Crecimiento en el servicio
El día de Año Nuevo de 1983, los dos miembros de la presidencia de rama de Reikiavik murieron en un accidente mientras escalaban. Su muerte —en combinación con la ausencia de otros poseedores del sacerdocio, que estaban sirviendo como misioneros, y la emigración del presidente de rama posterior— dejó un vacío enorme en el liderazgo de la rama. Para llenar este vacío se llamó a un miembro bautizado solo once meses atrás, Guðmundur Sigurðsson. Ronald Guðnason, que tenía dieciocho años, se convirtió en su secretario y, más adelante, en su consejero en la presidencia de rama, aunque Ronald estaba en el exigente último año de la escuela secundaria.
Tanto Guðmundur como Ronald tuvieron que superar sentimientos de inseguridad e inexperiencia al cumplir con sus llamamientos. “Me sentía muy aislado porque no tenía antecedentes de la Iglesia en Islandia, no sabía cómo debían hacerse las cosas, no sabía qué había disponible”, recuerda Guðmundur. “Muchas veces, las personas se ofrecían a ayudarme, ¡pero el problema era que no sabía qué pedir […]! Al servir al Señor, acudí a Él una y otra vez […]. Aun mientras ayudaba a limpiar el edificio de la Iglesia, cuando mi maravillosa esposa, Valgerður Knútsdóttir, era la conserje, el Espíritu a menudo me inspiraba con pensamientos y respuestas a mis problemas”.
Ronald recuerda: “Estuve a la altura de las circunstancias e hice lo que [tenía] que hacer”. Al final del año, por ejemplo, “nadie sabía nada acerca de los ajustes de diezmos […]. [Había] papeles por todos lados”, así que Ronald se encerró en la oficina todo el día y se puso a ordenar. Al enfrentar los desafíos de la inexperiencia, estos hombres se prepararon para seguir sirviendo. Tres años más tarde, Guðmundur se convirtió en el primer presidente de distrito de Islandia. Ronald, más adelante, sirvió como presidente de la Rama Selfoss.