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Inspirados por el Señor
Quisiera testificar que los artículos de la revista Liahona son inspirados por el Señor, y es por eso que logra testificar, cambiar opiniones y convertir a la gente, incluso los miembros de la Iglesia. Tengo la costumbre de leer la revista Liahona cada día al despertarme y en cuanto me siento a leerla, me pregunto cuándo voy a echarme a llorar. El Espíritu es muy fuerte cuando la leo y me da testimonio de la veracidad de los artículos.
Evaldo Gomes de Almeida, Brasil
Los artículos me fortalecen
Cierto día en que tenía que tomar una decisión muy difícil, me hallaba tan confusa que no sabía cómo sentirme ni qué pensar. Me arrodillé y oré desesperada a mi Padre Celestial; entonces vino a mi mente el pensamiento de que debía leer la revista Liahona. Al principio me costó leerla, pero después de unos minutos me di cuenta de la compañía del Espíritu. Los artículos fortalecieron mi fe. Especialmente el del élder H. Ross Workman (véase el ejemplar de julio de 2006) me dio nuevas fuerzas para reconocer mi decisión.
Ingelore Penshorn, Alemania
Comparaciones maravillosas
Me siento agradecida por la revista Liahona en portugués, ya que siempre tiene un mensaje dirigido especialmente a mí. En particular, me gustó el mensaje del élder Dieter F. Uchtdorf, “En alas de águilas”, del ejemplar de julio de 2006. Soy estudiante de física y considero que las comparaciones que el élder realizó entre la aerodinámica y los principios del Evangelio fueron maravillosas. En especial, la parte en la que habla del Espíritu Santo como “el viento bajo las alas”, me llegó al corazón.
Lucimara Moraes, Brasil
Pequeños actos que condujeron a la conversión
El 1 de diciembre de 2002 entré en una librería y compré un ejemplar del Libro de Mormón, en cuyo interior había un folleto sobre el plan de salvación. En ese folleto estaba escrito “Hermanas Burgey y Sorensen” y un número de teléfono al que llamé en julio de 2003.
En el verano de 2004 recibí las charlas misionales que me impartieron los élderes Swensen, Vernon y Gregory. Por fin, el 28 de agosto de 2006, me bauticé. En el ejemplar de la revista Liahona de septiembre de ese mismo año leí el artículo “Cosecha retrasada”, de Rian W. Jones, que me recordó los pequeños actos que me guiaron a mi bautismo y confirmación.
Nicolai Penchikov, Rusia
Modesta inspiración
Escribo para agradecerles el artículo “La modestia es importante”, publicado en el número de junio de 2006. Me encantó y me ayudó muchísimo. Me hallaba ante un dilema porque se acercaba mi graduación y no sabía qué vestido ponerme para el baile. Al ir de compras, no logré encontrar nada para esa ocasión que fuera apropiado y modesto al mismo tiempo, así que me pasé el día pensando en qué ponerme; hasta pensé en no ir o en olvidarme de mis valores y ponerme alguno de los vestidos que había visto en las tiendas. Pero cuando leí “La modestia es importante”, supe que no debía rebajar mis normas y que debía respetar mi cuerpo, mi templo.
Por fin decidí ponerme algo bonito que estuviera en armonía con mis principios y que me hiciera sentir bien si lo llevara puesto delante de mi Padre Celestial y de mi Salvador. Lo mejor de todo es que mi madre terminó por confeccionarme un hermoso vestido con sus propias manos y con todo el amor del mundo. Amo a mi Padre Celestial y a Jesucristo y jamás rebajaré mis normas para ser como los demás.
Stephanie Magaña Talavera, México