2009
Demuestra el amor que llevas en el corazón
Septiembre de 2009


Ven y escucha la voz de un profeta

Demuestra el amor que llevas en el corazón

De “El portal del amor”, Liahona, octubre de 1996, págs. 4, 5, 6.

Al presidente Monson le encanta la poesía; por eso, a menudo cita poemas en sus discursos, como el que sigue a continuación: “Which Loved Best?” (“¿Quién amaba más?”). El poema se publicó en un viejo libro de texto que ayudaba a los niños a aprender a leer.

President Thomas S. Monson

El amor produce cambios en las personas; el amor cura el alma. Sin embargo, el amor no crece como hierbas del campo ni cae como la lluvia.

Jesús enseñó: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis los unos a los otros” (Juan 13:34).

Los niños pequeños pueden aprender la lección del amor; ellos responden de buena gana ante uno de mis poemas preferidos:

Juan a su madre dijo querer,

y aunque el agua tenía que traer,

al patio se fue a hamacar

y se olvidó de trabajar.

Rosa a su madre dijo amar

y así se le oyó jurar,

pero tanto peleó y gritó

que a su madre entristeció.

“Te quiero, madre”, dijo Graciela,

y hoy que no tengo clase en la escuela,

te ayudaré todo lo que pueda.

Meció al bebé hasta que se durmió,

de puntillas del cuarto salió

y toda la casa muy pronto barrió.

Alegre y feliz hizo los mandados

hasta que el día hubo terminado.

“Te queremos, madre”, volvió a resonar

cuando los tres se fueron a acostar.

¿Cómo podía la madre adivinar

cuál de los niños la amaba más?1.

El deseo de elevar a los demás, la buena disposición a ayudar y la gentileza de dar provienen de un corazón lleno de amor. El amor verdadero refleja el amor de Cristo.

Nota

  1. Joy Allison, “Which Loved Best?”, en McGuffey’s Third Eclectic Reader, 1879, págs. 146–147.

Ilustraciones por Scott Jarrard.