Las palabras pueden ejercer una profunda influencia. Se pueden utilizar para ayudar a los demás o para hacerles daño. El lenguaje inapropiado puede alejar al Espíritu, pero el buen lenguaje puede invitarlo a su hogar. Enseñen a sus hijos a utilizar las palabras para hacer el bien. Ayúdenlos a aprender a utilizar un lenguaje limpio, bondadoso y sincero. Pueden empezar con algunas ideas de las páginas 22, 40 y 44.