2003
Preguntas y respuestas
junio de 2003


Preguntas y respuestas

¿Cómo puedo ayudar a mi hermano menos activo que se aísla del resto de la familia?

Las respuestas tienen por objeto servir de ayuda y exponer un punto de vista y no deben considerarse como pronunciamientos de doctrina de la Iglesia.

La Respuesta de Liahona

Tras esta pregunta yace el asunto fundamental del albedrío. A veces, cuando nuestros seres queridos se alejan del Evangelio y de la familia, nos sentimos tan preocupados que queremos presionarles o incluso forzarles para que vuelvan; pero esto no sólo es imposible, sino contrario al plan del Señor.

Cuando intentamos obligar a alguien a regresar al sendero del Evangelio, estamos empleando la misma estrategia que propuso Lucifer en el mundo preterrenal para “[redimir] a todo el género humano, de modo que no se [pierda] ni una sola alma” (Moisés 4:1). El albedrío puede parecer un principio difícil porque da lugar a las malas decisiones, y al pesar y al dolor; pero la obediencia compelida jamás puede edificar un carácter divino; sólo la obediencia que se escoge libremente puede conducir a la vida eterna.

Sin embargo, el comprender la necesidad del albedrío no quiere decir que no haya nada que no podamos hacer para intentar rescatar a un hermano o una hermana perdidos. Las parábolas de la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo pródigo sugieren que hay muchas cosas que podemos hacer (véase Lucas 15). En primer lugar, siempre debemos amar a los que se pierden; amarles lo suficiente como para servirles desinteresadamente y ayudarles aun cuando se aparten de nosotros. Los actos desinteresados de amor que se dan libremente pueden superar las diferencias que existen entre las almas descarriadas y los demás miembros de la familia. En ocasiones, al igual que el hijo pródigo, los que se han apartado del Evangelio y de sus familias terminan por desear encontrar un camino de regreso, pero no saben cómo lograrlo. Si somos pacientes y no emitimos juicios, el amor puede ser uno de los ingredientes que salve esas diferencias.

No tengas miedo de compartir tu testimonio, mas no lo hagas de manera condescendiente ni incriminatoria. Sé sensible al Espíritu y, cuando sea apropiado, comparte tus sentimientos sobre el Evangelio, la Iglesia y tu familia. Demuestra por medio de tus acciones y tu actitud que vivir el Evangelio te hace feliz.

En ocasiones, un hermano o una hermana podrá rechazar tus palabras sobre el Evangelio. En esas ocasiones, todo lo que puedes hacer es amarles y dejar claro que la elección de no ir a la iglesia no equivale a romper todo vínculo con la familia. Intenta incluir a ese hermano o hermana en actividades familiares que les haga sentir queridos y valorados. Recuerda que son hijos de Dios y que nuestro Padre Celestial está haciendo todo lo que está en Su poder para llevar a todos Sus hijos de regreso a Su presencia.

Las Respuestas de los Lectores

Yo fui el hermano que se alejó de su familia, pero los ejemplos de servicio, amor y caridad de mis hermanas fueron algunas de las diversas formas en que me demostraron lo que me faltaba en mi vida. Dile a tu hermano que le amas y que le echas de menos. Esas palabras son poderosas al proceder de cualquier miembro de la familia.

Élder Franco B. Ciammachilli, 20, Misión Sudáfrica Ciudad del Cabo

No puedes forzar a nadie a ir a la Iglesia, pero sí puedes ayunar y orar por tu hermano. Puedes hablar del Evangelio y recordarle que es alguien muy especial, un hijo de Dios. También podría ayudarle el que compartieras tu testimonio. Puedes hacer todas estas cosas, pero depende de él decidir lo que va a hacer.

Madeleine Wahle, 13, Barrio Dortmund, Estaca Dortmund, Alemania

Trata de planificar actividades familiares que le gustarían a tu hermano. Aprovecha cada oportunidad que tengas para mostrarle lo mucho que le amas. Ora en busca de guía y pídele a nuestro Padre Celestial que le ablande el corazón.

Bill Younkin, 17, Barrio Huntington Beach 9, Estaca Huntington Beach Norte, California, E.U.A.

Me aislé de mi propia familia durante más de seis años. Creía que mis amigos eran más interesantes y el ir a la Iglesia no encajaba con mis planes. Finalmente, los misioneros me enseñaron sobre las metas que me podía fijar, cómo acercarme más a mi familia y, por encima de todo, a Dios. Ellos me ayudaron a entender que tengo mucha importancia a la vista de Dios.

Hermana Samantha Seiko, 23, Misión Fiji Suva

Quizás tu hermano esté confundido en cuanto a quién desea ser y cree estar satisfecho con lo que está haciendo, aunque esté buscando. Lo mejor que puedes hacer es orar diligentemente y buscar respuestas en las Escrituras. Luego muéstrale lo mucho que te interesa su bienestar; esfuérzate por pasar tiempo con él; haz buenas obras por él, y aunque rechace tu amabilidad, nunca te des por vencida. El Señor te bendecirá por tu diligencia.

Stephanie O’Brien, 18, Barrio Wichita Falls, Estaca Lawton, Oklahoma, E.U.A.

Puedes compartir tus sentimientos con tu hermano sobre su distanciamiento de la familia. También podrías hablar con él de temas conocidos. Si dejas abiertas las puertas de la comunicación y le ayudas a sentirse amado y querido, puede que regrese a la familia y a la Iglesia.

Christine Whatcott, 15, Barrio Salem 4, Estaca Salem, Utah, E.U.A.

Sé lo que significa que un miembro de la familia se aísle y deje de ir a la iglesia. La forma de reaccionar en con amor puro, tal y como nos ama Cristo. Para darle ayuda comparte tu testimonio y dile que le amas. Ora por los miembros de tu familia y por ti mismo para tener la fuerza para amar y perdonar.

Alyssa Hansen, 17, Barrio Ridgefield, Estaca Vancouver Oeste, Washington, E.U.A.

La manera principal de ayudar a alguien que, como tu hermano, no se está ayudando a sí mismo, es ayunar y orar por él. Puedes enseñar los principios de las Escrituras, aunque la otra persona no las esté leyendo, mediante el ejemplo que des en tu vida. Pide ayuda a los líderes y amigos que se preocupan de tu hermano. A veces una persona que esté alejada de la situación puede ver algo que tus problemas no te permiten ver.

Guerta Zwirtes, 20, Barrio Vitória, Estaca Vitória, Brasil

Lo primero que te aconsejo que hagas es orar en busca de guía. También te aconsejaría que te acercaras más a tu hermano y te ganaras su confianza; puede que te diga por qué no va a la Iglesia. Entonces podrás ayudarle.

David C. Vallejo, 16, Barrio Choloma, Estaca Fesitranh, Honduras

Planifica actividades que capten la atención de tu hermano y anímale a que participe en ellas. Preséntale a miembros de la Iglesia de su edad, y cuando empiece a sentirse a gusto con la familia y la Iglesia, dile lo mucho que te gusta ser miembro y lo bendecido que eres.

Pamela Kay M. Gica, 18, Barrio Pateros 2, Estaca Pasig, Filipinas

Mi hermano se aisló de nosotros. Al principio intenté ganarme su amistad, y oraba pidiendo apoyo en esta gran batalla. Luego le hice un regalo y le escribí una carta en la que le decía lo mucho que le amaba y el gran amor que le tenía Jesucristo.

Óscar L. Mackay López, 16, Rama Las Colinas, Estaca San Isidro, Panamá

Instrumentos En Sus Manos

“Todos tenemos familiares o amigos que necesitan el Evangelio pero que por el momento no tienen interés en él. Para ser eficaces, el Señor debe, por tanto, dirigir nuestros esfuerzos para que obremos de la forma y en el momento en que ellos sean más receptivos. Debemos orar por la ayuda y la guía del Señor para que podamos ser instrumentos en Sus manos y ayudar al que está preparado, a aquel a quien desea que ayudemos hoy. Entonces, debemos estar alerta y dar oídos a las impresiones de Su Espíritu para saber cómo proceder”.

Élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, “Compartir el Evangelio”, Liahona , enero de 2002, pág. 8.