En el libro de Mormón se enseña que “todos son iguales ante Dios”, sean “negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres” (2 Nefi 26:33). A lo largo de la historia de la Iglesia, se han bautizado personas de toda raza y etnia en muchos países, quienes han vivido como miembros fieles de la Iglesia. Durante la vida de José Smith, algunos varones de raza negra miembros de la Iglesia fueron ordenados al sacerdocio. A principios de la historia de la Iglesia, sus líderes dejaron de conferir el sacerdocio a los varones de raza negra de ascendencia africana. Los registros de la Iglesia no ofrecen una idea clara en cuanto a los orígenes de esta práctica. Los líderes de la Iglesia creían que era necesaria una revelación de Dios para alterar dicha práctica y procuraron guía por medio de la oración. La revelación llegó al Presidente de la Iglesia, Spencer W. Kimball, y fue confirmada a otros líderes de la Iglesia en el Templo de Salt Lake, el 1º de junio de 1978. La revelación quita todas las restricciones relacionadas con la raza que alguna vez se aplicaron al sacerdocio.