2009
Dones para ayudarnos a dirigir nuestra vida
Mayo de 2009


Dones para ayudarnos a dirigir nuestra vida

No se nos ha dejado solos. Dios nos ha dado los dones necesarios para ayudarnos durante nuestra experiencia terrenal.

Elder José A. Teixeira

Nuestro Padre Celestial tiene un plan para nosotros, un plan de felicidad; ese plan se centra en el Señor Jesucristo y en Su expiación. El seguir las enseñanzas y el ejemplo de Jesucristo nos permitirá comprender más plenamente nuestra función en ese plan.

En el primer capítulo del libro de Moisés encontramos una breve pero valiosísima declaración que describe de forma sencilla la obra de Dios, la cual es: “Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre”1.

En la jornada de la vida, para regresar con nuestro Padre y ser más como Él, no se nos ha dejado solos. Dios nos ha dado los dones necesarios para ayudarnos durante nuestra experiencia terrenal.

Los dones espirituales son bendiciones o habilidades que Dios da a Sus hijos2. Estos dones nos ayudan a dirigir nuestra vida hacia metas eternas.

Qué consuelo es saber que existe un plan que nos proporciona un Salvador, Jesucristo3. Su sacrificio hace posible que todos los que obedezcan las enseñanzas de Su evangelio sean perdonados por medio del arrepentimiento. Qué consuelo es saber que tenemos ayuda disponible para lograr el éxito en nuestros intentos por regresar a vivir con nuestro Padre Celestial. Qué consuelo es saber que no navegamos solos en aguas desconocidas en medio de las experiencias de la vida.

Un don que nos ayudará a dirigir nuestra vida es el don que nos ha dado a todos: la capacidad y el poder de escoger.

Nuestras decisiones tienen el poder innegable de transformar nuestra vida. Este don es una extraordinaria señal de confianza en nosotros y, al mismo tiempo, una preciada responsabilidad personal de usarlo sabiamente. Nuestro Padre Celestial respeta nuestra libertad de elegir y nunca nos forzará a hacer lo correcto, ni impedirá que tomemos decisiones mediocres4. Sin embargo, su invitación en cuanto a este importante y vital don se expresa claramente en las Escrituras: “Mas he aquí, lo que es de Dios invita e induce a hacer lo bueno continuamente; de manera que todo aquello que invita e induce a hacer lo bueno, y a amar a Dios y a servirle, es inspirado por Dios”5.

Las palabras “hacer lo bueno continuamente” describen bien la norma que debemos aplicar cuando utilizamos nuestro albedrío.

Las decisiones conllevan consecuencias, las cuales pueden o no manifestarse inmediatamente después de haberlas tomado. El utilizar los dones espirituales que se nos han dado es primordial a fin de mantenernos en el camino correcto.

Hace poco utilicé un receptor GPS de tamaño bolsillo; es un aparato increíble que consiste en una antena sintonizada a las frecuencias transmitidas por satélites muy por encima de la tierra junto con una pantalla que indica mi posición actual en la tierra.

En las últimas décadas, estos tipos de aparatos se han utilizado ampliamente con propósitos científicos, para la cartografía, la topografía y, más recientemente, ¡para evitar que la gente se pierda cuando conduce!

A lo largo de la historia, el género humano ha tratado de evitar perderse. En mi país natal de Portugal, por ejemplo, durante el período de los descubrimientos del siglo XV, los navegantes “desde la costa de Lisboa, a través de mares que ningún barco había navegado” 6, utilizaron los mejores mapas posibles, así como las estrellas de la noche y los navíos a vela avanzados de esa época para encontrar su destino. A pesar de todo ello, no fue una tarea fácil para ellos navegar en contra de vientos adversos, y muchas veces andaban perdidos por mucho tiempo antes de hallar su camino en el vasto mar.

En contraste, actualmente, con este receptor GPS siempre puedo tener respuestas simultáneas a preguntas tales como:

• “¿Dónde estoy?”

• “¿Hacia dónde voy?”

• “¿Cuál es la mejor manera de llegar allí?”

• “¿Cuándo llegaré?”

Con este pequeño aparato siento una gran seguridad cuando voy conduciendo y confío en que me llevará con extraordinaria precisión y exactitud adonde quiero ir.

Sin embargo, recuerdo que un día, al entrar a un estacionamiento subterráneo, aprendí una nueva función del aparato; una voz de advertencia me sorprendió: “Se perdió la señal del satélite”. Las estructuras de cemento que me rodeaban habían interrumpido la señal del satélite e hicieron que el aparato perdiera la conexión.

Cuando salí nuevamente al aire libre, también me di cuenta de que requirió tiempo adicional para que el aparato recobrara la señal necesaria.

Nosotros también tenemos dentro de nosotros un “GPS” que nos permite saber en todo momento lo que está bien y lo que está mal y que, además, nos ayuda a tomar decisiones correctas.

“Nacemos con la capacidad natural de distinguir entre el bien y el mal gracias a la Luz de Cristo que se da a todo hombre (D. y C. 84:46). A esta facultad se la llama conciencia y el poseerla nos convierte en seres responsables”7.

Además, como miembros de la Iglesia se nos ha dado el don del Espíritu Santo que nos consuela, nos protege y nos guía8.

Sin embargo, como otras facultades, nuestra conciencia puede adormecerse con el pecado o el mal uso9. Si nos volvemos insensibles a las cosas de Dios en la vida, nosotros también perderemos la recepción de la señal que necesitamos para guiarnos. El guardar los mandamientos es la forma más segura de mantener una señal fuerte con lo Divino.

El presidente Thomas S. Monson, nuestro amado profeta, dijo: “Nuestra existencia gira en torno a las decisiones que tomemos, ya que ellas son las que determinan el éxito o el fracaso futuro”10.

Testifico que, con el tiempo, el escoger el bien lleva a la felicidad, mientras que las malas decisiones nos arrastran a la infelicidad11. El aprender a escoger lo que es bueno y el guardar los mandamientos crearán un modelo que nos ayudará a:

• Alcanzar la satisfacción en la vida;

• Llegar a ser más como nuestro Padre Celestial y como Su Hijo, Jesucristo; y

• Hacernos merecedores de heredar todas las bendiciones prometidas a los fieles.

Otro don que nos ayudará a guiar nuestra vida es la capacidad de creer las palabras de los que testifican de Jesucristo12.

Mediante nuestros profetas, en todas las eras, incluso en la nuestra, Dios ha revelado Su plan de felicidad para las personas y las familias. Los que siguen al profeta reciben las bendiciones que Dios ha prometido.

Siempre podemos confiar en los profetas vivientes; sus enseñanzas reflejan la palabra y voluntad del Señor. “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a sus siervos los profetas”13.

La letra de una canción de la Primaria nos amonesta:

Sigue al profeta,

sigue al profeta, deja el error.

Sigue al profeta,…

sigue al profeta, lo que él dice manda el Señor.

Mas si por la senda recta hemos de andar,

a nuestros profetas hemos de escuchar14.

Testifico que nuestro Padre Celestial nos tiene presentes a cada uno de nosotros, que escucha y contesta nuestras oraciones, y que se comunica con Sus profetas a fin de guiarnos. Conforme desarrollemos la fe para creer y vivir las palabras de los profetas, fortaleceremos nuestro testimonio del plan de felicidad y de la función central que Jesucristo tiene en él.

Mediante el poder para escoger y la capacidad inherente de creer las palabras de quienes testifican de Jesucristo, podremos cruzar las grandes aguas de la vida y alcanzar nuestro destino eterno.

Este fin de semana nos han enseñado profetas, videntes y reveladores. Estoy agradecido por la guía que nuestro Padre Celestial nos ha dado y por Su Hijo Jesucristo, nuestro Salvador y Redentor. Testifico que Ellos viven y nos aman, y que conforme observemos las enseñanzas que hemos recibido, tomaremos buenas decisiones, no nos perderemos y llegaremos a nuestro hogar celestial. En el nombre de Jesucristo. Amén.

Notas

  1. Moisés 1:39.

  2. “Spiritual Gifts”, en gospeltopics.lds.org.

  3. Véase “God has a plan for your life”, en at www.mormon.org/mormonorg/eng/basic-beliefs/heavenly-father-s-plan-of-happiness/god-has-a-plan-for-your-life.

  4. Véase “God has a plan for your life”, en mormon.org.

  5. Moroni 7:23.

  6. Luis de Camõens, The Lusiad, libro I, stanza 1, traducido por William Julius Mickle, 1776.

  7. “Luz de Cristo, conciencia”, en Guía para el estudio de las Escrituras, pág. 126.

  8. Véase Hechos 2:38.

  9. “Luz de Cristo, conciencia”, en Guía para el estudio de las Escrituras, pág. 126.

  10. Thomas S. Monson, “Las decisiones determinan el destino”, Liahona, octubre de 1980, pág. 30.

  11. Véase “God has a plan for your life”, en mormon.org.

  12. Véase D. y C. 46:14.

  13. Amós 3:7.

  14. “Sigue al profeta”, Canciones para los niños, pág. 58–59.