De la Primera Presidencia
Jesucristo es nuestra luz
Adaptado de “La luz y la vida del mundo”, Liahona, enero de 1988, págs. 61–64.
Después de resucitar, Jesús fue a visitar a algunas personas en las Américas. Vestido con un manto blanco, descendió del cielo, extendió Su mano y dijo: “He aquí, yo soy Jesucristo […]; soy la luz y la vida del mundo” (3 Nefi 11:10–11).
Jesús es la Luz del mundo porque Sus enseñanzas y ejemplo iluminan nuestro camino de regreso al Padre Celestial.
Iluminar nuestro camino
El presidente Oaks nos habló de cuatro maneras en las que Jesús ilumina nuestro camino. Busca el pasaje de las Escrituras que concuerde con cada una de esas maneras.
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Su ejemplo nos muestra lo que debemos hacer.
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Él nos ayuda a saber lo que está bien y lo que está mal.
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Su poder nos ayuda a querer hacer el bien.
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Su luz nos guía en los momentos difíciles.