Devocionales de 2024
Fortalecer nuestro testimonio


Fortalecer nuestro testimonio

Devocional mundial para jóvenes adultos

Domingo 18 de febrero de 2024

Élder Ulisses Soares: Bueno, comencemos con el primer tema: “Fortalecer nuestro testimonio”.

HUANCAYO, PERÚ — PREGUNTA 2

Élder Soares, mi pregunta es: ¿Cómo podemos reconocer que estamos siendo adormecidos espiritualmente y cómo podemos salir de ello?

LA PAZ, BOLIVIA — PREGUNTA 6

Élder Soares, ¿qué consejo usted le daría a cualquier joven que vive el Evangelio, sabe que es verdad en su mente, pero no lo siente en su corazón?

CONCEPCIÓN, CHILE — PREGUNTA 11

Hola, élder Soares. Mi pregunta es: ¿Cuál sería la mejor forma de hacer volver a un ser querido a la senda del Evangelio cuando este ya lleva muchos años inactivo?

Élder Soares: Mis queridos amigos, el verdadero testimonio del Evangelio es un testimonio personal que el Espíritu Santo ha dado a nuestra alma de que ciertos hechos de importancia eterna son verdaderos. Ese testimonio personal planta un deseo cada vez mayor en nosotros de volver el corazón hacia el Salvador con fe y arrepentimiento, experimentar un cambio de corazón, recibir las ordenanzas de salvación y hacer convenio de seguirlo continuamente a lo largo de nuestro trayecto por esta vida. Lleva la luz del Evangelio restaurado de Jesucristo a nuestra vida y nos orienta a todos hacia la misma meta de regresar a nuestro Padre Celestial. Un testimonio fuerte se convierte en nuestra motivación para mejorar en esta vida y en un baluarte impenetrable que nos protege de los implacables ataques de Satanás.

El Salvador ha preparado el camino para que fortalezcamos nuestro testimonio y evitemos debilitarnos y caer en la trampa de la apatía espiritual. Él dijo: “Aprende de mí y escucha mis palabras; camina en la mansedumbre de mi Espíritu, y en mí tendrás paz”. El Señor mismo prometió que Él enderezaría nuestras veredas si aceptamos esta invitación.

Hace unos años, nuestro querido profeta, el presidente Russell M. Nelson, enseñó acerca de la necesidad de generar nuestro ímpetu espiritual. Él dijo: “Nunca hemos necesitado tanto ese ímpetu espiritual positivo como ahora para contrarrestar la velocidad a la que se están intensificando la maldad y las señales de los tiempos más tenebrosas”. Él sugirió cinco cosas específicas que podemos hacer que nos ayudarán a mantener un ímpetu espiritual positivo y, en consecuencia, pueden influir en nuestro testimonio del Evangelio de Jesucristo. Son las siguientes: (1) entrar en la senda de los convenios y permanecer en ella, (2) descubrir el gozo del arrepentimiento diario, (3) aprender acerca de Dios y la forma en que Él obra, (4) procurar y esperar milagros y (5) poner fin a los conflictos en su vida personal. Mis queridos amigos, como siempre hacen los profetas, sus enseñanzas van seguidas de promesas: “A medida que actúen conforme a estos objetivos, les prometo que serán capaces de avanzar por la senda de los convenios con mayor ímpetu a pesar de los obstáculos que afronten. Y les prometo más fortaleza para resistir la tentación, más paz mental, liberación del temor y más unidad en su familia”, dijo el profeta.

Amigos míos, la fe se demuestra por medio de la acción, y la acción edifica y fortalece nuestro testimonio. A medida que actuemos con fe en las cosas que enseña nuestro querido profeta, nuestro testimonio del Salvador y de Su Evangelio se fortalecerá, Cristo vivirá en nosotros y nosotros viviremos “arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe […], creciendo en ella con acción de gracias”. Además, tendrán más entusiasmo por el Evangelio, sentirán la influencia del Espíritu Santo con más frecuencia en su vida y llegarán a ser más resilientes espiritualmente y a estar más protegidos frente a la apatía espiritual y al testimonio que se debilita.

Mi querida, ¿quieres decir algo acerca de cómo ayudar a regresar a la senda de los convenios a otras personas que han perdido su testimonio?

Hermana Soares: Creo, y siempre he creído, que la mejor manera de ayudar a un ser querido a regresar a la senda del Evangelio es amar mucho a Dios y a la persona, y ser el mejor ejemplo que podamos ser. Podemos animarlos a llegar a conocer a Dios y a disfrutar del amor perfecto del Salvador sin emitir juicios injustos ni menospreciarlos. Cuanto más amamos a Dios y obedecemos Sus mandamientos, más amor sentimos por la persona y más deseamos que disfrute de las bendiciones del Evangelio, independientemente de dónde se encuentre en la senda del discipulado. Creo que las personas tienen que sentirse muy queridas, aunque sus decisiones los estén alejando de la senda de los convenios.

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