Mensajes instantáneos
Sé que es verdadero
Desde mi niñez, he escuchado a miembros de la Iglesia dar testimonio del Libro de Mormón. Yo pensaba que las palabras “sé que es verdadero” no eran más que una frase tradicional que recitaba cada miembro. No fue sino hasta que entré en el campo misional para prestar servicio en Nigeria que aprendí la verdad que entrañaban estas palabras.
Una noche, mi compañero y yo volvíamos a casa; íbamos en bicicleta por un camino oscuro no pavimentado que se había deteriorado por la lluvia. Debido al agua y al estado del camino, mi compañero chocó y se cayó de la bicicleta. Su ropa y su mochila de las Escrituras —es decir, todo lo que llevaba— quedó manchado y mojado.
Cuando por fin llegamos al apartamento, limpiamos y secamos cuidadosamente todo lo que había quedado estropeado en el accidente, salvo los dos ejemplares del Libro de Mormón que permanecieron en la mochila después de nuestro día de proselitismo. Pensé que no era necesario preocuparnos por esos ejemplares, ya que teníamos muchos otros en nuestro apartamento.
Varios meses después de aquel incidente, estaba intentando reparar la cubierta deteriorada de mi himnario. Me encontré los ejemplares manchados del Libro de Mormón que habíamos dejado sobre un estante y vi que las pastas servirían para arreglar mi himnario. Sin embargo, cuando me disponía a cortar las pastas, sentí que algo me traspasó el corazón: “¿No es éste el libro sobre el que predicas? ¿Es ésta la manera de tratarlo? ¿Qué pensarían tus investigadores?”. Me senté y me quedé meditando mucho tiempo. Entonces, en vez de cortar las pastas, las limpié con agua y jabón, las sequé y coloqué los libros con cuidado en nuestro librero.
Gracias a esta experiencia, llegué a saber que por mucho tiempo había estado basándome en un testimonio prestado del Libro de Mormón, aunque había asistido a seminario y a instituto. Desde entonces, me he apegado más a este libro y lo valoro mucho más. Me doy cuenta de que nuestra convicción del carácter sagrado del Libro de Mormón llega a medida que vamos conociéndolo por medio de las experiencias del corazón. Al leer, meditar y aplicar las enseñanzas del Libro de Mormón he llegado a saber que es verdadero.