2004
Sintamos el amor del Señor mediante el autodominio
agosto de 2004


Mensaje de las maestras visitantes

Sintamos el amor del Señor mediante el autodominio

Por medio de la oración, seleccione y lea de este mensaje los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.

Apocalipsis 3:21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.

Presidente Gordon B. Hinckley: “Cuando un hombre es motivado por grandes y poderosas convicciones de verdad, es cuando se autodisciplina… como consecuencia del conocimiento que en su corazón posee, de que Dios vive, de que él es un hijo de Dios con potenciales eternos e ilimitados” (“La verdadera fortaleza de la Iglesia”, Liahona , febrero de 1974, págs. 43–44).

Alma 37:33: “Enséñales a resistir toda tentación… con su fe en el Señor Jesucristo”.

Presidente Howard W. Hunter (1907–1995): “Cuando disponemos… [de] la perspectiva eterna, podemos evaluar con más claridad aquello que traerá mayor felicidad a nuestra vida. Debemos decidir ahora, a la luz del sol, cómo reaccionaremos cuando lleguen las tinieblas de la noche y las tormentas de la tentación” (“Nuestro compromiso con Dios”, Liahona , enero de 1983, pág. 108).

Élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles: “No hay época en la vida en que no tengamos tentaciones, pruebas o sufrimientos a causa de nuestro cuerpo. Pero, a medida que ores y desarrolles autodominio, podrás apaciguar los apetitos de la carne” (“El autodominio”, Liahona , octubre de 1985, pág. 25).

Alma 38:12: “[Refrena] todas tus pasiones para que estés lleno de amor”.

Presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia: “Cuando el pesar, el pecado, la desilusión, el fracaso y la debilidad nos hacen descender a profundidades no imaginadas, podemos obtener el bálsamo de un amor incondicional en la gracia divina; éste es… un amor que eleva y bendice; es un amor que nos da la oportunidad de comenzar de nuevo” (“Nuestra relación con el Salvador”, Liahona , febrero de 1977, pág. 25).

Kathleen H. Hughes, primera consejera de la presidencia general de la Sociedad de Socorro: “Una mujer que conozco luchaba contra la indignación que sentía hacia alguien que la había lastimado a ella y a su familia. Aunque aconsejó a sus hijos que no guardasen resentimientos, ella misma pugnaba con el rencor dentro de sí. Tras semanas de haber pedido ayuda a nuestro Padre Celestial en cuanto a eso, por fin experimentó un cambio. De ello, contó: ‘Un día, en medio de mis casi constantes oraciones, sanó mi herida. Una sensación física inundó todo mi ser, después de lo cual sentí seguridad y paz. Supe que ocurriera lo que ocurriese, mi familia y yo estaríamos a salvo. La ira se apartó de mí y también desapareció mi deseo de venganza’” (“Bendecidos con el agua viva”, Liahona , mayo de 2003, pág. 13).

Presidente David O. McKay (1873–1970): “Qué glorioso es poder acostarse por la noche con la conciencia limpia, sabiendo cuánto nos hemos esforzado por no ofender ni herir a nadie. Cuando uno trata de despojarse de toda impureza y se esfuerza, cuando ora percibe… que Él acepta su esfuerzo. Sabe que es un hijo de Dios… Cuenta con la fortaleza y un sentimiento de resistencia al mal” ( Gospel Ideals , 1954, pág. 502).

Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

  • • El acercarse más al Salvador, ¿cómo puede ayudarle a dominar sus pensamientos, palabras y hechos?

  • • ¿Qué pasajes de las Escrituras o enseñanzas de los profetas de los últimos días le han ayudado a lograr autodominio? ¿En qué ha podido cambiar o mejorar?