2022
Tres consejos para tener menos contención en tu familia
Marzo de 2022


“Tres consejos para tener menos contención en tu familia”, Para la Fortaleza de la Juventud, marzo de 2022.

Ayuda para la vida

Tres consejos para tener menos contención en tu familia

¿Discute a veces tu familia? No estás solo.

una joven
un joven

Ilustraciones por Alyssa M. González

  • ¡Eso no es justo! ¡Me toca a !

  • ¡Oye, no pediste permiso para usar eso!

  • ¡Papá! ¡Anita acaba de sacarme la lengua!

Si alguno de estos comentarios te resulta familiar, quizás sea porque formas parte de una familia, y ninguna familia es inmune a los conflictos. El élder David A. Bednar, del Cuórum de los Doce Apóstoles, compartió una vez que sus hijos se habían quejado de esta manera: “¡Mamá, él está respirando mi aire!”1.

Es normal que la contención se introduzca en una familia, de hecho, hay alguien que trabaja arduamente para que eso suceda. El Salvador lo enseñó con claridad: “… aquel que tiene el espíritu de contención no es mío, sino es del diablo, que es el padre de la contención, y él irrita los corazones de los hombres, para que contiendan con ira unos con otros” (3 Nefi 11:29).

Pero no temas, el Evangelio nos enseña que hay mucho que podemos hacer para minimizar la contención en nuestra familia ¡y experimentar mucho gozo!

Consejo 1: No avives el fuego

una joven con una lata de combustible

El fuego necesita combustible para arder. Con la contención pasa lo mismo: nada alimenta más una discusión que seguir discutiendo. Entonces, ¿qué puedes hacer si alguien empieza a discutir contigo?

Sencillamente, te puedes negar a discutir. El Salvador es nuestro ejemplo perfecto en esto. A lo largo de Su ministerio lo aborrecieron, maltrataron, traicionaron y, finalmente, lo crucificaron. Sin embargo, aunque Sus respuestas eran firmes y directas, Él nunca tuvo un espíritu de contención y al final no luchó para defenderse, aunque pudo haber llamado a “más de doce legiones de ángeles” para que lo socorrieran (Mateo 26:53). Por el contrario, oró por Sus enemigos, incluso cuando estaba colgado en la cruz (véase Lucas 23:34).

El negarse a discutir te permite llegar a ser alguien que escucha mejor, y si escuchamos mejor, podemos comunicarnos mejor y convertirnos en pacificadores. Negarse a discutir también incluye responder con una voz tranquila y hacer lo que podamos para mantener nuestras emociones bajo control.

Si no se agrega combustible, la mayoría de las discusiones y la contención van desapareciendo. Así lo enseñan las Escrituras: “La blanda respuesta quita la ira” (Proverbios 15:1).

Consejo 2: Demuestra amor

familia

Mostrar amor por los miembros de tu familia es una de las mejores formas de mantener los conflictos fuera del hogar. ¡El hacerlo puede impedir incluso que la contención aparezca por primera vez!

Sin embargo, aunque la contención logre atravesar nuestras defensas, el amor y la bondad todavía pueden cambiar totalmente la situación.

Piensa en el relato de la Biblia sobre la mujer a la que descubrieron cometiendo adulterio. Según la ley de Moisés, debía ser apedreada, y una multitud airada exigió que Jesús la condenara.

Pero, ¿cuál fue la respuesta del Salvador? En primer lugar, Él no respondió de inmediato a sus exigencias; se arrodilló y escribió en la tierra durante un rato antes de hablar. (Una pista: A veces es mejor no responder de inmediato cuando las emociones son fuertes).

Luego mostró amor y compasión por la mujer cuando dijo a la multitud: “… El que de entre vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella” (Juan 8:7).

Jesús trató a la mujer con amor, sin condenarla, y además, mostró Su disposición a perdonarla cuando la invitó, diciéndole: “… vete y no peques más” (Juan 8:11).

Dile a los miembros de tu familia con frecuencia que los amas y demuestra ese amor al perdonarlos y permitirles que cambien, aunque reaccionen con ira hacia ti. El amor puede marcar una diferencia enorme.

Consejo 3: Ora

una joven orando

La oración trae las bendiciones de Dios a nuestra vida. En el Libro de Mormón, Amulek enseñó: “… debéis derramar vuestra alma en vuestros aposentos, en vuestros sitios secretos y en vuestros yermos.

“Sí […], dejad que rebosen vuestros corazones, entregados continuamente en oración a él por vuestro bienestar, así como por el bienestar de los que os rodean” (Alma 34:26–27).

Seguramente, “los que [te] rodean” incluyen a tus familiares, incluso aquellos que quizás no vivan contigo en este momento. Así que ora con tu familia y ora por tu familia. Ora para que puedas controlar tu temperamento cuando alguien te moleste; ora para que sepas responder a las situaciones difíciles que surjan en tu familia; ora para pedir ayuda divina; ora para que haya más risas y que el amor entre en tu hogar; y luego haz todo lo que puedas para que eso suceda.

A medida que te esfuerces por vivir el evangelio de Jesucristo más plenamente, descubrirás que tu familia también será bendecida, disminuirá la contención y aumentará el gozo de todos.