“¿Cómo podría yo compartir el Libro de Mormón?”, Para la Fortaleza de la Juventud, diciembre de 2022.
¿Cómo podría yo compartir el Libro de Mormón?
Esta es la manera en que jóvenes de todo el mundo se unieron para dar al Libro de Mormón una nueva voz.
¿Recuerdan al presidente Nelson tocando en el piano la canción “Juventud de Israel” en el Festival mundial de música para los jóvenes el 17 de marzo de 2021? Nos llamó el batallón de jóvenes del Señor y nos invitó a permitir que el Espíritu nos guíe a medida que ayudamos a recoger a Israel en estos últimos días.
Probablemente, como muchos de ustedes, me pregunté qué podría hacer yo, con quince años, para seguir la invitación del profeta, especialmente en medio de una pandemia mundial.
Un año antes, el presidente Nelson también había invitado al mundo a escucharlo, es decir, a escuchar las palabras del Señor Jesucristo [#Escúchalo]. Yo sabía que el Libro de Mormón era otro testamento de Jesucristo. Me vino una idea para ayudar a las personas a escuchar la voz del Señor al compartir el Libro de Mormón de una nueva manera: como un pódcast grabado por adolescentes.
Además de las grabaciones del Libro de Mormón producidas profesionalmente por la Iglesia, pensé que sería genial escuchar el libro leído por adolescentes comunes y corrientes como ustedes y como yo y la manera en que lo vivimos. No siempre leemos a la perfección y no todos saben pronunciar correctamente cada palabra, pero eso está bien porque, de todos modos, ninguno de nosotros es perfecto. En realidad, me gustan las imperfecciones de algunas de las grabaciones porque me hacen sentir que estoy escuchando a uno de mis amigos.
El proyecto requirió mucho trabajo. Resulta que solicitar, editar, recopilar, publicar y organizar un pódcast con grabaciones de 250 personas diferentes es una tarea enorme. El resultado es una grabación del texto completo del Libro de Mormón con lectores de quince estados de EE. UU. y diez países de todo el mundo. Las grabaciones se pueden escuchar en el sitio web www.teensreadthebook.com y en las plataformas principales de escucha de pódcast en Teens Read the Book [Los adolescentes leen el libro].
Me encanta escuchar la variedad de voces y acentos de los jóvenes que enviaron grabaciones. Sabiendo que sus voces se escucharían en todo el mundo, muchos lectores trabajaron arduamente para que sus grabaciones quedaran impecables. Algunos jóvenes como Thomas, de Nueva Zelanda (que leyó 3 Nefi 20), o José, de Perú (que leyó 3 Nefi 23), practicaron durante horas o días antes de grabar. Un grupo de diez jóvenes de Corea del Sur afrontaron el desafío de que el inglés no era su lengua materna. La solución que encontraron fue trabajar juntos y cada uno grabó algunos versículos que luego juntaron y formaron lo que llegó a ser 2 Nefi 28 y 29.
Cuando comencé el proyecto, mi meta era ayudar a las personas a sentir el Espíritu y a acercarse más a Jesucristo. Viendo cómo los jóvenes, a quienes en su mayoría no conozco, respondieron a mi invitación, me mostró los profundos sentimientos que tienen por el Libro de Mormón. Sus palabras ya se han descargado y escuchado miles de veces. Están ayudando a las personas a sentir el Espíritu de Dios.
Un exmisionero me escribió para decir que en los meses recientes él había estado “orando para hallar una nueva manera de leer [el Libro de Mormón] o de estudiarlo. Este proyecto ha sido la respuesta a mis oraciones”.
Estoy agradecido a quienes contribuyeron a este proyecto y por la manera en que sentí la ayuda del Señor al hacerlo. Me siento honrado de formar parte del batallón de jóvenes del Señor junto a otras personas que aman el Libro de Mormón. También he aprendido que cuando respondemos a las invitaciones del profeta del Señor, el Espíritu dirige nuestros esfuerzos.
Sé por mí mismo que el Libro de Mormón puede ayudarnos a sentir el Espíritu y acercarnos más al Padre Celestial y a Jesucristo. Algunos de los momentos más felices de mi vida han ocurrido cuando he leído el Libro de Mormón de manera constante. Espero que todos quienes estamos en el batallón de jóvenes del Señor escuchemos Su voz y sintamos Su fortaleza por medio de las palabras del Libro de Mormón.
El autor vive en California, EE. UU.