando en el espíritu, he aquí, la voz del Señor de nuevo penetró mi mente, diciendo…” (Enós 1:10). De ese modo han venido muchas, muchísimas revelaciones.

Most revelations come as deep impressions to the mind and heart.

Como Enós, nos daremos cuenta de que la revelación viene muchas veces en forma silenciosa, sin manifestaciones espectaculares.

Se recibe entonces revelación, a veces con la aparición personal de seres celestiales… Pero la mayoría de las que recibió el profeta José Smith en el sagrado registro de Doctrina y Convenios no le llegaron de esa manera, sino como profundas impresiones 15.

La mayor parte de las que se registran en Doctrina y Convenios y en la Biblia eran sentimientos profundos y una impresionante conciencia de guía que proviene de lo alto. Ésa es la clase de revelación que muchas veces las personas reciben para su propio beneficio 16.

A veces no las reconocemos al recibirlas. Oramos y oramos y oramos suplicando sabiduría y discernimiento, y luego sentimos que debemos seguir una dirección en particular; en eso hay revelación. Es el Señor que contesta las preguntas que le han formulado 17.

¿Qué lenguaje emplearía el Señor al hablar? Por medio del profeta José Smith, Él aconsejó a Oliver Cowdery, que tenía dudas sobre una respuesta a sus oraciones:

“De cierto, de cierto te digo: Si deseas más testimonio, piensa en la noche en que me imploraste en tu corazón, a fin de saber tocante a la verdad de estas cosas.

¿No hablé paz a tu mente en cuanto al asunto? ¿Qué mayor testimonio puedes tener que de Dios? (D. y C. 6:22–23)18.

El Señor revela Su voluntad con respecto a la Iglesia por medio de profetas vivientes.

De entre todas las bendiciones, aquella por la cual debemos estar más agradecidos hoy es el hecho de que los cielos de verdad están abiertos y que la Iglesia restaurada de Jesucristo está fundada sobre la roca de la revelación. La revelación continua es la médula misma del Evangelio del Señor y Salvador viviente, Jesucristo 19.

…El Libro de Mormón está formado por registros vitales e invalorables de la América antigua, con enseñanzas de Cristo, y es otro testimonio de Su divinidad; declaramos que es Escritura divina, contemporánea de la Biblia y que confirma ésta.

Desde [la Primera Visión de José Smith en] 1820 hemos continuado recibiendo Escritura adicional, incluso las numerosas y esenciales revelaciones que fluyen en una corriente sin fin de Dios a sus profetas en la tierra; muchas de éstas se encuentran en otro libro de Escrituras llamado Doctrina y Convenios. Y completando nuestras Escrituras de los Santos de los Últimos Días está La Perla de Gran Precio, otro registro de revelación y de escritos traducidos tanto de profetas antiguos como modernos.

Con la impresión y encuadernación de estos registros sagrados, hay aquellos que pensarán que “el día de los profetas” ha llegado a su fin. Pero de nuevo testificamos al mundo que la revelación continúa y que los archivos y las cámaras acorazadas de la Iglesia contienen toda la que se recibe mes a mes y día a día. También testificamos que, desde que se organizó La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en 1830, ha habido y siempre habrá, mientras exista el tiempo, un profeta, reconocido por Dios y por su pueblo, que continuará interpretando la intención y la voluntad del Señor 20.

Cuando… después de hacer ayuno y orar, [los líderes de la Iglesia] toman decisiones importantes, crean nuevas misiones y estacas, inician nuevas normas y prácticas, la noticia se toma como cosa natural y posiblemente se piense que sólo se trata de cálculos humanos. Pero para aquellos que se encuentran en los círculos internos y escuchan las oraciones del profeta y su testimonio del hombre de Dios; para los que ven el discernimiento de sus razonamientos y la sagacidad de sus decisiones y declaraciones, para ellos él es, sin ninguna duda, un profeta. El oírle concluir las nuevas resoluciones importantes con expresiones solemnes como “el Señor está complacido”, “esta decisión es buena”, “nuestro Padre Celestial ha hablado” es saberlo positivamente 21.

La revelación no ha cesado ni cesará. Este reino de Dios se ha establecido por el resto del tiempo para no destruirse nunca ni darse a otro pueblo. Es un programa continuo que aumentará en lugar de disminuir. Sus doctrinas están bien establecidas, pero debido al crecimiento y la expansión, se fomentan mejores métodos para enseñar el Evangelio por todo el mundo. Se llama a siervos adicionales por el aumento de la obra en un mundo más amplio. La revelación y otros milagros no cesarán jamás a menos que cese la fe. Donde hay suficiente fe, lo demás continuará.

El profeta Mormón advirtió esto: “Sí, ¡ay de aquel que niegue las revelaciones del Señor, y del que diga que el Señor ya no obra por revelación, ni por profecía, ni por dones, ni por lenguas, ni por sanidades, ni por el poder del Espíritu Santo!” (3 Nefi 29:6) 22.

Doy testimonio de que la Iglesia avanza por medio de las revelaciones de Dios a Sus líderes, llamados por inspiración divina. El Todopoderoso está con Su pueblo 23.

Si guardamos los mandamientos, ejercemos la fe y oramos sinceramente, nos hacemos merecedores de recibir revelación personal.

…Todos debemos procurar la bendición de la revelación. Tanto los hombres como las mujeres de rectitud saben que cuentan con el espíritu de revelación para dirigir a su familia y ayudarles en otras responsabilidades. Pero… debemos tratar de hacernos dignos de recibir tal revelación poniendo en orden nuestra vida y llegando a conocer al Señor mediante frecuentes y regulares conversaciones con Él 24.

El Señor no va a obligar a la gente a creer en Él; y si no creen, no recibirán revelación. Si se sienten satisfechos de depender de sus propias deducciones e interpretaciones limitadas, por supuesto que el Señor los entregará al destino que ellos mismos han elegido.

…Las mismas revelaciones, visiones, sanidades y dones de lenguas están disponibles hoy como en cualquier otra época, siempre que haya suficiente fe 25.

El Todopoderoso está con Su pueblo. Si cumplimos nuestro deber y guardamos los mandamientos de Dios, tendremos todas las revelaciones que nos hagan falta…

Recuerden:

Si hay ojos que vean, habrá visiones que inspiren.

Si hay oídos que escuchen, habrá revelaciones.

Si hay corazones que comprendan, sepan esto: que las verdades del Evangelio de Jesucristo que exaltan ya no estarán ocultas ni serán misterios, y que todos los que busquen anhelosamente podrán conocer a Dios y Su plan 26.

Después de darles su albedrío, el Padre Celestial persuade y dirige a Sus hijos, pero espera que le eleven sus pensamientos en oración y que sinceramente se acerquen a Él…

El Señor está ansioso de ver el despertar de sus primeros deseos y esfuerzos por penetrar la oscuridad. Por haberle dado la libertad de opción, debe permitir al hombre que busque a tientas su camino hasta alcanzar la luz. Pero cuando éste comienza a tener hambre, cuando sus brazos se extienden, sus rodillas empiezan a doblarse y su voz expresa la razón, entonces y sólo entonces nuestro Señor expande los horizontes, descorre el velo y hace posible que el hombre salga de la penumbra en la que se tambalea hacia la seguridad de una luz celestial 27.

Si una persona que ha estado arrodillada se levanta después de decir nada más que palabras, debe volver a arrodillarse y quedarse así hasta que haya establecido comunicación con el Señor, que está ansioso por bendecir pero que, habiendo dado al hombre su albedrío, no lo forzará a acercarse a Él 28.

¿Quieren una guía? ¿Han orado al Señor pidiendo inspiración? ¿Quieren hacer lo correcto o quieren salirse con la suya, esté o no esté bien? ¿Quieren hacer lo que al final sea mejor para ustedes o lo que les parezca más deseable en el momento? ¿Han orado? ¿Cuánto han orado? ¿Cómo oraron? ¿Han orado como lo hizo el Salvador del mundo en Getsemaní? ¿o han pedido lo que quieren sin tener en cuenta si es apropiado o no? ¿Dicen en sus oraciones: “Que se haga Tu voluntad”? ¿Han dicho: “Padre Celestial, si me inspiras y me das impresiones de lo correcto, así lo haré”? ¿O en su oración dijeron: “Dame lo que quiero o yo lo conseguiré igual”? Me pregunto si habrán dicho: “Padre Celestial, te quiero, creo en Ti, sé que eres Omnisciente. Soy una persona honrada y tengo el deseo sincero de hacer lo correcto. Sé que Tú ves el fin desde el principio, que ves el futuro. Tú sabes si en la situación en que me encuentro tendré paz o tumulto, felicidad o dolor, éxito o fracaso. Por favor, dime qué hacer, amado Padre Celestial, y te prometo hacer lo que Tú digas”. ¿Han orado de esa manera? ¿No creen que sería prudente hacerlo? ¿Tienen bastante valor como para orar así? 29

El Señor dará respuesta a sus oraciones y a sus preguntas si lo escuchan. No tiene que venir todo por medio del profeta… Todas las personas, si son bastante dignas y están bastante cerca del Señor, pueden recibir revelaciones 30.

Most revelations come as deep impressions to the mind and heart.

“El Señor dará respuesta a sus oraciones y a sus preguntas si ustedes lo escuchan”.

Sugerencias para el estudio y la enseñanza

Al estudiar el capítulo o al prepararse para enseñar su contenido, tenga en cuenta estos conceptos. Para ayuda adicional, vea las páginas V–X.

  • Repase lo que relata el presidente Kimball de cuando recibió la revelación sobre el sacerdocio, en 1978 (págs. 262–263). Mientras que algunos aspectos de la experiencia que él tuvo eran particulares de esa revelación, ¿qué otros son comunes en todos nuestros esfuerzos por recibir revelación? ¿Cómo podemos seguir su ejemplo?

  • Repase la sección que empieza en la página 263. ¿Qué le diría a una persona amiga que asegure que Dios guarda silencio? ¿Qué pasajes de las Escrituras o experiencias propias podría mencionar para ayudar a esa persona?

  • ¿De qué maneras puede presentarse la revelación? (Véanse los ejemplos en las págs. 265–267.) El presidente Kimball enseñó que la mayoría de las revelaciones nos llega en forma de impresiones profundas y no de manifestaciones espectaculares. ¿Cómo podemos reconocer si un pensamiento o un sentimiento proviene del Señor? (Véase la pág. 267.)

  • Además de las Escrituras, ¿para qué necesitamos profetas contemporáneos? (Véanse los ejemplos en las págs. 267–269.) ¿Cómo le han bendecido a usted las revelaciones que ha recibido el Presidente de la Iglesia?

  • ¿Qué consejo le daría a alguien que esté buscando la guía del Señor? (Véanse las págs. 269–271.)

Pasajes relacionados: 1 Reyes 19:9–12; Moroni 10:3–5; D. y C. 1:38; 8:2–3; 43:1–4; 76:5–10.

Notas

  1. Citado por Oscar W. McConkie en Aaronic Priesthood, 1977, pág. 13.

  2. Véase “La palabra del Señor…”, Liahona, octubre de 1977, pág. 63.

  3. “Spencer, the Beloved: Leader-Servant”, Ensign, diciembre de 1985, pág. 17.

  4. En Conference Report, Conferencia de Área de la Ciudad de Guatemala, Guatemala, 1977, pág. 24.

  5. The Teachings of Spencer W. Kimball, ed. por Edward L. Kimball, 1982, pág. 451.

  6. Véase “El Salvador: centro de nuestra vida”, Liahona, diciembre de 1979, pág. 5.

  7. Véase “El ejemplo de Abraham”, Liahona, diciembre de 1975, pág. 3.

  8. Véase La fe precede al milagro, 1983, pág. 67.

  9. Discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad Brigham Young, 27 de mayo de 1966, impreso en Church News, 4 de junio de 1966, pág. 12.

  10. En Conference Report, octubre de 1944, pág. 44.

  11. The Teachings of Spencer W. Kimball, págs. 7–8.

  12. En Conference Report, abril de 1964, págs. 93, 94; Improvement Era, junio de 1964, pág. 496.

  13. Véase Liahona, octubre de 1977, pág. 65.

  14. En Conference Report, octubre de 1966, pág. 23; Improvement Era, diciembre de 1966, pág. 1106.

  15. The Teachings of Spencer W. Kimball, págs. 455–456.

  16. Véase La fe precede al milagro, pág. 31.

  17. The Teachings of Spencer W. Kimball, pág. 454.

  18. “Pray Always”, Ensign, octubre de 1981, pág. 5.

  19. Véase Liahona, octubre de 1977, pág. 63.

  20. Véase Liahona, octubre de 1977, pág. 65.

  21. “…To His Servants the Prophets”, Instructor, agosto de 1960, pág. 257.

  22. “Gospel Forum: Continuing Revelation”, Ensign, febrero de 1971, pág. 21.

  23. Véase La fe precede al milagro, pág. 48.

  24. Véase Liahona, diciembre de 1975, pág. 3.

  25. Véase Liahona, octubre de 1977, pág. 65.

  26. En Conference Report, octubre de 1966, pág. 26; Improvement Era, diciembre de 1966, pág. 1108.

  27. En Conference Report, Conferencia de Área de Munich, Alemania, 1973, págs. 74–75.

  28. The Teachings of Spencer W. Kimball, pág. 124.

  29. The Teachings of Spencer W. Kimball, págs. 123–124.

  30. The Teachings of Spencer W. Kimball, pág. 455.