Mensaje de las maestras visitantes
El fortalecimiento de las familias
Por medio de la oración, seleccione y lea de este mensaje los pasajes de las Escrituras y las enseñanzas que satisfagan las necesidades de las hermanas a las que visite. Comparta sus experiencias y su testimonio e invite a las hermanas a las que enseñe a hacer lo mismo.
Las bendiciones de pertenecer a la Sociedad de Socorro: La Sociedad de Socorro fomenta una vida próvida, una administración prudente del hogar y la participación en la obra del templo y de la historia familiar con el fin de ayudar a toda hermana a honrar su legado.
Bonnie D. Parkin, presidenta general de la Sociedad de Socorro: “Haber pertenecido a la Sociedad de Socorro me ha renovado, me ha fortalecido y me ha llevado a ser una mejor esposa, mejor madre y mejor hija de Dios. Mi corazón se ha llenado del entendimiento del Evangelio, así como del amor del Salvador y de lo que Él ha hecho por mí. Por eso, a ustedes, queridas hermanas, les digo: ¡Vayan a la Sociedad de Socorro! Ésta llenará sus hogares de amor y de caridad; las nutrirá y las fortalecerá a ustedes y a sus familias” (“¿En qué forma ha sido la Sociedad de Socorro una bendición para usted?”, Liahona, noviembre de 2004, pág. 35).
¿Cómo contribuye la administración prudente del hogar al fortalecimiento de nuestra familia?
D. y C. 93:43, 50: “…has de poner tu propia casa en orden… [Procurad ser] más diligentes y atentos en el hogar”.
Proverbios 31:10, 13, 25, 27: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas…
“…con voluntad trabaja con sus manos…
“Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir.
“Considera los caminos de su casa”.
Presidente Gordon B. Hinckley: “Los exhorto a gastar en forma moderada, a disciplinarse en las compras que hagan para evitar las deudas hasta donde sea posible. Liquiden sus deudas lo antes posible y líbrense de la servidumbre.
“…Si han liquidado sus deudas y cuentan con una reserva, por pequeña que sea, entonces, aunque las tormentas azoten a su alrededor, tendrán refugio… y paz en el corazón” (“A los jóvenes y a los hombres”, Liahona, enero de 1999, pág. 66).
¿Cómo contribuyen la adoración en el templo y la obra de historia familiar al fortalecimiento de nuestra familia?
Presidente Ezra Taft Benson (1899–1994): “El templo es un recordatorio constante de que Dios desea que la familia sea eterna… Vayan al templo… para que tengan derecho a las bendiciones más sublimes del sacerdocio…
“…Cuando vayan al templo y efectúen las ordenanzas de la casa del Señor, recibirán determinadas bendiciones:
“Recibirán el espíritu de Elías, el cual hará volver su corazón al de su cónyuge, a sus hijos y a sus antepasados.
“Amarán a su familia más profundamente de lo que la habían amado hasta entonces” (“What I Hope You Will Teach Your Children about the Temple”, Tambuli, abril–mayo de 1985, págs. 2, 6).
Presidente Howard W. Hunter (1907–1995): “Vayamos al templo con la frecuencia que las circunstancias personales lo permitan. Tengan a la vista en su casa una lámina de uno de los templos para que los hijos la vean. Enséñenles en cuanto a los propósitos de la casa del Señor. Háganlos hacer planes, desde niños, para ir allí.
“…compilen la historia de sus familiares y preparen los nombres para que se realicen por ellos las sagradas ordenanzas que sólo se efectúan en el templo. La investigación familiar es esencial para que se lleve a cabo la obra de los templos y los que la realizan sin duda recibirán bendiciones” (“Preciosas y grandísimas promesas”, Liahona, enero de 1995, pág. 9).