2004
Sueños Sobre Hielo
enero de 2004


Sueños Sobre Hielo

A los nueve años, Chris cambió sus patines de hockey por unos de patinaje artístico. Ahora ha cambiado estos últimos por unos zapatos de misionero.

“…por esta causa os he enviado: para que seáis obedientes, y vuestros corazones estén preparados para testificar de las cosas que han de venir” (D. y C. 58:6).

C hris Obzansky jugó al hockey sobre hielo durante tres años antes de decidir que quería seguir otro camino. A los nueve años, cambió sus patines de hockey por unos de patinaje artístico e inició un camino que le ha llevado al éxito como bailarín sobre hielo. Pero no todo ha sido tan fácil.

“Estaba completamente decidido a aprender a usar esos patines”, dice. “¡Pero no dejaba de caerme cuando me ponía de puntillas!”. A pesar de las dificultades, descubrió que el patinaje sobre hielo era lo que verdaderamente deseaba hacer. Además, “me parecía mucho más agradable patinar con una chica en vez de con un equipo de malolientes jugadores de hockey”, dice, sonriente.

Tenía grandes sueños. Él y su compañera habían quedado en segundo lugar en las competiciones juveniles nacionales de los Estados Unidos, en tercer lugar en las competiciones nacionales estadounidenses y en primer lugar en una competición internacional en China. Su plan incluía competir en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006 y servir en una misión a los 21 años, pero al cumplir 18, cuando todo iba “sobre ruedas”, surgió un inconveniente.

“No lo disfrutaba; tenía dificultades con el deporte”, recuerda. “Por más que me esforzaba, no daba más de mí; y decía: ‘Señor, ¿qué hago?’ ”.

Chris recibió la primera parte de su respuesta al ir y hablar con su obispo, quien le animó a orar sobre su plan de retrasar su misión. “Su consejo me entró por un oído y me salió por el otro”, admite. “Pero mi vida llegó a un punto en el que realmente tenía que preguntar y escuchar”.

La segunda parte le llegó en una reunión sacramental. Mientras escuchaba al presidente de los Hombres Jóvenes discursar sobre su propio llamamiento misional, el Espíritu le dijo: “ ‘Chris, debes servir en una misión cuando cumplas 19 años o vas a tener una vida dura’. El mensaje fue tan claro que me di vuelta para ver si había alguien ahí”, dice. “La impresión volvió unas 10 veces más fuerte y sabía que tenía que irme a la misión”.

Ése no es el fin de la historia

Esa misma noche, Chris llamó a su compañera y a sus entrenadores para darles la noticia. Al empezar a entrenar con ellos, les habló de la posibilidad de servir en una misión, pero ninguno esperaba que lo hiciera, al menos aún no. A pesar de que se sentían desilusionados, Chris dice: “Me han apoyado mucho así como mi decisión de ir a la misión, y se lo agradezco”.

Chris se siente en paz con su decisión y la dirección de su vida. “Me siento agradecido a mi Padre Celestial por aquella impresión”, dice, “pero ha sido difícil desde entonces. Satanás ha intentado derribarme de cualquier manera imaginable”.

Para combatir esos temores y preocupaciones, Chris leía las Escrituras y oraba con el mismo ímpetu que dedicaba al patinaje sobre hielo en Delaware, donde vivía mientras se entrenaba. Estudiaba las Escrituras al menos dos veces al día y dedicaba tiempo a orar con devoción por lo menos tres veces al día. “Ésa fue mi protección”, dice. Reconoce que le ha sido de gran ayuda el haberse rodeado de buenos amigos y de su familia cuando volvió a su hogar en el Barrio 13 de la Estaca Salt Lake Central.

Un nuevo conjunto de reglas

En el patinaje artístico hay muchas reglas relativas a movimientos obligatorios y restringidos. Tener éxito implica mucha creatividad y talento para bailar. Chris cree que sus experiencias con el patinaje sobre hielo le ayudarán en su misión, experiencias tales como el llevarse bien con un compañero, seguir reglas estrictas y estar dedicado a algo cada día durante mucho tiempo.

Lo animó mucho ser llamado a la Misión Estados Bálticos, de habla ruso, en especial porque sabe que hablar ruso le será útil si desea volver al patinaje sobre hielo después de la misión. (Muchos competidores y entrenadores hablan ruso.) Tiene deseos de algún día ser entrenador, pero de momento, dice: “Lo único que quiero es llevar a la gente al conocimiento del Evangelio”.

Guía continua

Recibir la impresión de servir en una misión no fue la primera vez que Chris pidió y recibió la guía del Señor en su vida. A los 16 años, acababa de separarse de su compañera de patinaje y estaba pasando por un momento difícil. “Mi padre me dio una bendición y me dijo que el Espíritu estaría conmigo y me consolaría”, dice.

Después de la bendición, tuvo la impresión de leer D. y C. 58. Los versículos del 2 al 7 han influido grandemente en su vida. “Me parecía que habían sido escritos específicamente para mí”, dice. “Todo lo descrito en esos versículos me ha pasado y sigue pasando en mi vida; esos pasajes me han consolado mucho”.

Al esforzarse por seguir el consejo de D. y C. 58, Chris está sirviendo en una misión en el momento en que el Señor se lo pidió, y está listo para testificar del Salvador y del Evangelio en los estados bálticos. Sabe que tendrá más dificultades que el realizar las puntillas sobre hielo y cambiar de compañera, pero también sabe que cuando pida orientación, el Señor se la dará.

Shanna Ghaznavi pertenece al Barrio BYU 61, Estaca Universidad Brigham Young 2.