Jesucristo es [nuestro] socorro
Extractos
Cada uno de nosotros carga con una mochila metafórica […].
En esa mochila metafórica llevamos las cargas de vivir en un mundo caído. Nuestras cargas son como piedras en la mochila […].
Declaro con alegría que nuestras cargas terrenales, esas piedras en nuestra mochila metafórica, no tienen por qué ser pesadas.
Jesucristo puede aligerar nuestro peso.
Jesucristo puede aliviar nuestras cargas.
Jesucristo brinda una manera de socorrernos del peso del pecado.
Jesucristo es nuestro socorro […].
¿Por qué, entonces, insistimos en cargar con nuestras piedras solos? […].
Hermanos y hermanas, no puedo hacerlo sola; no tengo que hacerlo y no lo haré […].
Las personas que guardan los convenios son bendecidas con el socorro del Salvador […].
El arrepentimiento, por medio de la expiación de Jesucristo, es lo que nos alivia del peso de las piedras del pecado […].
Asimismo, la expiación de Jesucristo hace posible que recibamos fortaleza para perdonar, lo cual nos permite descargar el peso que llevamos debido al maltrato de los demás.
Por tanto, ¿de qué manera nos socorre el Salvador de las cargas de vivir en un mundo caído con un cuerpo mortal sujeto al pesar y al dolor?
A menudo, ¡Él brinda ese tipo de socorro por medio de nosotros! […].
La bendición que recibimos por convenio es la de colaborar con Jesucristo brindando socorro, tanto temporal como espiritual, a todos los hijos de Dios […].
Hermanos y hermanas, Jesucristo es [nuestro] socorro […]. El socorro que Él nos ofrece es eterno.