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Cuatro ideas para desarrollar relaciones interconfesionales
“Dios utiliza a más de un grupo de personas para llevar a cabo Su obra grande y maravillosa”1.
¿Qué puede suceder cuando personas de diversas religiones y creencias se unen? Las comunidades, las familias e incluso el mundo pueden ser bendecidos. Por ejemplo, durante la Conferencia General de abril de 2020, el presidente Russell M. Nelson invitó a todos, tanto a los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días como a quienes no son de nuestra religión, a ayunar y a orar para recibir alivio de la pandemia del COVID-192.
En respuesta a la invitación mundial del presidente Nelson a ayunar, muchas personas de religiones de todo el mundo se unieron en una causa común.
Varios grupos de Facebook comenzaron a invitar a miles de personas a relatar sus experiencias. Brandi, una miembro de un grupo, dijo: “Desde que me uní a este grupo, mi vida cambió para siempre. Ver tanta bondad ha tenido una gran influencia en mí […]. Formar parte de este increíble grupo, con personas de todo tipo uniéndose en amor y paz, es como estar en otro mundo […]. Lo que he vivido y sentido en este grupo, junto con más de medio millón de personas, es sin duda un atisbo de lo que será el cielo. Todos los hijos de Dios unidos”3.
Los líderes de la Iglesia han animado continuamente a las personas a trabajar con quienes profesan otras creencias para entablar amistades, fortalecer las comunidades y fomentar la unidad.
El presidente Dallin H. Oaks, Primer Consejero de la Primera Presidencia, dijo: “No obstante todo lo que nuestra Iglesia hace directamente, la mayoría del servicio humanitario brindado a los hijos de Dios a nivel mundial lo ofrecen personas y organizaciones que no tienen conexión formal con la Iglesia. Como observó uno de nuestros apóstoles: ‘Dios utiliza a más de un grupo de personas para llevar a cabo Su obra grande y maravillosa […]. Es demasiado grande, demasiado difícil, para un solo pueblo’”4.
¿Qué podemos hacer para seguir el consejo profético y participar en la colaboración interconfesional como personas, familias, barrios o ramas? A continuación, hay cuatro ideas para ayudarte a comenzar:
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Haz una actividad de servicio, como una campaña de donación de sangre. En California, EE. UU., miembros de la Iglesia se unieron a otros cristianos en una campaña interconfesional de donación de sangre. El élder Robert N. Packer, quien entonces era Setenta de Área, dijo: “Esto se está haciendo porque hay mucho amor entre esta comunidad católica y la comunidad Santo de los Últimos Días”5.
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Planifica un campamento diurno interconfesional para niños o jóvenes, y participa en él. Algunos miembros de la Iglesia de Manila, Filipinas, participaron en un campamento interconfesional anual realizado por Religions for Peace Asia & the Pacific Interfaith Youth Network. El campamento proporciona a “los líderes las herramientas que necesitan para trabajar juntos y tratar los múltiples problemas a los que se enfrentan los jóvenes”6.
Los campamentos y las actividades interconfesionales pueden ofrecer oportunidades para unirnos a los demás, donde todos podamos sentir la paz que proviene al servir como Jesucristo.
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Participa en campañas locales de donación de alimentos. Walker N., de siete años, de Alberta, Canadá, dijo: “Nuestra ciudad hace una campaña interconfesional de donación de alimentos todos los años. Repartimos volantes y luego recolectamos los alimentos que se dejan en las entradas de las casas. Cuando entregamos los alimentos al depósito, me sentí muy emocionado. Mi mamá dijo que ese sentimiento era el Espíritu Santo”7.
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Participa en conciertos interconfesionales. Megan C., de dieciocho años; Ethan M., de diecinueve años; y Romy C., de diecisiete años, de Florida, EE. UU., participaron en un festival de música interconfesional con la meta de “ayudar a las personas de diferentes orígenes a llegar a ser amigas”8.
“En un mundo en el que se persiguen tanto las religiones y la fe, es agradable que todos podamos reunirnos y conversar unos con otros […]. [A los asistentes] no les importaba de qué religión eran las personas, tan solo querían ofrecer su ayuda”, dijo Romy9.
Durante el Foro Interreligioso del G20 en Italia, el élder Jack N. Gerard, de los Setenta, nos recordó la importancia de trabajar juntos con personas de todas las creencias a medida que nos esforzamos por seguir el ejemplo de Jesucristo: “Las relaciones conducen a un verdadero entendimiento […]. Tenemos que elevarnos por encima de la polarización que vemos en el mundo actual y debemos liderar para recordar a nuestros propios miembros que demuestren, por medio del ejemplo en todo el mundo, que en nuestras tradiciones religiosas el Salvador mismo fue un gran sanador. Él nos unió y nos alentó a no juzgarnos unos a otros, sino a ser moderados, a ser considerados en la forma en que nos tratamos unos a otros. Podemos unirnos y elevarnos por encima de lo que permite la tecnología moderna y encontrarnos en un lugar mejor, habiendo sanado verdaderamente el corazón y las almas de toda la humanidad, sin importar su fe, tradición religiosa o no religiosa”10.