Tiempo para compartir
¡Si elijo obedecer, feliz todo el día seré!
“Hay más posibilidades de lograr la felicidad en la vida familiar cuando se basa en las enseñanzas del Señor Jesucristo” (“La familia: Una proclamación para el mundo”, Liahona, octubre de 1998, pág. 24).
Después de la lección de una noche de hogar sobre la obediencia, Brandon, de cuatro años, estaba deseoso de obedecer mejor a sus padres. Él y su madre decidieron que un recordatorio le resultaría útil. Brandon debía repetir: “¡Si elijo obedecer, feliz todo el día seré!”.
Un día, Brandon quiso jugar en casa de su amigo y echó a correr por el patio, pero de repente recordó las palabras “¡Si elijo obedecer, feliz todo el día seré!”. Recordando que primero debía pedir permiso a su madre, Brandon se encaminó hacia su casa.
Al cumplir ocho años, Brandon se bautizó y recibió el don del Espíritu Santo. Leyó en las Escrituras que el Espíritu Santo le mostraría todo lo que debía hacer (véase 2 Nefi 32:5). Brandon sabía que el Espíritu Santo le recordaría que debía seguir a Jesucristo.
Jesucristo nos dio el ejemplo perfecto. Las Escrituras nos enseñan: “Bienaventurado todo aquel que… anda en [los] caminos [del Señor]… Bienaventurado serás, y te irá bien” (Salmos 128:1–2). ¡Si seguimos a Jesucristo, seremos felices no sólo todo el día, sino toda la eternidad!
El libro de Bienaventuranzas
En el Sermón del Monte (véase Mateo 5; 3 Nefi 12), Jesús nos enseña cómo vivir para ser felices. Algunas de esas enseñanzas se conocen como las Bienaventuranzas, palabra que significa “prosperidad” y “felicidad”. Para hacer un libro de Bienaventuranzas, pega la página A7 sobre una hoja de papel, recorta por las líneas, pega la segunda tira a la lengüeta de la primera tira y dobla por las líneas de puntos.
Ideas para el Tiempo para compartir
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1. Prepare y esconda tiras de papel con las siguientes palabras escritas en ellas: El, Espíritu, Santo, me, ayudará, a, seguir, a, Jesucristo. Para captar la atención de los niños, susurre:“Escucha mi voz y te ayudaré a encontrar algunas palabras”. Susurre las indicaciones y ayude a un niño a encontrar cada una de las tiras de papel. A continuación susurre indicaciones para ayudar a los niños a ponerlas en orden. Reciten juntos la frase y recuerde a los niños que el Espíritu Santo también habla dulcemente y nos ayuda a seguir a Jesucristo. Muestre a los niños una lámina de la Primera Presidencia y lea los dos primeros párrafos de la página 1 del cuadernillo Fe en Dios . Muestre una lámina del Salvador y lea sobre los convenios bautismales en las páginas 2 y 3. Pida a los niños que descubran y anoten las tres promesas que hacemos cuando nos bautizamos: guardar Sus mandamientos, tomar Su nombre sobre nosotros y recordarle siempre. Si guardamos los convenios bautismales, el Espíritu Santo estará siempre con nosotros. Invite a algunos adultos o a algunos niños a compartir experiencias sobre cómo les haya ayudado el escuchar al Espíritu Santo. Pida a los niños que piensen en el amor del Salvador mientras cantan un himno o una canción.
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2. Jueguen a El líder dice . Invite a los niños a escuchar con atención sus mandatos y a obedecerlos únicamente cuando usted primero diga: “El líder dice” (por ejemplo: “El líder dice: hagan como que caminan sin avanzar”; “dejen de caminar” —los niños deben seguir caminando porque usted no dijo: “El líder dice”). Dígales que fueron unos buenos seguidores y explíqueles que hay otra Persona a la que deben prestar atención y obedecer. Lean juntos Juan 13:15. Ponga a la vista una lámina del Salvador y anote alrededor de la lámina los himnos o las canciones que nos digan cómo seguirle. Anime a los niños mayores y a los pequeños a trabajar juntos mientras los divide en grupos. Dé a cada grupo una referencia de las Escrituras (por ejemplo: Efesios 4:32; 1 Juan 4:11; Mosíah 1:6–7; D. y C. 21:1, 4–5). Invíteles a: 1) Leer el pasaje en voz alta y explicar el principio que debemos obedecer; 2) seleccionar un himno o una canción que coincida con la enseñanza de Jesucristo y dirigir a la Primaria mientras lo canta; 3) hacer una representación de modos de seguir la enseñanza de Jesucristo y pedir a los demás niños que traten de adivinar qué están representando; 4) explicar cómo seremos felices al guardar ese mandamiento.