Devocionales de 2024
Cómo perseverar en las pruebas


Cómo perseverar en las pruebas

Devocional mundial para jóvenes adultos

Domingo 18 de febrero de 2024

Élder Ulisses Soares: Muy bien. Gracias. Veamos ahora las preguntas relacionadas con (mostrar imagen) “Sobrellevar las pruebas”.

GHANA – PREGUNTA 7

Élder Soares, quisiera saber por qué siempre cuesta tanto ejercer la fe en los momentos difíciles.

CONCEPCIÓN, CHILE — PREGUNTA 8

Hola, élder Soares. Mi pregunta es la siguiente: ¿Cómo ayudaría a una persona que ha sufrido tanto en su vida que pareciera que las bendiciones del Evangelio de Jesucristo no llegan a su vida?

BILBAO, ESPAÑA – PREGUNTA 2

Élder Soares, en la Iglesia tenemos jóvenes dignos, los cuales han podido prestar un servicio misional y siguen prestando servicio dentro de la Iglesia y fuera de ella. Pero, a pesar de ese tiempo de servicio, ellos no han podido ver todas las bendiciones prometidas. Usted, ¿qué les podría decir a esos jóvenes cuyo viaje terrenal no ha sido tan bendecido como les fue prometido?

Élder Soares: Gracias por estas extraordinarias preguntas. Bueno, un malentendido muy habitual entre muchos de nosotros es que, si nos esforzamos con todo nuestro empeño por seguir la voluntad del Señor, viviendo una vida recta, no nos sucederá nada malo. Cuando aceptamos el plan de nuestro Padre Celestial antes de la vida terrenal, sabíamos que experimentaríamos gozo, así como pruebas y dificultades, durante nuestro trayecto por la vida terrenal. El pasar por esas circunstancias, a veces difíciles, forma parte de nuestro proceso de aprendizaje a fin de hacernos merecedores de regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial. Lo cierto es que afrontaremos adversidades en la vida, independientemente de cuán rectos seamos. Por otro lado, las consecuencias de las buenas acciones ciertamente llegarán, pero a veces no lo harán de inmediato. Es posible que esas bendiciones lleguen en otro momento que no es el nuestro y de acuerdo con la voluntad del Padre, quien, en Su sabiduría y omnisciencia, sabe lo que necesitamos y lo que es mejor para nosotros en esta vida.

Así que una de las cosas más importantes que podemos hacer cuando afrontamos adversidades en la vida terrenal es volver el corazón al Salvador y confiar en Él. Al hacerlo, no solo hallaremos el consuelo que buscamos, sino que también obtendremos una mayor fe y un testimonio de la realidad del Salvador y de Su Expiación. Cristo sufrió dolores, aflicciones y tentaciones de toda clase para poder ser lleno de misericordia y saber cómo socorrernos de acuerdo con nuestras debilidades. El Salvador puede, mejor que ninguna otra persona, sanar los efectos de cualquier circunstancia difícil de la vida terrenal. En ciertas ocasiones, tal vez no seamos sanados físicamente de inmediato de nuestro dolor o enfermedad, pero podemos ser sanados espiritualmente al recibir fortaleza, comprensión y paciencia para llevar las cargas que se nos han impuesto. Así que, al volver el corazón hacia nuestro Salvador, Él obrará maravillas en nuestra vida.

Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que podemos considerar nuestras pruebas y dificultades como oportunidades de progresar, en lugar de dejar que nos abrumen. Les aseguro, mis amigos, que el actuar de esta manera puede darnos oportunidades de demostrar al Señor y demostrarnos a nosotros mismos que podemos hacer y haremos todas las cosas que el Señor nos ha mandado, y de acercarnos más a las cosas de valor eterno, a pesar de nuestras circunstancias. ¡El saber que podemos hacer cosas difíciles nos da mucho poder!

Tal como enseñó el élder Orson F. Whitney, uno de los Apóstoles de la Restauración: “Ningún dolor que suframos y ninguna prueba que experimentemos es en vano, sino que contribuye a nuestro aprendizaje, al desarrollo de virtudes como la paciencia, la fe, el valor y la humildad […] [y], cuando lo sobrellevamos con paciencia, edifica nuestro carácter, purifica nuestro corazón, expande nuestra alma y nos hace más sensibles y caritativos, más dignos de ser llamados hijos de Dios […]. Es por medio del dolor, el sufrimiento y la tribulación, que adquirimos la instrucción por la que vinimos aquí”.

Mis amigos, desarrollar paciencia nos ayuda a mirar la vida desde una perspectiva eterna y se convierte en una influencia sanadora en nuestra alma. Al aprender por medio de nuestra propia experiencia, desarrollamos empatía y compasión por los demás y podemos ser de ayuda para elevarlos en sus momentos de dificultad.

Querida, ¿quieres hacer algún comentario acerca de este importante asunto?

Hermana Soares: Sí, querido. Hay personas que reaccionan de manera diferente ante los mismos desafíos o sufrimiento constante.

Algunos piensan que están siendo refinados en las manos de nuestro Creador Supremo, que es nuestro Dios. Otros piensan que el Señor se ha olvidado de ellos y siempre preguntan “por qué” ante esas circunstancias. Otros actúan con paciencia y fe en Jesucristo y son capaces de ver y aceptar la voluntad del Señor para con ellos a fin de sanar espiritualmente su alma. Estamos aquí en la tierra para aprender y progresar. Poco a poco veremos los frutos de nuestros esfuerzos; solo tenemos que seguir adelante y ser pacientes. Nunca fue fácil, ¡y por eso tenemos a nuestro Salvador Jesucristo!

Élder Soares: Gracias, querida. Unos comentarios muy reveladores, ¿verdad?

Algunos de nuestros desafíos son consecuencia de las condiciones de la vida terrenal y no continuarán en la vida venidera. Hoy en día, tal vez no podamos comprender adecuadamente todas las razones de nuestros desafíos o las oportunidades que nos darán de progresar. Al perseverar con paciencia en rectitud, el Señor puede revelarnos una mayor comprensión de nuestras pruebas y el propósito de estas en nuestra vida.

Notas

  1. Véase Alma 7:11–12.

  2. Citado por Spencer W. Kimball en La fe precede al milagro, 1972, págs. 97–98 Además, Brigham Young enseñó: “Todo problema y experiencia por los cuales ustedes hayan tenido que pasar son necesarios para su salvación” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: Brigham Young, 1997, pág. 276).

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