2023
La moneda de la gratitud
Junio de 2023


“La moneda de la gratitud”, El Amigo, junio de 2023, págs. 36–37.

La moneda de la gratitud

Nina escondió la moneda en la entrada de la casa de Máté.

Esta historia ocurrió en EE. UU.

Nina sonreía mientras terminaba de pegar el cartel en su puesto de venta de limonada. “¡Limonada! 25 centavos”, decía el cartel. Tenía apilados los vasos de plástico junto a la jarra de limonada.

Era un caluroso día de verano y Nina esperaba que muchos de sus vecinos quisieran una bebida agradable y fresca.

El Sr. Burleigh pasó caminando mientras tiraba de un vagón con su hijo pequeño. “Quiero un poco”. Puso una moneda en el frasco de Nina y ella le sirvió un vaso de limonada.

A continuación, Bethany y Livvy pasaron en bicicleta. También se detuvieron y compraron limonada. “¡Gracias!”, dijo Bethany.

Nina sacudió el frasco, haciendo sonar las monedas que había en el interior. ¡Ya había ganado un poco de dinero!

Entonces, el vecino favorito de Nina salió a sacar la basura. “Hola, Nina”, dijo Máté. “Me encantaría un poco de limonada”.

Una niña en un puesto de venta de limonada y un hombre sosteniendo una moneda

Máté y su esposa, Tanya, habían ayudado mucho a la familia de Nina. Después de la muerte del papá de Nina, Máté los ayudó con proyectos en la casa. Una vez, arregló una manguera que perdía agua, podó los árboles altos del jardín y ayudó a arreglar el auto de su mamá cuando la batería dejó de funcionar.

“¡Aquí tiene!”, Nina le entregó un vaso.

Máté comenzó a poner una moneda en su frasco, pero Nina se lo impidió.

“¡Usted no tiene que pagar!”, le dijo. “Esta limonada es un agradecimiento por todo lo que ha hecho para ayudarnos”.

“¡Pero el letrero dice 25 centavos!”, dijo Máté. “Y esta limonada está demasiado buena como para no pagarla”.

Nina quitó el frasco y se rio. “No, para usted es gratis”.

Al día siguiente, cuando Nina salió a buscar el correo, se detuvo. En el escalón de la entrada había una moneda plateada que brillaba bajo el sol. Miró hacia la casa de Máté: ¡él debió haber puesto la moneda allí! Aún estaba tratando de pagar la limonada.

Una moneda en las escaleras

Nina sonrió. Máté no es el único que puede hacer cosas a escondidas, pensó ella. Corrió a la puerta de la casa de al lado y puso la moneda en el tapete de Máté.

Una moneda sobre un tapete

Al día siguiente, Nina salió a andar en su patín y allí estaba la moneda de Máté, junto a la maceta de la puerta principal.

Una moneda junto a una maceta

De nuevo, Nina patinó hasta la casa de Máté y esta vez puso la moneda en una piedra junto a la entrada.

Una moneda junto a una piedra

Pasaron varias semanas. La moneda iba de un lado a otro. Cada día, Nina encontraba la moneda en su entrada, en un nuevo lugar, y cada día, ella la escondía en otro sitio en la entrada de Máté.

Entonces, un día, Nina salió y se encontró con una sorpresa. Era la moneda, convertida en un lindo collar. Lo levantó y sonrió. El sol cayó sobre la moneda y la hizo relucir.

Una niña con un collar hecho con una moneda

En la casa de al lado, Máté estaba trabajando en su taller de carpintería.

“¡Gracias!”, gritó Nina por encima del sonido de la sierra.

Máté levantó la mirada y Nina sostuvo el collar en alto.

“Tanya me ayudó a hacerlo”, dijo Máté. “Es un regalo de parte de los dos para ti por ser tan bondadosa”.

“Supongo que ustedes ganaron”. Nina se rio y se puso el collar. “Me gusta tanto que lo guardaré para siempre”.

Estaba agradecida por tener vecinos tan amables y bondadosos.

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Ilustraciones por Mitch Miller