Representar a Jesús
David estaba nervioso por tener que repartir la Santa Cena por primera vez.
David se sentó en la primera fila de la capilla y movió las piernas, estaba nervioso. Acababa de salir de la Primaria y ahora era diácono. Los niños mayores iban a mostrarles a David y a los otros niños de once años cómo repartir la Santa Cena.
El autismo de David a veces le dificultaba aprender cosas nuevas. Dejar la Primaria había sido difícil para él y, ahora, repartir la Santa Cena le daba mucho miedo. ¿Y si cometía un error y todos se reían de él?
Jacob, uno de los niños mayores, se sentó junto a David. “Estamos muy contentos de tenerte hoy aquí”, le dijo Jacob y chocó la mano de David. “Lo harás genial”.
David sonrió. Eso hizo que se sintiera un poco mejor.
Los otros jóvenes mostraron a los niños de once años lo que debían hacer. Les mostraron adónde ir y en qué filas repartir, practicaron caminar por los pasillos de la capilla y mostraron a los niños cómo debían sostener las bandejas de la Santa Cena.
“¡Mamá, mira!”, dijo David cuando llegó a casa. Levantó el brazo. “Así es como se sostiene la bandeja, con cuidado, de esta manera, porque represento a Jesús y quiero demostrarle mi respeto”.
Los jóvenes practicaron con David y los otros niños después de la Iglesia los domingos y durante las actividades semanales. Caminaban por donde debían ir y David practicaba sosteniendo la bandeja.
Pronto llegó el día en que debía repartir la Santa Cena por primera vez.
“¿Cómo te sientes?”, preguntó el papá.
“Todavía estoy nervioso”, dijo David.
“Hablemos de lo que has hecho para prepararte”, dijo el papá.
“Bueno, hemos leído las Escrituras sobre el sacerdocio en familia”, dijo David. “Poseer el sacerdocio significa que represento a Jesús. Me corté las uñas para que las manos se vean bien ¡y he practicado mucho!”.
“Me parece que estás bien preparado”, dijo el papá.
Cuando llegó a la Iglesia, David se sentó en la primera fila con los otros diáconos. Jacob se sentó a su lado. David pensó en que iba a representar a Jesús cuando repartiera la Santa Cena. ¿Y si de todos modos se equivocaba? Miró a Jacob y este le sonrió. David le sonrió también y respiró hondo.
Cuando llegó el momento de repartir la Santa Cena, Jacob ayudó a David a pasar la bandeja por las primeras filas y David se alegró de tener a alguien con él.
David miraba a las personas mientras repartía la Santa Cena; muchos estaban sentados con la cabeza inclinada de forma reverente y algunos parecía que meditaban. David sintió paz, estaba representando a Jesús. Se sentía agradecido de poder ayudar a los demás a pensar en Jesucristo.
Ilustraciones por Donald Wu