2023
¡Cuánto ruido!
Enero de 2023


¡Cuánto ruido!

Todo era muy ruidoso. ¿Dónde podría Luke encontrar paz?

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Boy with hands over his ears in loud house

Luke gimió. Todo era muy ruidoso. Sus hermanos, Tadd y John, estaban discutiendo de nuevo. Incluso desde el pasillo, podía escuchar sus gritos a través de la puerta de la habitación de ellos. Y su hermana, Lizzie, volvió a poner la música a todo volumen. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Siempre podía escuchar el ritmo constante de las notas graves.

Luke trató de pedir a sus hermanos que dejaran de discutir. “Vete”, le dijo Tadd. Luego Luke pidió a Lizzie que bajara el volumen de la música, pero ella la puso más fuerte.

Luke quería salir, ir a algún lugar donde pudiera pensar, pero estaba lloviendo.

Sin embargo, había un lugar tranquilo al que podía ir. El día anterior, sus padres le habían dado una habitación propia, la cual no tenía que compartir con Tadd y John. Estaba en el sótano y apenas había espacio para tener una cama y una mesa, pero en su habitación podía cerrar la puerta y escapar del ruido.

Luke bajó a su nueva habitación y miró las cajas que había bajado allí antes. Vio una lámina de Jesús que sobresalía de una caja. Luke había recibido esa lámina el día en que fue bautizado y verla siempre lo hacía sentir paz.

Sacó la lámina de la caja, la puso sobre la mesa y se arrodilló para orar. “Padre Celestial”, dijo, “algunas veces hay mucho ruido aquí. Por favor, ayúdame a encontrar algo de paz”.

Luke se acostó en la cama y pensó en Jesús. Había aprendido en la Primaria que Jesús siempre podía estar cerca de él y que el Espíritu Santo siempre podía darle paz.

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Boy looking at a picture of Jesus

Mamá y papá regresarían pronto a casa del trabajo, hablarían con Tadd y John y la discusión se acabaría, por un tiempo. Hablarían con Lizzie y ella bajaría el volumen de la música, por un tiempo, hasta que mamá y papá se fueran de nuevo.

Sin embargo, por el momento, Luke estaba acostado en la cama. Miró la lámina de Jesús y susurró: “Por favor, Padre Celestial, por favor, ayúdame a sentir paz, suceda lo que suceda en el resto de la casa”.

Más tarde, alguien llamó a la puerta de su dormitorio. “¿Puedo pasar?”, preguntó su mamá, “¿cómo estás?”.

“Tadd y John estaban discutiendo otra vez”, dijo Luke. “Y Lizzie pone la música muy alta”.

“Sí, lo sé. Es difícil, ¿verdad?”, dijo la mamá. “Papá está hablando con tus hermanos ahora mismo y yo hablaré con Lizzie esta noche, pero antes quería saber cómo estás”.

“Estoy bien. Me alegro de tener esta habitación”, dijo Luke.

“Yo también”, contestó la mamá. “Veo que pusiste una lámina de Jesús sobre la mesa”.

Luke sonrió. “Sí, Él me ayudará a conseguir que mi habitación sea un lugar de paz”.

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