Conferencia General
Las Sagradas Escrituras: El fundamento de la fe
Conferencia General de octubre de 2024


14:7

Las Sagradas Escrituras: El fundamento de la fe

No podemos subestimar la importancia de las Sagradas Escrituras, tanto para la conversión como para permanecer fieles en el Evangelio.

Hace poco, mi esposa, Mary, y yo vimos una camiseta con la imagen de un libro y un mensaje al frente que decía: “Un libro: El dispositivo portátil original”.

Camiseta con la leyenda “Un libro: El dispositivo portátil original”.

Pensé en este interesante mensaje y en la importancia que han adquirido los dispositivos portátiles de todo tipo. Al seguir pensando en ello, me di cuenta de que cualquier dispositivo, incluso uno equipado con inteligencia artificial, nunca será tan importante o significativo como la guía espiritual que proviene de la revelación divina.

Ya sea en formato portátil o digital, la Santa Biblia y el Libro de Mormón: Otro Testamento de Jesucristo proporcionan guía espiritual y enseñanzas de Jesucristo, el Salvador del mundo. Atesoramos estos libros por su función significativa para documentar la guía de Dios a los profetas y al pueblo de la antigüedad y por la guía que brindan a nuestra propia vida.

En combinación con las enseñanzas de los profetas vivientes, estas Escrituras sagradas nos proporcionan guía doctrinal en el mundo actual. Estas Escrituras son más poderosas cuando enseñan, corrigen, alivian y consuelan a las personas y a las familias que buscan la guía del Señor.

Las Escrituras, combinadas con la inspiración espiritual del Espíritu Santo, continúan siendo la fuente principal que facilita la conversión de aquellos que tienen un corazón quebrantado y un espíritu contrito y desean seguir a Jesucristo. Las Escrituras ayudan a edificar un cimiento que puede resistir los esfuerzos constantes del adversario por debilitar la fe.

Los conversos nuevos han bendecido y han sido la esencia misma de la Iglesia a lo largo de su historia. Un ejemplo de ello es particularmente preciado para mí. Cuando era un joven obispo, dos maravillosas misioneras estaban enseñando a la familia de William Edward Mussman. El padre, un abogado muy competente, era el asesor legal de una gran empresa. Su devota esposa, Janet, ayudaba a la familia a esforzarse por llevar una vida más semejante a la de Cristo.

También se estaba enseñando a sus excepcionales hijo e hija, ambos de poco más de veinte años. Los cuatro habían recibido las lecciones y asistían a la iglesia. Las misioneras habían hecho hincapié en la lectura del Libro de Mormón y la oración para obtener un testimonio de esas Escrituras sagradas. Sorprendentemente, la familia leyó todo el Libro de Mormón con espíritu de oración en poco tiempo.

Las misioneras de estaca, que habían sido ambas presidentas de la Sociedad de Socorro de barrio, acompañaban a la familia a las reuniones sacramentales.

Cuando la familia estaba a punto de ser bautizada, recibió un bombardeo de literatura que criticaba a la Iglesia. Eso sucedió antes de internet, sin embargo, el material llenaba una gran caja de cartón.

Siendo yo un obispo de treinta y cuatro años recién llamado, las misioneras me invitaron para ayudar a responder las preguntas que surgieron. Cuando nos reunimos en la sala de la familia, la gran caja de folletos con críticas hacia la Iglesia estaba en el centro de la habitación. Yo había abordado esa asignación con espíritu de oración. Durante la primera oración, el Espíritu me susurró: “Él ya sabe que es verdad”. Eso era importante, pues las hermanas creían que el resto de la familia ya tenía un testimonio, pero no estaban seguras en cuanto al padre.

De inmediato le dije que el Espíritu me había dado la impresión de que él ya tenía un testimonio. “¿Era eso cierto?”. Él me miró fijamente y dijo que el Espíritu le había confirmado la veracidad del Libro de Mormón y de la Iglesia.

Entonces pregunté si era necesario revisar los folletos, dado que ya tenían una confirmación espiritual.

El padre respondió que no era necesario y el resto de la familia estuvo de acuerdo con su respuesta.

El padre dijo que sí tenía una pregunta importante: una de las razones por las que habían recibido tanta literatura en contra de la Iglesia era porque eran miembros de otra religión. Además, él había prometido hacer una gran donación para construir una nueva capilla para esa otra iglesia. Me dijo que las misioneras le habían enseñado acerca de la importancia del diezmo, lo cual aceptó con gratitud, pero se preguntaba si sería incorrecto cumplir también con el compromiso que había hecho previamente. Le aseguré que el pago de aquella promesa sería tan honorable como apropiado.

Familia Mussman.

Los Mussman con su hijo, nuera e hija.

Toda la familia fue bautizada. Un año después, fueron sellados como familia en el Templo de Oakland, California, y tuve el privilegio de presenciarlo. El hijo terminó sus estudios de derecho, aprobó el examen de abogacía de California y de inmediato sirvió con fidelidad en una misión en Japón. A lo largo de los años, he observado a las generaciones sucesivas, que han permanecido fieles al Evangelio, y tuve el privilegio de oficiar en el sellamiento de una de las nietas.

Las conversiones que están ocurriendo en nuestros días son igualmente notables. El pasado mes de junio, el entrenador Andy Reid —el entrenador principal de fútbol americano de los Kansas City Chiefs— y yo, junto con otras personas representantes de nuestra fe y de otras religiones, discursamos en un evento multiconfesional en la Iglesia Riverside, en la ciudad de Nueva York. El entrenador Reid hizo hincapié en las segundas oportunidades y en responder a las invitaciones y oportunidades, que es precisamente lo que significa el Evangelio de Jesucristo. A la mañana siguiente, con nuestras respectivas esposas, Tammy Reid y Mary, asistimos a la reunión sacramental en el Barrio Manhattan 2. Fue un servicio espiritual, con muchos conversos nuevos en la congregación. Cinco miembros recién bautizados —cuatro hombres adultos y un joven— se encontraban entre los miembros del Sacerdocio Aarónico que repartían la Santa Cena. Me complace informar que se está produciendo una afluencia similar de miembros nuevos en toda la Iglesia.

Estamos agradecidos por el notable aumento de personas que responden a invitaciones sagradas, cambian su vida y aceptan la oportunidad de seguir a Jesucristo. Ellos entran en la senda de los convenios por medio de la fe, el arrepentimiento, el bautismo y la confirmación, tal como se enseña en la Santa Biblia y en el Libro de Mormón.

No podemos subestimar la importancia de las Sagradas Escrituras, tanto para la conversión como para permanecer fieles en el Evangelio. Los profetas de antaño que se describen en el Libro de Mormón conocían la misión de Jesucristo y enseñaron Su Evangelio. El Libro de Mormón nos ayuda a acercarnos más a Dios a medida que aprendemos, entendemos y ponemos en práctica sus enseñanzas. El profeta José Smith enseñó que “un hombre [o una mujer] se acercaría más a Dios al seguir sus preceptos que los de cualquier otro libro”.

A fin de saber que el Libro de Mormón es la palabra de Dios, debemos leerlo, meditar y orar al respecto, y luego actuar de acuerdo con sus preceptos. El profeta Moroni prometió que Dios nos revelará la verdad del libro si oramos con un corazón sincero, con verdadera intención y con fe en Cristo. El estudio del Libro de Mormón es esencial para lograr una conversión duradera.

Al contemplar la relación entre la Biblia y el Libro de Mormón como dispositivos portátiles, se podría plantear esta pregunta: ¿Cuán útiles y complementarios creen que serían dos libros si el Señor declarara que serían juntados y que “ser[ía]n uno solo en tu mano”? Eso es lo que el Señor declaró con respecto al “palo de Judá”, la Biblia, y al “palo de José”, el Libro de Mormón.

En muchos aspectos significativos, el Libro de Mormón aporta doctrina fundamental que enriquece y complementa la Biblia. La doctrina de la Expiación de Jesucristo es un ejemplo significativo.

La Biblia presenta un relato exacto del ministerio terrenal de Jesucristo, que incluye Su muerte y Resurrección. El Libro de Mormón da más información sobre la Expiación de Jesucristo, algo que los profetas explicaron de forma detallada antes de Su muerte.

El encabezamiento del capítulo 42 de Alma refleja la importancia doctrinal de la Expiación de Jesucristo.

Leemos: “El estado terrenal es un tiempo de probación que permite al hombre arrepentirse y servir a Dios — La Caída trajo la muerte temporal y espiritual sobre todo el género humano — La redención se realiza por medio del arrepentimiento — Dios mismo expía los pecados del mundo — La misericordia es para aquellos que se arrepienten — Todos los demás quedan sujetos a la justicia de Dios — La misericordia viene a causa de la Expiación — Solo se salvan los que verdaderamente se arrepienten”.

El presidente Russell M. Nelson ha dicho: “Les prometo que si cada día estudian el Libro de Mormón con espíritu de oración, cada día tomarán mejores decisiones”. Él también promete que si “cada día se sumergen en el Libro de Mormón, estarán vacunados contra los males de esta época”.

Como mencioné, me impresionó el concepto del dispositivo portátil original: un libro. Sin embargo, reconozco la increíble importancia de internet en el mundo actual. Un dispositivo portátil moderno puede proporcionar la información que históricamente ha llenado una gran biblioteca. Agradecemos el poder vivir en una época como esta. Estoy particularmente agradecido de que esto permita que los libros sagrados y los materiales de la Iglesia estén disponibles en formato digital. Internet es una herramienta poderosa para estudiar el Evangelio. Hoy en día, muchas personas comparten pasajes de las Escrituras con amigos por medio de la tecnología. La aplicación del Libro de Mormón, por ejemplo, es una manera maravillosa de presentar el Libro de Mormón a amigos y se puede compartir fácilmente y de maneras normales y naturales, dondequiera que estén.

Aplicación del Libro de Mormón.

Si bien internet proporciona muchas bendiciones, lamentablemente, y al igual que los folletos con críticas hacia la Iglesia que describí antes, también se ha utilizado para generar dudas y minar la fe en los preciados principios del Evangelio. Puede formar parte de los “males de esta época” que mencionó el presidente Nelson.

El adversario y aquellos que lo ayudan, a sabiendas o inconscientemente, han creado en internet el equivalente a la caja llena de material con críticas hacia la Iglesia que describí antes, con la intención de alejarlos a ustedes de la verdad de Dios.

Las cuestiones que se han planteado para generar dudas a lo largo de los años han sido notablemente similares. Esto es especialmente cierto cuando se compara nuestra época con la década de 1960, cuando yo tenía veintitantos años.

Las Escrituras nos enseñan a usar nuestro buen criterio y a ser prudentes en todas las cosas. Internet se puede utilizar de manera positiva o destructiva.

Tanto los que son miembros desde hace años como los que empiezan a estudiar el Evangelio deben ser deliberados con lo que ven. No se entretengan con material inmoral, deshonesto o impío. Si lo hacen, los algoritmos pueden llevarlos por un camino que destruye la fe y perjudica su progreso eterno. Se puede actuar sobre ustedes de manera positiva o negativa. Busquen la rectitud y eviten las oscuras madrigueras de internet y el consumo compulsivo de malas noticias. Llenen su vida de ideas positivas y rectas; sean alegres y diviértanse, pero eviten las tonterías. Hay una gran diferencia. El decimotercer Artículo de Fe es una guía maravillosa. Sobre todo, sumérjanse con frecuencia en el Libro de Mormón, el cual llevará el Espíritu a su vida y los ayudará a discernir la verdad del error.

Mi consejo para quienes se hayan desviado de alguna manera de la senda de los convenios es que vuelvan a las Sagradas Escrituras, a la guía profética, a la observancia religiosa en el hogar y a la música de la fe. Todas las almas son preciadas para el Señor. ¡Los necesitamos! ¡El Señor los necesita y ustedes lo necesitan a Él! Siempre serán bienvenidos. Durante mis muchos años de servicio en la Iglesia, he estimado mucho a personas maravillosas que regresaron a la senda de los convenios y luego sirvieron y bendijeron a todos sus seres queridos o aquellos con quienes estuvieron en contacto.

Las Sagradas Escrituras y los profetas vivientes son un medio importante con el que un amoroso Padre Celestial pone Su plan de felicidad a disposición de todos Sus hijos.

Testifico con certeza de la divinidad de Jesucristo y de la realidad de Su Expiación. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Notas

  1. Véase 2 Timoteo 3:16.

  2. Véase Predicad Mi Evangelio: Una guía para compartir el Evangelio de Jesucristo, 2023, pág. 28; véanse también 2 Nefi 2:7; 3 Nefi 12:19; Doctrina y Convenios 20:37; Ezra Taft Benson, “Un poderoso cambio en el corazón”, Liahona, marzo de 1990, págs. 2–8.

  3. Las misioneras eran las hermanas Beverly Bridge y Cheryl Morgan.

  4. El hijo, William E. Mussman III, se había graduado de Stanford y asistía a la Facultad de Derecho de la Universidad de California, en San Francisco. Su hermana, Ann C. Mussman, asistía a la Universidad de Stanford.

  5. Las hermanas Eleanor Mehr y Louise Johnson eran las misioneras de estaca.

  6. La Asociación Profesional de Santos de los Últimos Días de Nueva York (NYLDSPA, por sus siglas en inglés) homenajeó al reverendo A. R. Bernard y al entrenador Andrew “Andy” W. Reid en la histórica Iglesia Riverside interconfesional de Manhattan. También asistieron líderes de nuestra Iglesia y de muchas otras religiones, entre ellos el rabino Joseph Potasnik, a quien se había homenajeado anteriormente.

  7. Véase Tad Walch, “How Andy Reid’s Beliefs in Jesus Christ and a Second Chance for Michael Vick Guide the Kansas City Chiefs”, Deseret News, 3 de julio de 2024, deseret.com.

  8. Más de 198 000 conversos nuevos han sido bautizados entre el 1 de enero y el 30 de agosto de 2024 (información proporcionada por el Departamento Misional).

  9. En el capítulo 5 de Predicad Mi Evangelio se describe por qué el Libro de Mormón es la piedra clave de nuestra religión.

  10. Introducción del Libro de Mormón.

  11. El profeta José Smith testificó que un hombre se acercaría más a Dios al seguir los preceptos que se enseñan en el Libro de Mormón que los de cualquier otro libro (véase “Introducción del Libro de Mormón”).

  12. Véase Moroni 10:4.

  13. Véase Ezequiel 37:15–17; véase también 2 Nefi 3:12.

  14. La palabra Expiación, refiriéndose a la Expiación de Jesucristo, solo se menciona una vez en el Nuevo Testamento (véase Romanos 5:11). En el Libro de Mormón se hace referencia a la palabra Expiación veinticuatro veces. En 2 Nefi 2:10 se describe “la felicidad” que se ha fijado por medio de la Expiación (véase también “Jesus Christ, Atonement through”, en “Index to the Book of Mormon” en inglés).

  15. Russell M. Nelson, “El Libro de Mormón: ¿Cómo sería su vida sin él?”, Liahona, noviembre de 2017, pág. 62.

  16. Piensen en cuán bendecidos somos cada semana al estudiar Ven, sígueme en línea.

  17. Algunas de esas cuestiones son simplemente falsas. Hay personas que sacan de contexto los hechos históricos y hay quienes abogan por cuestiones sociales que no concuerdan ni con la Biblia ni con el Libro de Mormón. Otras son cuestiones para las que el Señor aún no ha dado revelación.

  18. El doomscrolling es el acto de buscar de manera habitual y obsesiva noticias negativas o deprimentes en las redes sociales o en las fuentes de noticias (véase Merriam-Webster.com Dictionary, “doomscroll”).

  19. La Iglesia ha experimentado un crecimiento significativo y un aumento en la asistencia en los últimos años. El porcentaje de personas que abandonan la Iglesia es menor que en el pasado, pero necesitamos a cada uno de los miembros.