Historia de la Iglesia
“Somos una familia”


“Somos una familia”

El presidente Hinckley con el presidente de Islandia, Ólafur Ragnar Grímsson

El presidente Gordon B. Hinckley (derecha) con Ólafur Ragnar Grímsson, presidente de Islandia, en la dedicación de un monumento a los inmigrantes islandeses en Spanish Fork, Utah, el 25 de julio de 2005

Fotografía por Jason Olson, cortesía de Deseret News

“Hay una historia extraordinaria que conecta nuestros países”, dijo el presidente de Islandia, Ólafur Ragnar Grímsson, ante una audiencia en Spanish Fork, Utah, en 2005. Aquel grupo se había reunido para celebrar el sesquicentenario de la llegada de los primeros inmigrantes islandeses a Utah. Los primeros inmigrantes islandeses —unos 379 en 1914— fueron acusados de traicionar a su tierra natal por abandonarla justo cuando se los necesitaba en el movimiento por la independencia y la modernización. Su abandono de la religión impartida por el Estado también generó malos sentimientos. Sin embargo, los inmigrantes y sus descendientes mantuvieron fuertes lazos con su patria. Misiones, cartas, visitas y reuniones familiares: todo ello favoreció la relación entre Utah e Islandia. Además, en 1897, los islandeses de Utah iniciaron una celebración anual de su herencia y cultura islandesas. En 2000, financiaron la creación de un monumento cerca del lugar donde se realizaron los primeros bautismos en Islandia. Cinco años más tarde, dedicaron un monumento en Spanish Fork, con una lista de los nombres de todos los primeros islandeses conversos conocidos que emigraron a Utah.

Dado que los islandeses de Utah han valorado enormemente su madre patria durante todos estos años, el presidente Grímsson reconoció que la buena voluntad ha reemplazado los “fríos sentimientos del pasado”. Y afirmó: “Somos una familia en espíritu, en fe, en legado y en visión”.