No está bien pelearse
Un día, un par de amigos se estaban peleando por una niña de mi clase; querían gustarle a ella.
Yo les dije “¡Ya basta!” y los aparté. No quería que se hicieran daño ni que dejaran de ser amigos.
No tenía miedo de que me hicieran daño, pero cuando los separé, se pusieron furiosos. “¿Qué haces en medio de esto?”, preguntaron. Les dije que se tranquilizaran porque quería que fueran amigos y que Jesús desea que seamos amables los unos con los otros.
Hicieron las paces y dejaron de pelearse por la niña.
Alan S., 11 años, Argentina