“Navegar a través de tiempos difíciles”, Para la Fortaleza de la Juventud, agosto de 2022.
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Job
Navegar a través de tiempos difíciles
Hay mucho que podemos aprender de Job en cuanto a cómo superar las pruebas.
“¿Por qué les ocurren cosas malas a las personas buenas?”
Esa pregunta parece haber existido desde siempre, y es difícil responderla. Cuando suceden cosas desafortunadas, puede ser fácil preguntar: “¿Por qué tiene que suceder esto?” o “¿Por qué ahora?”. Sin embargo, este tipo de preguntas no son realmente útiles de todos modos. Hay tantas cosas que no sabemos ni entendemos. Afortunadamente, tenemos el amor del Padre Celestial y el evangelio restaurado de Jesucristo para mostrarnos una mejor manera.
Una pregunta mejor que “¿por qué?”
Una de las cosas más grandes que podemos aprender en esta vida es dejar de centrarnos en por qué suceden cosas malas y, en cambio, preguntarnos: “¿Cómo responderé?”. Eso es lo que descubrió Job en el Antiguo Testamento.
Las pruebas de Job
Job era un hombre justo que fue bendecido con una gran familia y grandes riquezas (véase Job 1:1–3), pero su fe y lealtad a Dios fueron puestas a prueba cuando todo le fue quitado.
Al principio, le robaron los animales o los mataron. Luego, un fuerte viento derribó su casa y mató a sus hijos que estaban adentro. En lugar de enojarse, Job dijo: “Jehová dio y Jehová quitó: ¡Bendito sea el nombre de Jehová!” (Job 1:21).
Más pruebas le sobrevinieron a Job cuando fue afligido con “una sarna maligna desde la planta de su pie hasta la coronilla de su cabeza” (Job 2:7). Los amigos de Job le dijeron que su sufrimiento debió haber sido causado por el pecado. Incluso le sugirieron: “Maldice a Dios y muérete” (Job 2:9). (¿Qué tipo de “amigos” sugerirían eso?).
Aun así, Job se negó a maldecir al Señor y se mantuvo fiel. (¡Eso es lo que hace un verdadero amigo!).
A través de todo ello, Job experimentó momentos de desesperación, pero cuando el Señor vio la fidelidad de Job, lo bendijo con el “doble [de] todas las cosas que habían sido de Job” (Job 42:10).
Job no sabía todas las razones por las que tuvo que sufrir, pero el Señor dio a Job razones para tener fe y paciencia cuando pasó por momentos difíciles. El ejemplo de Job puede ayudarnos en las pruebas que afrontamos.
Las pruebas les llegan a todos, incluso a los justos
Los amigos de Job sugirieron erróneamente que Dios lo debía estar castigando por algún pecado (véase, por ejemplo, Job 22). La verdad es que aunque el sufrimiento puede ser una consecuencia del pecado, todos experimentamos pruebas, incluso cuando vivimos rectamente. Jesucristo fue la única persona perfecta que ha vivido y, sin embargo, sufrió más que cualquier otra persona. Las Escrituras enseñan que las pruebas y los desafíos llueven “sobre justos e injustos” (Mateo 5:45).
Aun cuando Dios esté en silencio, Él está allí
El sufrimiento de Job empeoró cuando pensó que Dios lo había abandonado. Cuando el silencio de Dios se hizo insoportable, Job finalmente exclamó angustiado: “Clamo a ti, y no me respondes” (Job 30:20). En ocasiones, tal vez nos sintamos como Job. ¿Qué hacemos cuando Dios parece callado en nuestro sufrimiento?
Podemos seguir el ejemplo de Job y seguir acudiendo a Dios en nuestros sentimientos de rechazo, ira, dolor o aflicción. Tal vez no lo notemos en el momento, pero Dios aún está con nosotros. Puede que Él no nos libre de nuestras pruebas, pero nos fortalecerá en nuestros momentos de necesidad. Y recuerda que, después de las pruebas de Job, el Señor le habló de nuevo, le enseñó, corrigió a sus amigos y lo bendijo en gran manera.
Jesucristo sabe
En tiempos de adversidad, puede resultar difícil imaginar que alguien podría comprender nuestros problemas, pero había Alguien que entendía a Job, y Él es el mismo que entiende por lo que estás pasando.
Jesucristo “sufri[ó] dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases” (Alma 7:11). Lo hizo para poder sentir y conocer personalmente nuestras tentaciones, nuestras dificultades, nuestras angustias y nuestros sufrimientos. Debido a que Él sabe estas cosas, sabe cómo ayudarnos a superarlas (véase Alma 7:12).
Todo se arreglará
Pocas personas lo han pasado tan mal como Job, pero tus dificultades también son reales. Mediante el ejemplo de Job, podemos ver las bendiciones que se reciben al permanecer fieles, confiar en la voluntad de Dios y decidir creer cuando parece que hay muchas razones para no hacerlo.
El élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles, ha enseñado: “En las eternidades, el Padre Celestial y Jesucristo resolverán toda injusticia […], no han revelado cómo ni cuándo. Lo que sí sé es que Ellos lo harán”1.
Si respondemos fielmente a las pruebas difíciles tal como Job lo hizo, aprenderemos, creceremos y seremos bendecidos de maneras que nunca podríamos de otra manera.
Así que no te rindas, permanece fiel y recuerda que Dios siempre está contigo.