2023
Una torre de fe
Julio de 2023


“Una torre de fe”, El Amigo, julio de 2023, págs. 10–11.

Una torre de fe

Dashanel quería que su fe en Cristo fuera alta y fuerte.

Esta historia tuvo lugar en Jamaica.

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Hermanos apilando vasos mientras los misioneros observan

Dashanel ayudó a su hermano mayor a sacar el pan de nueces del horno. ¡Qué bien olía!

Entonces escuchó que alguien llamaba a la puerta. “¡Los misioneros están aquí!”, dijo su hermana.

Dashanel corrió a la puerta. Le encantaba cuando venían los misioneros. Siempre tenía un buen sentimiento cuando los visitaban. A veces llevaban juegos para que ella y sus hermanos jugaran.

“¡Tyrell hizo pan de nueces otra vez!”, dijo Dashanel. A su hermano le gustaba hacer comida para los misioneros.

“¡Qué ganas tengo de probarlo!”, dijo el élder Colas. Él y el élder Yusaki entraron y se sentaron en el suelo. Dashanel, su hermano, su hermana y su mamá se sentaron frente a ellos.

“¿Qué vamos a hacer hoy para la lección?”, preguntó Dashanel.

El élder Yusaki sacó una pila de vasitos. “Vamos a construir una torre de fe. Cada uno de estos vasos representa algo que podemos hacer para edificar nuestra fe en Jesucristo”.

El élder Yusaki comenzó a apilar los vasos en una torre. Dashanel vio que los vasos tenían palabras como “oración”, “estudio de las Escrituras” e “Iglesia” escritas en ellos.

“Estas son todas las cosas que ustedes nos han pedido que hagamos como familia”, dijo ella.

“Así es”, dijo el élder Colas. “Cuando haces estas cosas, estás edificando tu fe en Jesucristo”.

Dashanel y sus hermanos se turnaron para construir sus propias torres con los vasos mientras escuchaban la lección.

Después de que los misioneros se fueron, Dashanel pensó en lo que habían enseñado. Quería que su fe en Cristo fuera alta y fuerte, tal como la torre que edificó.

Con el transcurso de los meses, Dashanel aprendió más y más acerca del Evangelio por medio de los misioneros. Ella comenzó a asistir a la Iglesia con su familia. Ella se imaginó que su torre de fe crecía cada vez más alta.

Un día, después de que los misioneros se marcharon, Dashanel habló con su mamá. “¿Puedo ser bautizada?”, le preguntó ella.

“¿Estás segura de que estás lista?”, le preguntó la mamá.

“Sí”, dijo Dashanel. “Quiero seguir a Jesús”.

“Está bien”, dijo ella, “si quieres, puedes ser bautizada”.

El hermano y la hermana de Dashanel también decidieron bautizarse. La mamá dijo que todavía no se sentía lista para ser bautizada.

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Un misionero bautiza a una niña

El día de su bautismo, Dashanel y sus hermanos se vistieron con ropa blanca. Cada uno de ellos esperó pacientemente para bautizarse.

Cuando llegó el turno de Dashanel, el élder Yusaki la ayudó a entrar en el agua. Luego pronunció las palabras de la oración bautismal y la sumergió en el agua. Cuando Dashanel se levantó del agua, ¡no podía dejar de sonreír! Se sentía feliz y limpia. Ella no quería olvidar ese sentimiento jamás.

Dashanel siguió haciendo cosas para edificar su fe en Jesucristo: leía las Escrituras con su familia, oraba al Padre Celestial, hacía cosas bondadosas por los demás, también recordaba cómo se sintió cuando se bautizó. Ella quería que su mamá también tuviera ese sentimiento.

“Mamá, ¿por qué no te bautizas?”, le preguntó Dashanel un día.

Su mamá se quedó callada un momento. “Has sido un buen ejemplo para mí. Ahora yo tengo que ser un buen ejemplo para ti”, dijo ella. “Yo también quiero ser bautizada”.

El día del bautismo de su mamá, Dashanel estaba muy feliz. Cuando su mamá se levantó del agua, todos sonreían. Ahora toda la familia de Dashanel podía edificar junta sus torres de fe.

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PDF del relato

Ilustraciones por Alyssa Tallent

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