Testimonios de Cristo: Artistas Santos de los Últimos Días dan testimonio de Él
Artistas Santos de los Últimos Días dan testimonio de Él
Cada uno puede tener una imagen mental de cómo creemos que es el Salvador, pero si cada uno de nosotros pintara un cuadro de Él, todos serían diferentes. No sabemos cómo es en realidad, pero podemos llegar a conocer el amor que nos tiene y acercarnos más a Él al celebrar Su nacimiento.
Algunos artistas Santos de los Últimos Días han empleado el pincel para expresar su testimonio y amor por el Salvador. Es probable que algunos de estos cuadros te resulten familiares y otros te parezcan nuevos, y aunque no seas capaz de pintar para crear un cuadro hermoso del Salvador, sí puedes tener Su imagen en tu rostro (véase Alma 5:14).
Robert T. Barrett
“Siempre he creído que el arte es un reflejo de las creencias del artista. Personalmente, mi testimonio se ha fortalecido al tener la oportunidad de representar acontecimientos de la vida del Salvador y de la historia de la Restauración. Sé que Él vive y que Su obra es divina.
“¿Cómo hago para expresar mis sentimientos al respecto? Hay que encontrar la forma de plasmar los sentimientos del corazón en el lienzo”.
Simon Dewey
“Puedo testificar sin temor en cuanto a la verdad como el Espíritu me lo ha testificado a mí. Sé que Jesús vive y que es mi Redentor. Sé que Su Padre también es mi Padre, que me oye cuando clamo a Él con gratitud por Su ayuda diaria y con un corazón penitente. Algunos me han preguntado si he tenido una visión o alguna manifestación espiritual semejante que constituya la base de mi arte sobre el Hijo de Dios, pero aunque mis ojos jamás le han visto y nunca le he oído, mi corazón alberga ese conocimiento y eso me basta”.
Derek Hegsted
“No hay paz más grande que la que siento cuando doy testimonio de Cristo mediante el pincel. La capacidad de expresar con palabras lo que siento no es uno de mis puntos fuertes, pero un misericordioso Padre Celestial me ha bendecido con la capacidad de testificar de mi Salvador. Al reflexionar en mi testimonio y en los efectos que el arte tiene en mi vida, espero haber mostrado a todos mis hermanos y hermanas en Cristo que sé que Jesús es el Cristo y que Él vive”.
Gary L. Kapp
“No recuerdo no haber tenido un testimonio de Jesucristo, pero no fue sino hasta que llegué al campo misional que comencé un estudio serio de Su vida, especialmente en el Libro de Mormón. En esa época, empecé a sentir de verdad ese ardor en el corazón que procede del conocimiento certero de que Jesús es el Salvador del mundo y el Hijo de Dios.
“Toda mi vida he deseado dar tanto de mi tiempo y de mis talentos como me fuera posible para compartir mi testimonio a través del arte. Sinceramente espero que el amor que siento por el Salvador sea evidente en mi arte y que de algún modo fortalezca el testimonio de los que lo contemplen”.
Greg Olsen
“Así como una luz sobre un monte sirve de punto de referencia a los viajeros cansados, Jesucristo es un ejemplo brillante a todo el mundo y nos muestra un camino mejor que conduce a la paz y a la felicidad. Su luz ilumina el camino de la vida y nos guía por el sendero estrecho y angosto.
“Los que perseveran con la mirada puesta en la luz de Cristo brillan con luz propia en su interior. ¡Él es real y, sí, ¡vive!”
Judith Mehr
“Sé que Jesucristo es mi Salvador y mi Señor. Sé que es el Hijo de nuestro Padre Celestial y pienso en Él como en ese Alguien que dio Su vida y se sacrificó por mis pecados para que yo pudiera resucitar y vivir con Dios y con mi familia después de morir. Lo que tengo más presente ahora, en lo referente a mi testimonio, es que cada día percibo Su presencia en mi vida cotidiana. Nunca puedo negar Su existencia ni el gran amor que tiene por mí. Le amo con todo mi corazón”.
Walter Rane
“Claro que no sé cómo es, por lo que no intento pintarlo siempre con la misma apariencia. Cada cuadro representa un acontecimiento diferente de la vida de Cristo y es un esfuerzo por expresar un aspecto diferente de la personalidad del Salvador.
“Sé que mis esfuerzos son insuficientes, pero no deja de ser un honor intentar capturar, en un grado mínimo, parte de la grandeza de nuestro Salvador y expresar, quizás, una noción vaga de Su personalidad y un sentimiento que conmueva a alguien”.
Del Parson
“Cristo es mi héroe; me encanta leer sobre Él y Su vida. El procurar representarlo artísticamente hace que me sienta humilde.
“La guía que recibo de mi bendición patriarcal influye grandemente en mi arte y ha sido una fuente de dirección para mi obra. A comienzos de mi carrera, mi esposa y mi hija pequeña se vieron implicados en un accidente automovilístico y en aquel entonces sentí como si el Espíritu Santo me rodeara de consuelo y del amor de Dios, un amor que intento expresar en mis obras del Salvador”.
Minerva K. Teichert (1888–1976)
“Tengo un testimonio del Evangelio; ¡es lo más importante de mi vida!” (entrevista por Robert Conrad y Frederick Teichert, 6 de febrero de 1974).
“El Señor sí abre las puertas cuando llamamos. A veces la puerta en la que tenemos más interés no es la que se abre, mas por lo general la puerta adecuada es la que se abre de par en par ante nosotros, aunque tardemos tiempo en reconocerlo” (carta a su hija Laurie Teichert Eastwood).
Gary E. Smith
“Mi madre me inculcó la fe en el Señor Jesucristo a una edad temprana, y cuando escuché el Evangelio y me uní a la Iglesia a los veinticinco años de edad, fue como si encontrara la pieza que faltaba del rompecabezas. Hoy día aún llevo conmigo la fe que tenía de pequeño, pero al sumársele sabiduría, madurez y experiencia, esa fe me conduce a una comprensión más profunda de la vida y la misión de nuestro Salvador”.
Cristo sana al hombre de la mano seca, por Robert T. Barrett.
“Entonces [Jesús] dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra” (Mateo 12:13).
Junto a aguas de reposo, por Simon Dewey.
“He aquí, soy Jesucristo, el Hijo de Dios. Soy la vida y la luz del mundo” (D. y C. 11:28).
El fin del viaje, por Derek Hegsted.
“…vendréis a mí en mi reino; y conmigo hallaréis reposo” (3 Nefi 28:3).
“A fin de que sepáis”, por Gary L. Kapp.
“Levantaos y venid a mí… a fin de que sepáis que soy el Dios de Israel” (3 Nefi 11:14).
Simeón venera al niño Cristo, por Greg Olsen.
Simeón “bendijo a Dios, diciendo:… han visto mis ojos tu salvación” (Lucas 2:28–30).
La mujer toca el manto de las ropas del Salvador, por Judith Mehr.
“…Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz” (Marcos 5:34).
“En memoria de mí”, por Walter Rane.
“…Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:19).
La oración en Getsemaní, por Del Parson.
“…el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne; por tanto, sufrió el dolor de todos los hombres, a fin de que todo hombre pudiese arrepentirse y venir a él” (D. y C. 18:11).
El rescate de la oveja perdida, por Minerva K. Teichert.
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas” (Juan 10:11).
Cristo se lamenta por Jerusalén, por Gary E. Smith.
“Jerusalén, Jerusalén… no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor” (Lucas 13:34–35).