Mucho más que pan y agua
Tenemos la bendición de participar en la Santa Cena todos los domingos, pero es fácil terminar por tomarla a la ligera debido a esa frecuencia. ¿Cómo podemos llegar a apreciar más esta ordenanza sagrada? Varios jóvenes del Barrio Belgrade 2, Estaca Bozeman, Montana, comparten algunas ideas.
Brek y Jake Halgren y Michael y Evan Romrell desean recordar al Salvador y permitir que Su expiación obre en su vida. Participar de la Santa Cena les proporciona a ellos —y a cada uno de nosotros— tal oportunidad. Nos permite adorar al Salvador y ser mejores personas. Por otro lado, a medida que los jóvenes varones ayudan con la Santa Cena, utilizan el sacerdocio para prestar servicio a los demás.
Un sentimiento de reverencia por la Santa Cena
Estos jóvenes son conscientes de que la Santa Cena es importante para los miembros del barrio, así que toman en serio su responsabilidad en el sacerdocio. ¿En qué piensan mientras comparten la Santa Cena con los miembros del barrio? Jake, de 16 años, se siente agradecido por la oportunidad de prestar servicio. “Te das cuenta de que estás representando al Señor”, dice.
Su hermano Brek, de 18 años, dice: “En mis deberes de presbítero, procuro hacerlo todo correctamente, pero también me esfuerzo por pensar en la Expiación. Cada semana tenemos la increíble oportunidad de arrepentirnos de nuestros pecados, empezar de nuevo esa semana y esforzarnos en aquello que debamos mejorar. Es una fantástica oportunidad de elevarnos espiritualmente”.
Michael, de 17 años, también piensa en el Salvador: “La expiación de Jesucristo es uno de los componentes más fuertes de mi testimonio. Al pensar en los errores que he cometido, sé que, si me arrepiento, pueden quedar perdonados gracias a lo que Él hizo. Cada vez que tomamos la Santa Cena, recuerdo la Expiación”.
Ser dignos
Son conscientes de la importancia de ser dignos poseedores del sacerdocio. Brek dice que poseer el sacerdocio es un privilegio. “Lo considero una gran oportunidad. Te hace prestar atención a tus actos durante la semana; es una gran ayuda”.
Evan, de 15 años, dice: “Durante la semana, el hecho de saber que soy poseedor del sacerdocio me ayuda a hacer lo justo a fin de prestar servicio dignamente durante la Santa Cena”.
Aprender la reverencia
Estos jóvenes aprendieron la reverencia por la Santa Cena desde su infancia. Sus padres les pedían que prestaran atención mientras se repartían los emblemas. Ese sentimiento ha perdurado hasta su adolescencia. Michael dice: “No tengo palabras para expresar lo importante que es la Santa Cena para mí. Representa el cuerpo y la sangre del Señor. Tomamos Su nombre sobre nosotros. Salimos a proclamar Su evangelio y nos esforzamos por dar un buen ejemplo. Si no fuera por Él, no existiría manera alguna de regresar con nuestro Padre Celestial. La Santa Cena nos lo recuerda”.
También han aprendido la reverencia por la Santa Cena al ver a otros poseedores del Sacerdocio Aarónico, entre ellos sus hermanos mayores, desempeñar sus deberes en el sacerdocio. Evan, por ejemplo, recuerda ocasiones en que su hermano mayor, que actualmente presta servicio como misionero en Brasil, le hablaba de la Santa Cena, el sacerdocio y otros temas del Evangelio.
Los hermanos mayores de Brek también le dieron un gran ejemplo. “Siempre les observaba con admiración mientras preparaban la Santa Cena”, dice.
Michael recuerda las enseñanzas de su madre: “Nos ha recalcado que la Santa Cena es la razón principal por la que vamos a la Iglesia. Tenemos la Santa Cena como recordatorio de la Expiación”.
La expiación de Jesucristo fue un acto de servicio que afecta a toda la humanidad. A una escala más pequeña, los poseedores del Sacerdocio Aarónico prestan servicio a su barrio o rama desempeñando las responsabilidades relativas a la Santa Cena, mostrando reverencia por ella y siendo dignos de participar de ella.