Devocionales de 2024
Testimonio final


Testimonio final

Devocional mundial para jóvenes adultos

Domingo 18 de febrero de 2024

Amén. Gracias, hermana. Mis queridos amigos jóvenes adultos de todo el mundo, quiero testificarles que la paz en esta vida se halla únicamente por medio de Jesucristo y Su sacrificio expiatorio. Les doy mi testimonio de que nuestra confianza en Él nos fortalecerá para seguir avanzando en la vida, a pesar de las circunstancias por las que pasemos. Recuerden siempre que venir a Él nos da motivos para tener una esperanza firme y proporciona un ancla segura a nuestras almas, aportándonos paz interior duradera y un refugio en un mundo agitado y en constante cambio.

Les doy mi testimonio de que Sus brazos están completamente abiertos, dispuestos a rodearnos con Su amor, incluso —y especialmente— cuando nos sentimos perdidos, abandonados o solos. El sagrado espacio entre los brazos del Salvador es exactamente del tamaño y la fuerza de nuestros corazones quebrantados, vidas maltrechas, almas heridas y mentes agotadas; está hecho especialmente, adaptado especialmente, a cada uno de nosotros individualmente. Jesús siempre extiende más Sus brazos para envolvernos en Su eterno y amoroso abrazo. Les testifico que Él siempre está cerca, esperándonos con paciencia, siempre dispuesto a caminar con nosotros, sobre todo cuando estamos exhaustos y buscamos alivio de nuestras cargas. Los invito a acercarse con diligencia a nuestro Salvador, a hallarlo en su vida y a sentir la intensidad de Su amor por ustedes. Al hacerlo, podrán llenar su vida con Su luz y caminar con Él.

Les prometo en el nombre de nuestro Salvador Jesucristo que, si no se apartan de Sus brazos extendidos con amor, se llenarán de una plenitud que invadirá los lugares más recónditos de su alma. Les prometo que, si buscan con sinceridad al Salvador, Su poder para sanar puede llenar y llenará el alma de ustedes con Su paz, luz, comprensión, valor, gozo y amor.

Les declaro con solemnidad que Jesucristo vive y que Su amor perfecto se extiende a todos los que vienen a Él. Esta es Su Iglesia restaurada sobre la tierra en esta última dispensación como preparación para Su Segunda Venida. Asimismo, declaro que Dios vive y nos ama, y que nos envió a Su Hijo para ayudarnos a encontrar esperanza, paz y gozo duradero. Los admiro, los respeto y los amamos a todos ustedes. Y digo estas cosas en el sagrado nombre de nuestro Salvador y Redentor, Jesucristo. Amén

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