Testigo especial
¿En qué debo pensar cuando tomo la Santa Cena?
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Podríamos recordar la vida preterrenal del Salvador y todo lo que sabemos que hizo como el gran Jehová, el Creador de los cielos y de la tierra y de todas las cosas que hay en ellos.
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Podríamos recordar los milagros y las enseñanzas de Cristo, la forma en que Él sanó y prestó ayuda, Su compasión y Su bondad constante.
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Habrá ocasiones en que tengamos razón para recordar el trato cruel que se le dio, el rechazo que sufrió y la injusticia que padeció.
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Podríamos recordar que aun con una misión tan solemne como la que sirvió, el Salvador encontró gran gozo al vivir. Disfrutó de las personas y dijo a Sus apóstoles que fueran de buen ánimo.
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Podríamos —y deberíamos— recordar las bendiciones maravillosas que hemos recibido en nuestra vida y que “todas las cosas que son buenas vienen de Cristo” (Moroni 7:24).
De “Haced esto en memoria de mí”, Liahona, enero de 1996, págs. 76–78.