“Volar alto con firmeza en el Evangelio”, Para la Fortaleza de la Juventud, agosto de 2021, págs. 16–19.
Volar alto con firmeza en el Evangelio
En la carrera de la vida, Sophia nunca olvida lo más importante.
En muchos deportes hay un objeto que vuela por el aire hacia una meta. El golf, el tenis, el fútbol, el béisbol, el bádminton y el críquet son solo algunos de ellos.
Y luego hay otro tipo de deporte en donde tú eres el objeto que vuela por el aire. No es algo para los débiles de corazón, pero claro, nadie llamaría jamás “débil de corazón” a Sophia P., de 18 años y oriunda de Utah, EE. UU.
Es una joven de miras elevadas que comparte su testimonio y se siente muy a gusto sobre cualquier cosa que tenga dos ruedas. Aunque a ella sí le encanta formar parte del equipo de bicicleta de montaña de su escuela secundaria, las dos ruedas que verdaderamente le apasionan son un poco más intensas.
“El motocross es un deporte de carreras de motocicletas diseñadas para terrenos escabrosos y se compite en un circuito de obstáculos hechos de tierra”, explica Sophia. “Realizamos todo tipo de saltos, subimos montículos y cosas así. Incluso hacen que el circuito tenga surcos profundos para una mayor dificultad”.
Las motos de cross (motocicletas para andar en campo traviesa) reciben muchos golpes. Pueden subir cerros empinados y mandarte por el aire recorriendo distancias increíbles; y en el motocross se acepta todo.
A la vez que ha dominado el deporte de motocross, Sophia ha establecido conexiones fuertes con el Evangelio, siendo la principal de ellas la importancia de la revelación. Dice ella: “Si el Espíritu Santo me puede hablar cuando voy a 80 kilómetros por hora (50 millas por hora) por un circuito de obstáculos, sin duda que puede hablarme cuando camino por los pasillos de la escuela”.
Acelerando en la revelación
Sophia tiene algunas ideas únicas sobre la importancia de escuchar los susurros del Espíritu Santo. A ella la mantiene segura espiritual y físicamente el permanecer delicadamente en sintonía con la revelación. “Creo al cien por ciento en el poder de la oración. Oro cada vez que practico”, asegura. “Cada vez que compito siento pequeñas impresiones del Espíritu Santo”.
Como ejemplo, Sophia recuerda una vez cuando se acercaba a gran velocidad a un salto. Sintió una impresión distinta que le decía que tenía que ponerse en una mejor posición. “En el motocross hay que apretar la moto con las rodillas, mantener los pies sobre los pedales y agacharnos con la cabeza casi a la altura del manubrio”.
Por el contrario, manejar completamente erguidos es sinónimo de desastre.
Después de recibir la impresión, no dudó y ajustó la posición de su cuerpo. Inmediatamente después tuvo un problema serio al descender del salto. Debería haber sido un choque de seguro, pero como había escuchado la inspiración y mejorado su posición, pudo absorber el golpe. “En vez de estrellarme, reboté con la moto”.
Sophia ha aprendido a nunca ignorar las impresiones. La obra misional es un área en la que recibe muchas impresiones.
Misionera motocross
“Tengo tantas oportunidades de hablar con las personas como las que tienen los misioneros”, dice Sophia.
Ya que asiste a varias competencias de motocross, llega a conocer y a conversar con jóvenes de todos los ámbitos de la vida. Ella se destaca entre la multitud porque vive el Evangelio y los demás motociclistas lo notan.
“Me hacen preguntas como: ‘¿Por qué no dices groserías?’ o ‘¿Por qué no compites los domingos?’”, dice Sophia. “Algunas veces las preguntas se vuelven conversaciones sobre el Evangelio. Tengo un fuerte testimonio y quiero que los demás sientan el gozo que tengo”.
Durante las conversaciones siente la guía del Espíritu Santo que la ayuda a saber qué decir. También sabe lo importante que es vivir siendo digna de recibir revelación con claridad.
“Se invita al Espíritu Santo al guardar los mandamientos”, dice Sophia. “¡Es importante seguir esas impresiones! Cuanto más lo hagas, más recibirás del Espíritu Santo”.
Sophia y los otros motociclistas hablan sobre la asistencia a la Iglesia, la ley de castidad, los templos y muchísimos otros temas del Evangelio. Parte de la razón por la que tiene tantas conversaciones sobre el Evangelio es porque habla con muchas personas, especialmente en las carreras. “Jesús dijo que amásemos a todos”, dice, “así que yo hablo con todos”.
Carreras y rectitud
Pero claro, que sea amable fuera de la pista ¡no quiere decir que les vaya a hacer las cosas fáciles cuando empieza la carrera! Sophia admite que es más que un poquito competitiva. Por ejemplo, cuando compite contra su papá (quien también es un gran entusiasta del motocross) lo hace con un deseo específico en mente: “Mi meta es sacarle una vuelta de ventaja, ¡y la meta de él es no dejar que lo haga!”.
Sin embargo, si se trata de ganar o perder, Sophia tiene las prioridades claras. “El Evangelio me orienta mucho”, explica. “Incluso si pierdo una carrera de motocross, aún puedo ganar la carrera de la vida. En la vida no se compite contra nadie más que contra uno mismo”.