Para la Fortaleza de la Juventud
Soy discípulo de Jesucristo
Enero de 2024


“Soy discípulo de Jesucristo”, Para la Fortaleza de la Juventud, enero de 2024.

Lema para los jóvenes 2024

Soy discípulo de Jesucristo

Puedes seguir al Salvador y difundir Su palabra a los demás.

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Logotipo del lema para los jóvenes 2024

¿Alguna vez te has preguntado por qué, después de sanar a las personas, Jesús les dijo a algunos de ellos que no se lo dijeran a nadie (véase Marcos 7:36)? Una razón quizá tenía que ver con el tipo de seguidores que Él necesitaba. Tal vez pienses que si las personas hablaban de cómo fueron sanadas, esa habría sido una buena manera de que Jesús atrajera seguidores. Sin embargo, Jesús no solo necesitaba seguidores: Él necesitaba discípulos.

Jesús dijo a Pedro y Andrés: “… Venid en pos de mí” (Mateo 4:19). En la Traducción de José Smith de ese versículo leemos: “… Yo soy aquel de quien escribieron los profetas; venid en pos de mí” (Traducción de José Smith, Mateo 4:18 [en Mateo 4:19, nota a al pie de página]). No los estaba invitando a pasar tiempo con Él provisionalmente; Él quería que ellos fueran Sus discípulos para siempre.

No quería que ellos solamente lo vieran enseñar y amar a las personas y efectuar milagros. Él quería que ellos hicieran lo mismo, quería que Su obra llegara a ser la obra de ellos. Escoger a Cristo significaba que aprenderían a servir como Él servía y a pensar como Él pensaba; que vivirían como Él vivía; que Él les enseñaría y les daría la ayuda que necesitaban para llegar a ser más semejantes a Él.

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Jesucristo

En griego, la palabra para discípulo es mathetes, que significa ser algo más que un seguidor o un alumno. A menudo se traduce como aprendiz. En la época de Cristo, por lo general, los discípulos escogían al maestro de quien deseaban aprender con la meta de llegar a ser maestros ellos mismos. Cristo no siguió la costumbre habitual; hizo lo contrario y fue Él quien buscó a Sus discípulos. Hoy en día, Cristo nos llama a venir a Él; nos llama a ser Sus discípulos y a declarar Su palabra entre Su pueblo para que tengan vida sempiterna (véase 3 Nefi 5:13).

Una joven de Haití, en el Caribe, mostró su deseo de ser discípula de Cristo al invitar a su amiga, que no era miembro de la Iglesia, a ir con ella a una conferencia FSY. Al principio, el padre de su amiga no quería darle permiso a su hija para que fuera. Los líderes de la Iglesia le explicaron las experiencias positivas que la esperaban y le hablaron acerca de los maravillosos consejeros jóvenes adultos que la cuidarían. El padre dio permiso para que su hija asistiera y, después de ver la diferencia que eso marcó en la vida de ella, también le dio permiso para asistir a las reuniones de la Iglesia y, seis meses después, para ser bautizada.

Un joven de Argentina, en Sudamérica, mostró su deseo de ser discípulo de Cristo al compartir algunos de sus dulces con un amigo mientras iban en el autobús a la escuela. Cuando encontró un dulce con sabor a café, explicó que nunca había probado ese sabor, ya que nadie de su familia bebía café. Eso condujo a una conversación sobre la Iglesia, que llevó a una invitación a asistir a las reuniones, lo cual, con el tiempo, llevó a su amigo a unirse a la Iglesia y a servir en una misión en Chile.

No todas las personas con quienes hablen acerca de la Iglesia o a quienes inviten a una actividad de la Iglesia querrán unirse a ella. Pero está bien. Tampoco todas las personas con quienes Cristo habló durante Su ministerio lo hicieron. Aun así, al escoger ser discípulos de Jesucristo y declarar Su palabra, Él nos dará valor y ayuda divina. Aprenderemos a llegar a ser más semejantes a Él: eso es lo que hacen los discípulos.