Alcaldesa por un día
Imagínate que eres una joven Santo de los Últimos Días que vive en Trujillo, Perú. Ahora imagínate que eres la alcaldesa.
Es difícil tomar decisiones correctas cuando tienes 15 años, pero cuando tus decisiones influyen en la vida de cientos de miles de personas, la presión aumenta un poco. Ésa fue la situación a la que se enfrentó Amy Arreátegui Pozo cuando se la seleccionó entre 123 estudiantes para convertirse en alcaldesa de Trujillo, Perú, la tercera ciudad más grande del país. Alcaldesa durante un día, por supuesto.
Cuando Amy era Damita del Barrio Mousserat, Estaca Laureles, Trujillo, Perú, asistía a una escuela secundaria llamada la Academia de Ingeniería. “Una de mis metas”, dice Amy, “era llegar a ser la alcaldesa estudiantil de esta escuela [semejante al presidente del estudiantado] y lo logré. Ése era mi sueño. Mi siguiente meta era ganar el concurso ‘Alcalde por un día’, y aquí estoy; por fin lo conseguí; lo que eso me permitió ganar fue mi confianza en mí misma”.
Por supuesto, también influyeron sus muchas y buenas ideas para mejorar las escuelas y los vecindarios de la ciudad. Le costó mucho esfuerzo llegar a esas ideas para el concurso, pero escoger entre ellas fue mucho más fácil. Para ello, Amy utilizó un método en el que ha llegado a confiar mucho, un método que le ha dado la confianza de la que habla. Se trata del proceso de preguntar y recibir respuestas mediante la oración.
“Acudan siempre al Padre Celestial al tomar una decisión, y siempre tomarán la correcta”, dice Amy. Ésa fue una de las razones por las que pudo cumplir tan bien con su responsabilidad cuando la ciudad de Trujillo publicó la resolución que la reconoció como “alcaldesa por un día”. El consejo municipal aceptó acatar sus acciones durante sus 24 horas como alcaldesa. Todos los contratos, decisiones y autorizaciones serían legalmente válidos.
Alcaldesa por un día
Amy llegó al ayuntamiento a las 7:30 a.m., incluso antes que el alcalde José Murgia Zannier, que ha servido en ese puesto desde hace más de 10 años. Tras tomar posesión de su cargo oficialmente, Amy se reunió con el alcalde Murgia para repasar el programa del día y coordinar algunos detalles. Así comenzó su ocupado día como alcaldesa.
En el vehículo oficial del alcalde, Amy hizo una visita para inspeccionar un parque en el que la ciudad tiene previsto construir un centro deportivo y recreativo. Después visitó una escuela pública, donde se reunió con el director e inspeccionó el avance de la construcción de dos salas de clase.
Una vez de regreso al ayuntamiento, Amy se reunió con un funcionario autorizado de la oficina de defensores públicos y con el director del hogar infantil San José. En seguida Amy decidió enviar a un grupo de trabajadores al hogar infantil para hacer algunas reparaciones que hacían falta. También recibió visitas de dirigentes de otras escuelas que deseaban solicitar fondos.
En una conferencia de prensa, Amy lanzó su programa de liderazgo juvenil, titulado “Un reto para el futuro”. Desde el inicio de ese programa, los jóvenes líderes de más de 100 escuelas de la ciudad se han reunido mensualmente con oficiales gubernamentales para analizar las necesidades de la educación.
Después Amy presidió la reunión del consejo municipal, abrió la sesión y pasó lista. También plantó un árbol durante la apertura de un parque recientemente renovado y escuchó las peticiones de los vecinos residentes del lugar. Por la tarde, asistió a un acontecimiento cultural en una de las plazas de la ciudad.
Fue un día muy ocupado para Amy, una joven a quien se describió de la siguiente manera en uno de los periódicos locales: “Sobresaliente en cuanto a su intelecto, sobriedad, elocuencia y dotes de liderazgo, pero sobre todo en lo que respecta a sus grandes metas y objetivos”.
La educación y las prioridades
La experiencia de Amy como alcaldesa por un día le abrió los ojos a las muchas necesidades de su comunidad. Una de ellas —la educación— era ya un punto prioritario de los planes y programas de Amy. Pero aunque ella reconoce que la escuela es importante, cree que hay otros aspectos de nuestra vida que deberían tener precedencia sobre la educación secular.
“Creo que aquí en Trujillo, ciudad considerada generalmente como la capital cultural del Perú, muchas personas dejan de lado la Iglesia y se concentran más en sus estudios”, dice Amy. “Hay muchos jóvenes en la Iglesia que no sirven en una misión para poder continuar con sus estudios en la universidad, o que dejan de asistir a las clases de instituto y a las reuniones de la Iglesia”.
En cambio, Amy, al mismo tiempo que estudia con mucho esfuerzo con la meta de llegar a ser psicóloga, también se esfuerza mucho en su llamamiento como maestra de la Escuela Dominical, así como en su progreso personal espiritual. Ella comprende que hay un momento para cada cosa: tiempo para estudiar, para la Iglesia, para los amigos, la familia y las diversiones.
Es cuestión de perspectiva y prioridades. Amy explica: “El profeta quiere que los jóvenes obtengan toda la formación académica posible, y el Señor siempre nos preparará el camino para ello, así que no tenemos que dejar la Iglesia para lograr objetivos seculares. Aunque la educación es importante, lo es aún más el hacer lo que manda nuestro Padre Celestial”.
Los principios antes que los amigos
Los jóvenes de Perú se enfrentan a muchos de los mismos retos que encara la juventud de todo el mundo. Las tentaciones de seguir las vías del mundo llaman a viva voz: la pornografía, la inmoralidad y la falta de honradez.
“La moda y todas las tendencias, como las musicales, también plantean problemas, ya que la mayoría de nosotros estamos rodeados por personas que no son miembros, y por ello a veces es fácil dejarte llevar por tus amigos en vez de ser fiel a nuestros principios”, dice Amy. Advierte también de que no debemos ceder a la presión de aquellos que quieren que rebajemos nuestras normas. “Otro problema”, dice, “es que cuando una persona joven se une a la Iglesia, a veces pierde amigos”.
Amy se siente bendecida por haber encontrado amigos y fortaleza entre su familia, los miembros del barrio y sus compañeros de seminario. Siempre han estado ahí para apoyarla y alentarla a seguir al Señor.
Confianza en sus decisiones
Ahora que Amy ha saboreado lo que significa ser alcaldesa de Trujillo, ¿cuáles son sus planes para el futuro? “Comenzaré como alcaldesa estudiantil”, explica Amy, “y después quizá llegue a ser alcaldesa de una unidad local, luego de un distrito, y por último me convertiré en la primera presidenta del Perú”.
Amy dice que a muchos jóvenes les falta la confianza necesaria para fijarse metas y alcanzarlas, ya que no entienden por qué están aquí en la tierra y lo que deben hacer en la vida. Por motivo de que ha construido su vida en torno al Evangelio, Amy ha adquirido la confianza para lograr el éxito en todos sus deseos justos.
“Me he acercado a mi Padre Celestial al orar y pedirle Su confirmación en todas las decisiones que deba tomar”, dice. “Es muy especial para mí sentir Su Espíritu y saber que Él aprueba mis decisiones. Con Su aprobación, siento que las cosas siempre, siempre saldrán bien”.