“Un pequeño acto con grandes bendiciones”, El Amigo, junio de 2023, págs. 2–3.
De la Primera Presidencia
Un pequeño acto con grandes bendiciones
Véase Dallin H. Oaks, “Para que siempre tengan Su Espíritu”, Liahona, enero de 1997, págs. 65–68.
Cuando somos bautizados, demostramos que estamos dispuestos a tomar el nombre de Jesucristo sobre nosotros y también prometemos llevar a cabo Su obra y guardar Sus mandamientos. Después, los poseedores del sacerdocio ponen las manos sobre nuestra cabeza para bendecirnos con el don del Espíritu Santo.
Cada vez que tomamos la Santa Cena, renovamos nuestras promesas bautismales. Nos preparamos arrepintiéndonos de las cosas que hemos hecho mal, pensamos en Jesucristo y prometemos recordarlo.
Cuando hacemos estas cosas, el Señor nos perdona. Él también promete que, cuando guardamos Sus mandamientos, siempre podemos tener el Espíritu Santo con nosotros. El Espíritu Santo es nuestro consolador, nuestro comunicador y nuestro guía de regreso al Padre Celestial.
La Santa Cena puede parecer un acto pequeño, pero nos brinda grandes bendiciones. Ruego que siempre podamos tener esas bendiciones.
Respuestas acerca de la Santa Cena
¿Has escuchado alguna vez atentamente las oraciones sacramentales? Haz coincidir las preguntas y respuestas a continuación. (Puedes leer las oraciones en Doctrina y Convenios 20:77, 79).
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¿Qué recordamos?
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¿Qué prometemos?
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¿Qué bendición nos promete el Señor?
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El cuerpo y la sangre del Salvador
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Que siempre tendremos Su Espíritu con nosotros
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Tomar sobre nosotros el nombre de Jesús, recordarlo siempre y guardar Sus mandamientos