Noches de hogar exitosas
Podemos crear lecciones sencillas pero eficaces para la noche de hogar gracias a la variedad de recursos del Evangelio que nos rodean.
Al empezar a planificar la noche de hogar, lo primero que se pregunta es: “¿Qué presentaré como lección?”. Si es así, continúe leyendo.
El Departamento de Revistas de la Iglesia pidió a sus lectores que compartieran ideas para tener noches de hogar exitosas, y las siguientes son varias ideas de lecciones o procedimientos sencillos que pueden ser de utilidad para la familia de usted.
Expresar gratitud
El simple hecho de dar gracias por las buenas cosas de nuestra vida hace de la noche de hogar algo maravilloso y se puede emplear con éxito varias veces al año. James y Kelly Peterson, del Barrio Burley 10, Estaca Burley, Idaho, disfrutaron ese tipo de lección. “Hubo una semana en la que tuvimos desafíos inesperados y bendiciones extraordinarias”, escribe la hermana Peterson. “Así que nos sentamos en familia y hablamos de las cosas por las que estábamos agradecidos. Empezamos por cosas sencillas, como la casa o la comida, pero luego comenzamos a darnos cuenta de las muchas cosas que habíamos dado por sentado y caímos en la cuenta de lo mucho que nos había bendecido el Señor. Al expresar gratitud, un sentimiento cálido embargó nuestro hogar; era un espíritu de gratitud, un sentimiento de comodidad y paz. Aquella noche nos sentimos muy cerca de nuestro Padre Celestial y de cada miembro de la familia. Fue una de las noches de hogar más memorables”.
Leer las Escrituras
Cuando combinamos la lectura de las Escrituras con la expresión de nuestro testimonio, siempre disfrutamos de una lección inspiradora en la noche de hogar. Jules y Judith Kon Bofanga, del Barrio Ngaba, Estaca Masina, Kinshasa, República Democrática del Congo, han unido con éxito a su familia mediante el uso de las Escrituras. “Es en nuestro hogar donde hemos llegado a conocer mejor a nuestro Padre Celestial, gracias a las noches de hogar”, escribe la hermana Bofanga. “Dado que las dificultades nunca escasean, acudimos a nuestro Padre Celestial por medio de la oración y de la lectura de las Escrituras. Hemos adquirido conocimiento y también hemos aprendido a amarnos y servirnos mutuamente”.
Cantar himnos juntos
Un himno familiar puede convertirse fácilmente en la base de una lección de la noche de hogar. Después de que toda la familia canta un himno, podemos leer y comentar en cuanto a la letra del mismo y los pasajes de las Escrituras que figuran en él. Los casetes con la música y la letra de “Canciones para los niños” (52538 002) o los himnos y canciones (52052 002), están disponibles en los centros de distribución y nos sirven para aprender y cantar himnos.
Wendy M. Mitosinka, del Barrio Bradshaw, Estaca Prescott, Arizona, recuerda esa clase de lección cuando era pequeña: “Mi madre tocaba el piano y nosotros cantábamos y cantábamos. Cuando cantábamos “Jehová mi Pastor es”, sentía el Espíritu tan fuerte que los ojos se me llenaban de lágrimas. La melodía se me quedó grabada y más tarde aprendí a tocarla en la guitarra. Hoy día, cuando las cosas se tornan difíciles, los himnos que aprendí de pequeña me proporcionan paz y felicidad”.
Compartir anotaciones de los diarios
Todos se benefician del oír las experiencias personales y los testimonios edificantes de los diarios de los miembros de la familia y sus antepasados. Podemos emplear la noche de hogar para escribir en nuestros diarios y, cuando sea apropiado, compartir nuestras anotaciones los unos con los otros.
Ramona Morreale, del Barrio Cannonville, Estaca Escalante, Utah, escribe sobre una noche de hogar especial en la que leyó de su diario: “Encontré anotaciones sobre nuestros hijos, cosas graciosas que ellos decían y hacían de pequeños. Momentos después, todos reíamos. A menudo nuestros hijos piden que volvamos a tener otra lección de los ‘diarios’. A veces también leemos entradas espirituales del diario de alguno de nuestros antepasados, lo cual nos da gran gozo y nos ayuda a conocerles”.
Emplear las revistas de la Iglesia
Las revistas de la Iglesia contienen muchos materiales e ideas para las lecciones de la noche de hogar. “El mensaje de la Primera Presidencia y el de las maestras visitantes, con sus múltiples citas y preguntas, constituyen lecciones magníficas”, escribe otra lectora. “A nuestra familia también le gusta leer y comentar los relatos de Voces de los Santos de los Últimos Días y charlar sobre los interrogantes de Preguntas y respuestas”.
Al final de cada ejemplar se puede encontrar un índice de temas del Evangelio; las familias pueden escoger un tema para luego leer y comentar los artículos sobre el mismo. Las familias que tengan niños pequeños pueden encontrar otras ideas para actividades en los artículos del Tiempo para compartir. Los jóvenes podrían hacer carteles como los de la revista Liahona empleando las mismas palabras y creando su propio arte.
Contar relatos
Kathryn Marrett, del Barrio Camp Hill, Estaca Brisbane, Australia, descubrió la eficacia del contar relatos. “Al ser madre de niños pequeños, resultaba difícil mantenerles interesados en la noche de hogar”, escribe la hermana Marrett. “Tras orar en busca de inspiración, decidí que cada mes me centraría en un valor diferente. El primer tema que seleccioné fue la honradez. Las ideas empezaron a fluir con rapidez; creamos niños imaginarios y los empleamos en cada relato. Resultó divertido crear situaciones diferentes y explorar los resultados de las decisiones buenas y malas.
“Ahora, cuando tenemos que tratar cualquier asunto, como dejar la bicicleta bajo la lluvia o el lenguaje inapropiado, hablamos del principio adecuado e inventamos relatos en los que toman parte esos mismos niños ficticios. Naturalmente, esos relatos son sólo un modo de enseñar valores correctos. Las Escrituras y otros materiales de la Iglesia constituyen el cimiento de nuestras enseñanzas del Evangelio”.
Tomar turnos
Víctor y Susana Mendoza, de la Rama Ramona (hispana), Estaca Hemet, California, han descubierto que el alternar la oportunidad de enseñar es una manera excelente de desarrollar lecciones innovadoras. “Las noches de hogar de nuestra familia son verdaderamente fascinantes”, escribe la hermana Mendoza. “Cada uno de nuestros hijos se turna e inventa formas de hacer que la noche de hogar sea diferente e interesante. Por ejemplo, Víctor Daniel hace invitaciones y nos las entrega por adelantado para que podamos ser puntuales. Cuando Jazmín termina la lección, nos da un certificado de logros por prestar atención, mientras que Melisa nos cuenta relatos interesantes que ha aprendido en seminario.
“Al principio no era fácil, pero depositamos nuestra fe en el Señor, y Él nos ha ayudado. Testifico que el celebrar las noches de hogar ha fortalecido tanto nuestro matrimonio como nuestra familia. Nuestros lazos de amor se fortalecen cada semana. Damos gracias a Jesucristo por mostrarnos el camino y darnos Su Espíritu en nuestro hogar y en nuestros corazones”.
Reunirse semanalmente
La unidad familiar se logra al reunirse con frecuencia. Alfredo y Tita Obial, del Barrio Quirino 2, Estaca Ciudad Quezón Sur, Filipinas, son padres de cinco hijos. “Queremos ser una familia eterna”, escribe la hermana Obial. “Efectuamos la noche de hogar con regularidad para compartir nuestros talentos, aprender principios del Evangelio y divertirnos. A veces tenemos consejos familiares para tratar nuestras necesidades y tomar decisiones en familia. Estamos agradecidos por el programa de la Iglesia de la noche de hogar para la familia, el cual no sólo nos acerca más como familia, sino también nos acerca a nuestro Padre Celestial”.
La noche de hogar puede ser una bendición en nuestra vida, tal y como lo ha sido en la de estas familias, si tan sólo oramos en busca de inspiración; “[sean] de buen ánimo” (D. y C. 78:18); reúnanse con frecuencia e inviten al Espíritu mediante la música, la oración y el testimonio personal. Pero más que todo, no debemos dejar que la preparación de la lección sea una barrera que nos impida llevar a cabo la noche de hogar. A veces las lecciones más sencillas suelen ser las mejores.
Fáciles de Preparar Fáciles de Presentar
Cualquier tema del Evangelio puede convertirse en la lección de una noche de hogar si se siguen estos tres pasos sencillos:
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Escoja uno de los recursos del Evangelio que figuran en la columna A.
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Céntrese en un solo tema o idea para que la lección sea sencilla.
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Escoja cualquiera de los métodos de enseñanza que figuran en la columna B para desarrollar el tema a modo de lección.
A
Los artículos siguientes y muchos otros recursos del Evangelio están disponibles en los centros de distribución de la Iglesia.
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Escrituras.
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Discursos de la conferencia general (véanse las revistas de la Iglesia y www.lds.org ).
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Artículos de las revistas de la Iglesia.
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Himnos (34832 002).
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“La familia: Una proclamación para el mundo” (véase Liahona , octubre de 1998, pág. 24).
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La declaración de la Sociedad de Socorro (véase Liahona , enero de 2000, pág. 112).
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Para la fortaleza de la juventud (36550 002).
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El lema de las Mujeres Jóvenes (35224 002).
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Los objetivos del Sacerdocio Aarónico en Sacerdocio Aarónico: Cumplir nuestro deber a Dios (36676 002, 36677 002 y 36678 002).
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“Mis normas del Evangelio”, en Días de logros (35317 002; véase Liahona , abril de 1999, págs. A8–A9)
B
Si necesitara ideas adicionales, vea La enseñanza: El llamamiento más importante (36123 002) o La enseñanza/Guía (34595 002).
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Haga preguntas (quién, qué, dónde, cuándo, por qué, cómo).
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Muestre una lámina, una gráfica o un objeto.
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Cante una canción.
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Pida que hagan una composición escrita.
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Comparta su testimonio o una experiencia personal.
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Escriba los puntos importantes en una pizarra o en una hoja de papel, y coméntelos.
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Memorice un pasaje de las Escrituras.
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Haga un dibujo.
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Representen un relato.
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Muestre un video de la Iglesia.