Conferencia General
Sé limpio
Conferencia General de octubre de 2024


9:43

Sé limpio

El arrepentimiento diario nos permite discernir la guía del Señor por medio del Espíritu Santo.

Cuando tenía unos cinco años, estaba jugando al fútbol con mis amigos detrás de la iglesia en mi pequeño pueblo en Costa de Marfil. Recuerdo vívidamente la invitación del predicador a sus feligreses a que lavaran sus ropas como preparación para la llegada del Salvador. Al ser tan pequeño, lo tomé al pie de la letra. Corrí a casa tan rápido como me lo permitieron mis pequeñas piernas y le rogué a mi madre que lavara lo poco que yo tenía de ropa para que pudiera estar impecable y listo para la venida del Salvador al día siguiente. Aunque mi madre se mostró escéptica en cuanto al inminente regreso del Salvador, aun así lavó mi mejor atuendo.

A la mañana siguiente, me puse la ropa todavía un poco húmeda y esperé con ansias el anuncio de la llegada del Salvador. A medida que avanzaba el día sin novedad, decidí ir a la iglesia; me sentí muy decepcionado al ver que estaba vacía y que el Salvador no había llegado. Pueden imaginar mis sentimientos mientras caminaba lentamente a casa.

Años después, mientras recibía las lecciones misionales como preparación para unirme a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, leí lo siguiente: “Y nada impuro puede entrar en su reino; por tanto, nada entra en su reposo, sino aquellos que han lavado sus vestidos en mi sangre, mediante su fe, y el arrepentimiento de todos sus pecados y su fidelidad hasta el fin”.

La aclaración que recibí en ese momento me ayudó a comprender la importante verdad que mi joven mente no había entendido muchos años antes. El mensaje del predicador se centraba en la importancia de la pureza espiritual. Instaba a la congregación a buscar el arrepentimiento, a hacer cambios en su vida y a volverse al Salvador para obtener redención.

Nuestro Padre Celestial comprende nuestro trayecto terrenal y que el pecado es inevitable en nuestra vida. Estoy muy agradecido de que Él haya proporcionado un Salvador para expiar nuestras transgresiones. Mediante el sacrificio redentor del Salvador, cada uno de nosotros puede arrepentirse, buscar el perdón y llegar a ser limpio. El arrepentimiento, un principio fundamental del Evangelio, es esencial para nuestro desarrollo espiritual y resiliencia a medida que afrontamos los desafíos de la vida.

Durante la Conferencia General de abril de 2022, el presidente Russell M. Nelson invitó a cada miembro de la Iglesia a experimentar el gozo del arrepentimiento diario. Él dijo:

“Por favor, no teman ni demoren el arrepentimiento. Satanás se deleita en la desdicha de ustedes. Acaben con eso. ¡Expulsen de su vida la influencia de Satanás! Empiecen hoy mismo a experimentar el gozo de despojarse del hombre natural. El Salvador nos ama siempre, pero especialmente cuando nos arrepentimos. […]

“Si creen que se han desviado demasiado de la senda de los convenios, o durante demasiado tiempo, y que no tienen forma de regresar, eso simplemente no es verdad”.

Si hay algo de lo que no se hayan arrepentido completamente, los animo a obedecer el llamado del presidente Nelson de no demorar su arrepentimiento. Puede que se requiera algo de valentía en ese proceso; sin embargo, puedo asegurarles que el gozo que emana del arrepentimiento genuino sobrepasa el entendimiento. Mediante el arrepentimiento, se quita la carga de nuestras culpas y se reemplaza con un sentimiento de paz y tranquilidad. Al arrepentirnos fervientemente, somos santificados mediante la sangre del Salvador, incrementando así nuestra sensibilidad a los susurros y a la influencia del Espíritu Santo.

Mi compañera eterna nació con una discapacidad auditiva y, como resultado, debe usar audífonos. El polvo y el sudor pueden afectar el rendimiento de estos dispositivos, por lo que cada mañana la veo limpiar diligentemente los tubos de conexión antes de usarlos. Esta rutina simple pero constante elimina toda suciedad, humedad o condensación, y así mejora su capacidad para escuchar y comunicarse de manera eficaz. Cuando olvida este ritual diario, su capacidad para oír se resiente a lo largo del día; las palabras habladas se desvanecen gradualmente y, finalmente, se vuelven inaudibles. Al igual que la limpieza diaria de sus audífonos le permite oír con claridad, el arrepentimiento diario nos permite discernir la guía del Señor por medio del Espíritu Santo.

Cerca del final del ministerio terrenal del Señor y antes de Su partida al Jardín de Getsemaní, Él preparó a Sus discípulos para enfrentar las pruebas venideras. Él los reconfortó diciendo: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”.

Una de las funciones esenciales del Espíritu Santo es advertir, dirigir y guiar a toda persona que escuche a esa voz suave y delicada. Así como los tubos de comunicación bloqueados de un audífono pueden dificultar su funcionamiento, nuestra conexión espiritual con nuestro Padre Celestial también puede verse afectada, lo que lleva a malentendidos peligrosos o a no prestar atención a Su consejo. La llegada de internet ha hecho que la información sea más accesible que nunca. Eso puede llevarnos a buscar guía en el mundo en lugar de acudir a Dios. El presidente Russell M. Nelson ha enseñado: “En los días futuros, no será posible sobrevivir espiritualmente sin la influencia guiadora, orientadora, consoladora y constante del Espíritu Santo”.

Estoy agradecido de que cada uno de nosotros pueda recibir el don del Espíritu Santo en el momento de nuestra confirmación. Sin embargo, el presidente Dallin H. Oaks advirtió: “Las bendiciones que se pueden recibir a través del Espíritu Santo dependen de la dignidad de la persona [y] ‘el Espíritu del Señor no habita en templos impuros’ [Helamán 4:24]”.

Cuando elegimos conscientemente seguir la guía de los profetas y apóstoles, aumenta nuestra capacidad de tener el Espíritu Santo como compañero constante. El Espíritu Santo proporciona claridad en la toma de decisiones, mediante pensamientos e impresiones que se alinean con la voluntad de nuestro Padre Celestial. Tener al Espíritu Santo como compañero constante es crucial para nuestro crecimiento espiritual.

Hace poco se me asignó presidir una conferencia de la Estaca Salt Lake Granger Oeste, en Utah. Allí conocí a un presidente de estaca que ha desarrollado diligentemente su capacidad para discernir las impresiones del Espíritu Santo mediante una vida recta y el arrepentimiento diario. Como parte de nuestra labor de ministración, coordinamos visitar a tres familias. Al terminar nuestra última visita, teníamos unos treinta minutos libres antes de nuestra siguiente reunión. Mientras regresábamos al centro de estaca, el presidente Chesnut recibió la impresión de visitar a una familia más. Ambos estuvimos de acuerdo en seguir esa impresión.

Fuimos a visitar a la familia Jones y encontramos a la hermana Jones postrada en cama debido a una enfermedad. Era evidente que necesitaba una bendición del sacerdocio. Con su permiso, se la dimos. Al prepararnos para marcharnos, la hermana Jones nos preguntó cómo supimos de su necesidad urgente de una bendición. La verdad es que nosotros no sabíamos. Sin embargo, nuestro Padre Celestial, que estaba al tanto de las necesidades de ella, sabía e inspiró al presidente Chesnut a visitar su hogar. Cuando somos receptivos a la guía de la voz apacible y delicada, estamos mejor equipados para ministrar más eficazmente a aquellos que lo necesiten.

Testifico de un Padre Celestial bondadoso y amoroso. Jesucristo es el Salvador y Redentor de la humanidad. Testifico que la Expiación de Jesucristo es real y que, a medida que aprendamos a seguir la guía del Espíritu Santo, Él nos conducirá a arrepentirnos y a utilizar el poder de la Expiación del Salvador en nuestra vida. El presidente Russell M. Nelson es el profeta verdadero y viviente del Señor, con todas las llaves del sacerdocio sobre la tierra hoy en día. En el nombre de Jesucristo. Amén.