1990–1999
La sabiduría que lleva a la salvación
Octubre 1992


La sabiduría que lleva a la salvación

“Exhortamos a todos a que vengan a la fuente de la luz y la verdad, a la palabra revelada de Dios que enseñan los Escrituras, los profetas y Apóstoles de nuestros días.”

Al comenzar este ministerio, reconozco con gratitud el voto de sostenimiento de los miembros y el amor y apoyo continuos de mi eterna compañera, de mis hijos, mis padres y el resto de mi familia.

El 9 de octubre de 1875, al dedicar este Tabernáculo, el presidente John Taylor leyó las siguientes palabras de suplica y devoción de la inspirada oración dedicatoria de Brigham Young:

“… dedicamos y consagramos la porción de esta casa donde se hallan nuestro presidente y tus siervos para que sea un lugar sagrado adonde tus siervos puedan venir a declarar tus palabras y ministrar a tu pueblo en el nombre de tu Hijo, para siempre. Que tus santos ángeles y tus espíritus ministrantes estén en este sitio, y rodeándolo, a fin de que cuando tus siervos sean llamados a ponerse de pie en estos lugares santos para ministrar a tu pueblo, las visiones de la eternidad se abran ante ellos y sean llenos del espíritu y la inspiración del Espíritu Santo y del don y el poder de Dios. Y permite que todos los que presten atención a las palabras de tus siervos beban libremente de la fuente de las aguas de vida, para que tengan la sabiduría que lleva a la salvación … “ (Millenial Star, 15 de nov. de 1875, pág. 724).

Desde el principio de esta obra de los últimos días, los que se han parado aquí para hablar a los santos lo han hecho siempre después de mucha reflexión, introspección, ayuno y oración. Por supuesto, todo discursante habrá procurado tener “las visiones de la eternidad” y estar lleno “del espíritu y la inspiración del Espíritu Santo y del don y el poder de Dios”. La esperanza de cada uno de ellos habrá sido, al igual que la mía, hacer llegar a los que escucharan y prestaran atención palabras que fueran una bendición al dar la “sabiduría que lleva a la salvación”.

¿Comprenden los miembros de la Iglesia la verdadera importancia de los mensajes que proceden de este púlpito durante las sesiones de la conferencia general y en otras reuniones especiales que se realizan en el Tabernáculo? ¿Comprenden la responsabilidad que tienen de escuchar la voz del Señor a través de la voz de Sus siervos, puesto que “sea por [Su] propia voz o por la voz de [Sus] siervos, es lo mismo”? (véase D. y C. 1:14, 38).

¿Entienden los miembros que el consejo y la guía inspirados que reciben de los lideres de la Iglesia es una voz de advertencia de nuestro amoroso Padre Celestial, que conoce las diversas calamidades que vendrán “a los habitantes de la tierra”? (D. y C. 1:11).

“… la ira del Señor esta encendida, y su espada se embriaga en el cielo y caerá sobre los habitantes de la tierra.

“Por tanto, la voz del Señor habla hasta los extremos de la tierra, para que oigan todos los que quieran oír” (D. y C. 1:13, 11; cursiva agregada).

Debido a que muchos “no saben dónde hallarla” (D. y C. 123:12), la gente del mundo se encuentra privada de la palabra de Dios, expresada con claridad y sencillez por los verdaderos siervos del Señor, la palabra que siguen Sus discípulos con espíritu de obediencia. La vida de muchas personas que están en bancarrota espiritual se despliega como mudo testimonio de la inutilidad de vivir en la sociedad actual sin la guía revelada que nuestro Padre Celestial nos da por medio de Sus profetas y Apóstoles. ¡Cuanto de la maldad del mundo, cuanto del sufrimiento, la aflicción y la tristeza se eliminaría si las personas escucharan las instrucciones inspiradas que los lideres de la Iglesia imparten desde este púlpito!

Nos preocupa el numero de personas que viven en relativa obscuridad espiritual cuando todos tienen a su disposición las palabras de los profetas de nuestros días. Y esas expresiones proféticas son “lampara … a [los] pies … y lumbrera [al] camino” de todos los hijos de nuestro Padre Celestial que estén dispuestos a escuchar y a vivir de acuerdo con la verdad revelada.

El presidente Benson ha enseñado lo siguiente:

“El éxito cuando obramos con rectitud, el poder para evitar la decepción y resistir la tentación, la orientación de nuestras vidas, la sanidad del alma son tan sólo unas pocas de las promesas que el Señor les ha dado a aquellos que acudan a Su palabra” (véase “El poder de la palabra”, Liahona, julio de 1986, pág. 74)

De la misma manera, con vehemencia exhortamos a todos a que vengan a la fuente de la luz y la verdad, a la palabra revelada de Dios que enseñan las Escrituras, los profetas y Apóstoles de nuestros días y otros líderes generales de la Iglesia. Invitamos a todos a escuchar y prestar atención a los mensajes de esta y otras conferencias recientes.

Las palabras del presidente Benson al respecto se aplican a toda época:

“En los próximos seis meses, el numero de la revista Liahona en el que se publican los discursos de la conferencia debe estar junto con los libros canónicos, al alcance de la mano, para que lo consultéis frecuentemente. Así como dijo mi querido amigo y hermano, el presidente Harold B. Lee, debemos dejar que estos discursos de la conferencia ‘sean lo que guíe nuestros pasos y nuestras palabras en los próximos seis meses. Estos son los importantes asuntos que el Señor considera oportuno revelar a Su pueblo en este día’ (en ‘Conference Report’, abril de 1946, pág. 68)” (“‘Venid a Cristo, y perfeccionaos en El’”, Liahona, julio de 1988, pág. 84).

Y estas son las palabras inspiradas del presidente Marion G. Romney en tres discursos de conferencia:

“ En esta conferencia hemos tenido el placer de escuchar elocuentes discursos. Nos han enseñado grandes maestros. Hemos escuchado grandes verdades y recibido dirección que, si seguimos, nos llevaran a la presencia de Dios. Se nos ha transportado a una montaña espiritual y se nos han mostrado visiones de gran gloria, pero ¿cuantos hemos escuchado esa voz que nos dijera que seremos participes de ella?” (en “Conference Report”, abril de 1954, pág. 132).

“Lo que logramos en la conferencia general al escuchar los principios y las normas particulares del evangelio, que el Señor inspira a los actuales lideres de la Iglesia para que nos enseñen, es un perfeccionamiento de nuestro espíritu. El sabe por que … inspiró a los otros hermanos que han hablado en esta conferencia a que dijeran lo que nos han dicho. Tenemos el gran privilegio de escuchar, por intermedio de estos hombres, lo que el Señor diría si estuviera aquí. Si no estarnos de acuerdo con lo que dicen, es porque no estamos en armonía con el Espíritu del Señor” (en “Conference Report”, octubre de 1950, págs. 126-127).

“Actualmente, el Señor revela Su voluntad a todos los habitantes de la tierra, y a los miembros de la Iglesia en particular, sobre los asuntos de nuestros días, y lo hace mediante los profetas, con la Primera Presidencia a la cabeza. Lo que los de la Presidencia digan es lo mismo que diría el Señor si estuviera presente aquí. Esta es la roca sobre la que se basa el mormonismo … Así que repito, lo que la Presidencia diga en calidad de tal es lo que el Señor diría si estuviera aquí, y es Escritura. Debe estudiarse, entenderse y seguirse, lo mismo que se hace con las revelaciones de Doctrina y Convenios y las demás Escrituras. Los que sigan ese camino no pensaran que lo que han oído esta inspirado por el fanatismo político ni por el egoísmo, ni dirán que los hermanos no están bien informados de las circunstancias actuales o que no se puede aceptar sus consejos porque no los han precedido con las palabras: ‘Así dice el Señor’.

“Los que … mediante la oración ferviente y el estudio concienzudo se enteren de lo que dicen estos profetas contemporáneos, y sigan sus consejos, recibirán el Espíritu del Señor y sabrán, por el espíritu de revelación, que ellos han expresado el deseo y la voluntad del Padre” (en “Conference Report”, abril de 1945, págs. 88-90).

Consideremos la enormidad de enseñanzas que provienen de nuestro querido Profeta, el presidente Ezra Taft Benson. El lleva ya cincuenta años de servicio como testigo especial del Señor Jesucristo. Como le sucedió a Moisés, sus manos se han cansado un poco con el ministerio (véase Exodo 17: 12), pero las palabras que ha pronunciado desde este púlpito durante su inspirada administración continuaran siendo una bendición en la vida de los fieles.

Hace ya mucho tiempo, el presidente Wilford Woodruff hablo con sabias palabras sobre las declaraciones de los hombres que han estado al frente de la Iglesia, diciendo:

“Cuando los profetas hablan por la influencia de su poder profético, exponen o añaden a las revelaciones de la Iglesia. Ellos nos guían a través del laberinto de fuerzas opuestas. Cada uno de ellos … emplea las revelaciones pasadas y las nuevas para atender a las necesidades de la gente de su época. Los discursos de estos hombres … deben leerse y observarse como mensajes inspirados para guiarnos hacia el gozo en esta vida y en la venidera” (The Discourses of Wilford Woodruff, Salt Lake City: Bookcraft, 1946, págs. xi-xii).

Por lo tanto, repetimos nuestro ruego a los miembros y otras personas de que se vuelvan a los mensajes de nuestro querido Profeta. Debemos leerlos y obedecerlos Y. al prestar atención a esas palabras, junto con las otras de los profetas y lideres que nos hablan desde este púlpito, obtendremos “la sabiduría que lleva a la salvación”.

Testifico que el presidente Ezra Taft Benson, sus consejeros y los miembros del Consejo de los Doce son Apóstoles y profetas del Cordero de Dios, y que esta Iglesia y su obra de traer almas a Cristo se apoya firmemente en el fundamento de la bondad, la fe y la unidad de nuestros profetas y Apóstoles. Jesucristo vive y es la piedra angular de esta obra de salvación. En el nombre de Jesucristo. Amén.