Línea por línea
Santiago 1:5–6
El apóstol Santiago nos enseñó la clave para recibir sabiduría de Dios.
Pedir a Dios
La lectura de este versículo llevó a José Smith a orar en la Arboleda Sagrada, donde recibió la Primera Visión (véase José Smith—Historia 1:11–17). ¿Recuerdas algún ejemplo de tu familia o de tus propias experiencias en el que una persona que buscaba conocimiento recibió respuesta a una oración? Escribe al respecto en tu diario.
Él da a todos
“Los hijos de Dios tienen el privilegio de acercarse a Él y recibir revelación… Dios no hace acepción de personas; todos tenemos el mismo privilegio”.
El profeta José Smith, Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith (curso de estudio para el Sacerdocio de Melquisedec y la Sociedad de Socorro, 2007) pág. 138.
Abundantemente
Abundantemente: libre y generosamente.
Reproche
Reproche: crítica, reprensión, recriminación. En otras palabras, Dios te contestará y nunca se enojará contigo por orarle con sinceridad para obtener respuesta a una pregunta.
Le será dada
El Padre Celestial escucha y contesta tus oraciones. Sus respuestas vienen a Su propio tiempo y se reciben de varias formas; por ejemplo, a través de las circunstancias de tu vida, mediante los actos de bondad de los demás, o bien por medio de la voz apacible y delicada del Espíritu Santo. A continuación figuran algunas formas en las que puedes prepararte para recibir la guía del Espíritu (véase “Revelación”, Leales a la fe, 2004, págs. 158–162):
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Ora pidiendo guía.
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Sé reverente.
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Sé humilde.
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Guarda los mandamientos.
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Toma la Santa Cena dignamente.
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Estudia a diario las Escrituras.
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Dedica tiempo para meditar.
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Cuando busques guía específica, estudia el asunto en tu mente.
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Busca con paciencia la voluntad de Dios.
Pide con fe
“El profeta [José Smith] dijo que después de leer ese versículo supo con certeza que tendría que poner a prueba la promesa del Señor y preguntarle directamente o, de lo contrario, exponerse a permanecer en tinieblas para siempre… había leído aquel pasaje de las Escrituras, lo había comprendido y había puesto su confianza en Dios el Padre Eterno; así que se arrodilló y oró, sabiendo que Dios le daría la luz que tan ansiosamente buscaba. De esa manera, el profeta José Smith nos enseñó el principio de la fe por medio del ejemplo”.
Presidente Thomas S. Monson, “El profeta José Smith: Maestro por medio del ejemplo”, Liahona, junio de 1994, pág. 5.