“De discípulo a discípulo”, Para la Fortaleza de la Juventud, enero de 2024.
Lema para los jóvenes 2024
De discípulo a discípulo
¿Cómo puedes ser discípulo de Jesucristo? Es más sencillo de lo que crees. Echa un vistazo a estos ejemplos que los jóvenes comparten acerca de los discípulos que hay en su vida.
Kyler C., 13 años
De Guayas, Ecuador. Le gusta jugar al baloncesto y tocar el violín.
Dos de mis amigos de la Iglesia, Arick y Mike, me han enseñado la importancia de ser discípulo de Jesucristo. Su ejemplo me ha ayudado a tener un mayor deseo de servir en una misión. Ahora me siento entusiasmado por hablar acerca de Jesucristo con los que lo necesitan.
Mis amigos también son buenos ejemplos de Cristo por la forma en que hablan. Me han contado muchas experiencias acerca de seguir a Jesucristo, lo cual me ha alentado a acercarme más a Él. Por ejemplo, mi amigo me ha enseñado que podemos preguntar a Dios cuando tenemos una inquietud. ¿Y cómo sabemos si Él ha respondido? Lo sabremos en el corazón. Eso es el Espíritu que dice que Dios nos está hablando y que estamos escogiendo el camino correcto.
Ayotunde Raphael A., 15 años
De Oyo, Nigeria. Le gusta bailar, hacer deporte y enseñar con los misioneros.
Mi amiga Ewa (abreviación de Ewaoluwa) es para mí un ejemplo de una discípula de Cristo. Una vez me ofendió y yo me enojé con ella, pero luego me pidió perdón. Mediante ese proceso, aprendí de ella humildad y perdón. Ewa fue muy humilde cuando se disculpó y yo la perdoné.
Para mí, ser discípulo de Jesucristo consiste en guardar los mandamientos del Padre Celestial, amar a Dios y a Su Hijo, Jesucristo, y preocuparse más por los demás.
Gabriel A., 12 años
De Oyo, Nigeria. Le gusta jugar al fútbol.
Conocí a un muchacho de la Iglesia que antes era un bravucón, pero un día cambió de repente. Decidí preguntarle: “¿Por qué cambiaste?”. Me dijo que oró, leyó las Escrituras, tuvo fe y se esforzó mucho por cambiar su comportamiento. Eso me ayudó porque ahora, cuando quiero tomar una decisión, académica o espiritual, por lo general oro y le pido a Dios que me guíe.
Mi amigo tal vez no sea perfecto, pero su comportamiento me conmovió. Ahora suelo leer las Escrituras antes de dar cualquier paso en mi vida. El ejemplo de mi amigo me ha acercado más a Cristo porque, cuando peco, puedo recurrir al Señor para orar y arrepentirme. Acudir al Señor me ha ayudado a dejar de lado mis cargas.