El lema y yo

Los jóvenes comparten la manera en que viven las palabras de los lemas de las Mujeres Jóvenes y de los cuórums del Sacerdocio Aarónico

Esforzarse por ser como Cristo dentro y fuera del campo de juego

“Como discípula de Jesucristo, me esfuerzo por llegar a ser semejante a Él”.

Por Carolyn Esplin

De joven, jugar al fútbol me daba confianza y felicidad, así que fue difícil cuando mi equipo de fútbol comenzó a perder partidos. Teníamos un historial de victorias, pero ahora nuestra confianza como equipo tambaleaba. También me lesioné y me perdí algunos partidos y prácticas. Me sentí desilusionada conmigo misma porque no estaba actuando al nivel que otras personas esperaban de mí.

Una noche, antes de un partido, los entrenadores me dijeron que pondrían como titular a una compañera en lugar de a mí. No me sorprendió, pero me sentí desanimada. Esta compañera de equipo y yo competíamos por la misma posición en el equipo y habíamos desarrollado una rivalidad tácita y poco amigable.

Mientras veía cómo se esforzaba mi equipo, noté que retiraron del partido a la compañera que jugaba en mi lugar. Salió del campo y se veía muy decepcionada. Sentí la impresión de hablar con ella, me acerqué y le ofrecí algunas palabras de aliento. Ella se sorprendió, porque no habíamos sido amigables la una con la otra antes. Luego, al alejarme, sentí que me sobrevenía gozo y paz. A partir de ese día no fuimos rivales, sino amigas.

Aprendí que incluso en el fútbol puedo esforzarme por seguir el ejemplo del Salvador. Como deportista, no puedo controlar las lesiones, el tiempo de juego, las victorias o las derrotas, pero puedo controlar mi actitud y cómo trato a los demás. El ejemplo del Salvador siempre puede ayudar y yo puedo escoger seguirlo. Llegar a ser discípulos de Cristo siempre requerirá trabajo arduo, sacrificio y compromiso, pero cuando nos comprometemos a seguir a Cristo, hay más paz, gozo y propósito en la vida.

La autora vive en Colorado, EE. UU.