“Un regalo de un profeta”, Para la Fortaleza de la Juventud, diciembre de 2021. Un regalo de un profeta Por Emma Stanford; ilustrado por Austin Shurtliff El presidente Heber J. Grant (1856–1945) tenía un corazón tierno. Le encantaba dar dinero y regalos a la gente que más lo necesitaba. El presidente Grant contrató a una mecanógrafa para que trabajara en su oficina, a pesar de que solo podía usar una sola mano. Ella y su esposo eran pobres y la mujer necesitaba mucho el trabajo. La Navidad se acercaba pronto y el presidente Grant quería hacer algo más por su mecanógrafa y su familia. Fue a casa y reunió a sus hijos. Pronto llegará la Navidad y quiero bendecir a los demás como el Señor nos ha bendecido a nosotros. ¿Recuerdan que el año pasado, en Navidad, les regalé dinero a cada uno? ¡Díganme cuánto dinero quieren este año como regalo de Navidad y le daré la misma cantidad a mi mecanógrafa! En la mañana de Navidad, el presidente Grant fue a la casa de su mecanógrafa. Regaló a la familia un pavo para la cena de Navidad y les dio varios cientos de dólares para ayudar a pagar la casa. Fue un día gozoso para la familia que pasaba dificultades, y el presidente Grant y sus hijos compartieron su felicidad.